Un Grano de Maíz.- Igual que en la época de Bolívar, los criminales abusan de la credulidad de los humildes. Ahora aparecen más chavistas que nadie, alaban al Comandante. Tiran la piedra y esconden la mano. Le inocularon de cáncer y se lavan las manos. Llaman a diálogo y dicen con descaro que "sin Chávez se puede conciliar”. Pero quiénes son los criminales, dónde están. Indaguemos.
La investigación policial del magnicidio puede tardar años, la condena a los culpables no será posible, sólo quedará el sabor de la impunidad en las generaciones futuras. Será una sensación igual a la que sentimos ahora con el magnicidio de Bolívar, algo así como un ejercicio académico del cual debemos aprender.
La investigación política es otra cosa, se hace con otros instrumentos, facilita la investigación policial, la condena a los culpables sólo puede ser política y el ejecutante es el pueblo. No nos preocupemos mucho, no habrá impunidad para ellos, esa condena política es la mayor pena. Procedamos a iniciar la investigación política.
Primero, ¿usa la oligarquía el crimen como arma política? La respuesta es sí. Los ejemplos abundan: desde Cristo, El Libertador, Zamora, pasando por Lumumba, Allende, Torrijos y esa lista termina, por ahora, en Chávez.
Segundo, ¿tiene la oligarquía con pasaporte venezolano carácter para el crimen político? La respuesta es un rotundo ¡Si! Aún la Fiscalía investiga sus crímenes y busca a los desaparecidos, basta recordar a Fabricio, Lovera, Américo, Cantaura y las miles de víctimas del pacto de punto fijo.
Tercero, ¿tenía la oligarquía nacional e internacional razones, motivos para asesinar a Chávez? La respuesta vuelve a ser un rotundo ¡Sí!
Cuarto, ¿tenía razones para ocultar el magnicidio, para desligarse, para hacerlo aparecer natural? El pueblo desbordado en amor que acompaña el féretro es la respuesta, tenían miedo de la reacción de las masas irredentas.
Quinto, ¿existe el conocimiento para inocular un cáncer? ¡Sí!
Sexto, ¿habían amenazado al Comandante? ¡Sí! Se burlaban de los peligros que corría Chávez, pero desde el anonimato estimulaban el magnicidio, es suficiente leer los comentarios en La Patilla y Noticiero Digital. Obama dijo en tono premonitorio: “Chávez ya no es problema para nosotros". Todos los que ahora aparecen como hermanitas de la caridad, antes no se desmarcaron de la amenaza de atentado. Aún recordamos aquellos carteles del renegado que decía "Voy por ti".
Políticamente, el crimen está resuelto, no hay dudas, la oligarquía lo asesinó, queda la investigación policial para los siglos venideros, pero a nosotros no nos engañan.
¿Quiénes fueron los culpables? Digámoslo de una vez: fueron los oligarcas. Desde Capriles, Maria Corina, Pablo Medina, Teodoro, Ravel, hasta los banqueros pisa pasito, los millonarios de Miami, toda la mesa de la derecha. Unos por omisión y otros por complicidad. Ahora dirán: “demuéstramelo”, “busquen pruebas”. Se sienten apoyados por la fineza de la técnica de los gringos y sus documentos clasificados, del mossad y de los servicios españoles.
Podrán escabullirse de la justicia ordinaria, pero no de la sentencia popular.
La investigación política es otra cosa, se hace con otros instrumentos, facilita la investigación policial, la condena a los culpables sólo puede ser política y el ejecutante es el pueblo. No nos preocupemos mucho, no habrá impunidad para ellos, esa condena política es la mayor pena. Procedamos a iniciar la investigación política.
Primero, ¿usa la oligarquía el crimen como arma política? La respuesta es sí. Los ejemplos abundan: desde Cristo, El Libertador, Zamora, pasando por Lumumba, Allende, Torrijos y esa lista termina, por ahora, en Chávez.
Segundo, ¿tiene la oligarquía con pasaporte venezolano carácter para el crimen político? La respuesta es un rotundo ¡Si! Aún la Fiscalía investiga sus crímenes y busca a los desaparecidos, basta recordar a Fabricio, Lovera, Américo, Cantaura y las miles de víctimas del pacto de punto fijo.
Tercero, ¿tenía la oligarquía nacional e internacional razones, motivos para asesinar a Chávez? La respuesta vuelve a ser un rotundo ¡Sí!
Cuarto, ¿tenía razones para ocultar el magnicidio, para desligarse, para hacerlo aparecer natural? El pueblo desbordado en amor que acompaña el féretro es la respuesta, tenían miedo de la reacción de las masas irredentas.
Quinto, ¿existe el conocimiento para inocular un cáncer? ¡Sí!
Sexto, ¿habían amenazado al Comandante? ¡Sí! Se burlaban de los peligros que corría Chávez, pero desde el anonimato estimulaban el magnicidio, es suficiente leer los comentarios en La Patilla y Noticiero Digital. Obama dijo en tono premonitorio: “Chávez ya no es problema para nosotros". Todos los que ahora aparecen como hermanitas de la caridad, antes no se desmarcaron de la amenaza de atentado. Aún recordamos aquellos carteles del renegado que decía "Voy por ti".
Políticamente, el crimen está resuelto, no hay dudas, la oligarquía lo asesinó, queda la investigación policial para los siglos venideros, pero a nosotros no nos engañan.
¿Quiénes fueron los culpables? Digámoslo de una vez: fueron los oligarcas. Desde Capriles, Maria Corina, Pablo Medina, Teodoro, Ravel, hasta los banqueros pisa pasito, los millonarios de Miami, toda la mesa de la derecha. Unos por omisión y otros por complicidad. Ahora dirán: “demuéstramelo”, “busquen pruebas”. Se sienten apoyados por la fineza de la técnica de los gringos y sus documentos clasificados, del mossad y de los servicios españoles.
Podrán escabullirse de la justicia ordinaria, pero no de la sentencia popular.
¡Chávez fue asesinado! Con sus criminales no hay conciliación!
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