MARIO SANOJA OBEDIENTE| Para adivinar cuál será el contenido del
Plan B del Imperio y su franquicia local, la MUD, basta con leer y
analizar todos los días la prensa internacional y nacional que se
publica en Internet. Para comenzar, una realidad que se hace evidente es
la profundidad de la crisis sistémica que resquebraja persistentemente
lo que fue el núcleo duro del capitalismo.
Dicha crisis fue precipitada por el abandono de las tesis keynesianas
que habían servido tan eficazmente al éxito político de la social
democracia y la sociedad de bienestar, a favor del neoliberalismo, ese
“cadeu empoisoné” (regalo envenenado) que le dio von Hayek a los
capitalistas de Europa y Estados Unidos, el cual nos lo quiso imponer el
Imperio como el Consenso de Washington materializado en el ALCA.
Los dogmáticos neoliberales tienen como meta llevar el proceso de
acumulación de capitales hasta el extremo, para enriquecer al máximo ese
1% de privilegiados vinculado mundialmente a las finanzas, la banca y
las transnacionales. De esa manera, haciendo befa de la democracia
electoral como ya ocurrio en Irlanda, Grecia, Portugal y España, han
llegado a designar a dedo los banqueros que van a ser la cabeza de los
gobiernos en esos países, quienes permitirán exprimir sin cese, para su
propio beneficio, la riqueza producida por los pueblos empobreciéndolos
hasta la muerte. Se formará así finalmente, esperan, un gobierno
universal comandado por ese 1%. La cabeza de dicho gobierno en ciernes
ya está instalada desde hace tiempo en Wall Street (USA), en Tel Aviv
(Israel), en Ryad (Arabia Saudita) en Alemania y en Francia, pero no
podrán convertirlo en hegemónico unipolar si no cambian la actual
geopolítica mundial del poder.
Para cambiar dicha geopolítica el capitalismo está tratando de cubrir
su flanco débil, apropiandose de las principales fuentes de energía
fósil que se encuentran en territorios que ellos no controlan
totalmente. Así, lanzaron su proyecto político “Primavera Árabe”, que
casi fracasa en Egipto, el cual les permitió paralizar políticamente a
los gobíernos del Mahgreb para poder destruir a Libia sin oposición y
apoderarse del su petróleo y sus enormes acuíferos. Ahora van por el
territorio de Siria: si logran derrocar el gobierno de El Assad, podrán
utilizarlo como corredor estratégico para atacar simultáneamente a Irán
desde el Mediterráneo y el Pacífico y destruir sus fuerzas productivas.
Logrado ese objetivo, podrán flanquear al bloque Rusia-China desde el
este y el oeste, contener a dichas potencias y dedicarse más tranquilos a
liquidar sus enemigos en América Latina, donde se encuentran las
mayores reservas mundiales de petróleo y gas, acuíferos inmensos,
grandes reservas de minerales estratégicos, de tierras cultivables y de
biodiversidad y una mano de obra y elites políticas ya trabajadas
ideológica y culturalmente para favorecer el neoliberalismo.
El éxito del libreto del proyecto, ya lo sabemos, reposa en el
control hegemónico mundial de los medios de comunicación que sirven,
como dice Walter Martínez, para crear la masa crítica que precede a la
intervención militar o política, directa o indirecta. En el momento
actual el proyecto de gobierno mundial ya tiene sus bases estratégicas
aseguradas a lo largo del litoral pacífico de Nuestra América: México,
Guatemala, Honduras, Salvador, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Chile
y ahora en Paraguay.
Las economías del eje Venezuela-Brasil-Argentina son las más
poderosas de Suramérica. Venezuela es vital para lograr la expansión
estratégica de Mercosur hacia el Caribe: ello explica la sombría alianza
de la derecha paraguaya con la derecha venezolana de la MUD (¡Remember
Leopoldo López y Franco el gorila paraguayo, Leopoldo López y el PRI,
Leopoldo López y Uríbe Vélez, Uribe Vélez y Peña Nieto, etc. etc.). Pero
el presidente Chávez luce electoralmente imbatible para la justa
presidencial del 7 de Octubre de 2012, por lo cual la ofensiva de la
derecha está dirigida a minar las instituciones electorales que
legitiman la honestidad y transparencia del proceso electoral y cantar
fraude, mentira que será recogida y amplificada por la prensa burguesa
internacional y nacional.
El Plan B, variante venezolana del proyecto hegemónico mundial,
plantea la utilización de un candidato presidencial sin relieve político
que le quite seriedad a la importante elección del 7 de Octubre, que
decidirá tanto el rumbo definitivo de la Revolución Bolivariana como el
equilibrio mundial. Al mismo tiempo, como ya todos sabemos, se atacará
la seriedad y le eficiencia del Consejo Nacional Electoral para restarle
importancia al triunfo del Presidente Chávez y crear la masa crítica de
opinión mundial que tendrá como leiv motif el supuesto fraude
electoral. El fraude electoral montado el México por el PRI, sirve para
darle credibilidad a aquella matriz mundial de opinión y desprestigiar,
de paso, los procesos democráticos progresistas en América Latina. Esa
campaña mediática ya ha comenzado a funcionar en todo el mundo.
Si la campaña mediática mundial se adereza también con algunos
atentados (recuerden Siria) y ataques a civiles de paramilitares
colombianos que están desde hace largo tiempo en algunas zonas
fronterizas y ciudades venezolanas, empezaría a configurarse el fraude
informativo sobre las matanzas de civiles inocentes, como en Libia y
Siria. No faltarán, sobre todo en España, supuestos “intelectuales de
izquierda” que pedirán a gritos la intervención en Venezuela por la
OTAN, las Naciones Unidas y la OEA para conformar un grupo de “amigos de
la MUD” que ponga en marcha un proceso de transición hacia el pasado
neoliberal de la IV República. Hilaria Clinton será, sin duda, el primer
chicharrón de la sartén.
Es muy posible que lo que hemos imaginado, nunca llegue a suceder.
Pero no debemos comernos ese cuento del candidato bobo, porque detrás de
esa triste figura se esconde el puño de hierro imperial, encarnado en
algún traidor local que se preste, llegado el momento, a tratar de
destruir nuestra Revolución.
Debemos tener en cuenta, como dijimos al principio, que la crisis
sistémica del capitalismo neoliberal no tiene ya regreso. Pero los
dogmáticos neoliberales sí creen que lo tiene, una vez que hayan logrado
destruir sus enemigos por la fuerza mediática-militar. Ellos ya no
tienen mucho tiempo para lograr sus objetivos antes que colapsen la
Unión Europea y Estados Unidos, por eso Rusia y China tratan de alargar
los plazos estipulados en el libreto imperial, esperando
inteligentemente que aquel proyecto bélico-mediático colapse sin tener
que llegar a una nueva guerra mundial Y esos plazos se pueden contar
quizás en semanas y meses.
Por esa razón, para poder vivir y vencer tenemos que preparar y
consolidar el futuro de nuestra Revolución Bolivariana con mucha
inteligencia y con mucha pasión. ¡Viviremos y venceremos!
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