"¡Mahony, quédate en casa!". Ése es el grito de guerra que cada vez más
gente lanza al cardenal estadounidense Roger Mahony, acusado de haber
encubierto 129 casos de abusos sexuales contra menores cometidos por
curas pederastas cuando estaba al frente de la diócesis de Los Angeles.
Mahony, que el próximo sábado está llamado a declarar durante cuatro
horas ante un tribunal para responder precisamente de esas acusaciones,
tomará posteriormente un avión para viajar a Roma y formar parte del
cónclave que eligirá al sucesor de Benedicto XVI.
Mahony, que el próximo día 27 (uno antes de se haga efectiva la renuncia de Benedicto XVI) cumplirá 77 años, es uno de los 117 cardenales llamados a elegir al nuevo Papa. A pesar de que en enero pasado fue sancionado por sus superiores por haber encubierto numerosos casos de pederastia –está suspendido de todos sus cargos administrativos y eclesiásticos, tiene prohibido hablar en público y le han sido retiradas algunas de las prerrogativas que tenía en calidad de obispo, como por ejemplo la posibilidad de administrar el sacramento de la confirmación o de ordenar sacerdotes- sigue siendo cardenal. Y dado que es menor de 80 años, estará en el cónclave para elegir a Benedicto XVI.
"Estoy deseando viajar pronto a Roma para dar las gracias al Papa Bendicto XVI por su extraordinario servicio a la Iglesia y para participar en el cónclave que elegirá su sucesor", escribía recientemente en su blog personal.
La participación del cardenal Mahony en el cónclave está desatando una fuerte polémica. Catholics United, un grupo de católicos progresistas estadounidense, ya ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas a través de su página web para que el ex arzobispo de Los Ángeles no tome parte en la elección del nuevo Papa, al considerar que es indigno de ello. Y también la revista italiana 'Famiglia Cristiana' ha lanzado a través de su página web un sondeo entre sus lectores sobre si es conveniente que Mahony sea uno de los 117 cardenales que elegirá al nuevo Papa. "Hay que convencerlo de que se quede en casa", sentencia el cardenal Velasio De Paolis, de 78 años, jurista y quien también participará en el cónclave.
No es sólo que el cardenal Mahony haya sido cesado recientemente de todas sus obligaciones públicas y episcopales por su sucesor como arzobispo de Los Ángeles, José Gómez. O que ya en 2007 la diócesis de Los Ángeles, con Mahony al frente, tuviera que pagar 660 millones de dólares a las 508 víctimas de 120 curas pederastas que abusaron de ellas durante años, sobre todo en la década de los 80. Es que recientemente, y por orden de Tribunal, la diócesis de Los Ángeles se ha visto obligada a hacer públicas 14.000 páginas de documentos que guardaba en relación a esos casos, y que dejan claro que Mahony jugó un papel fundamental a la hora de encubrir a curas pederastas de su diócesis, moviéndolos de una jurisdicción a otra a fin de complicar que la Justicia pudiera echarles el guante.
"Ningún miembro de la jerarquía católica ha luchado durante tanto tiempo y tan enérgicamente como el cardenal Mahony para ocultar décadas de abusos e intimidaciones sobre niños cometidas por sacerdotes", escribía el 'New York Times' el mes pasado sobre él. "Tiene suerte de no estar en prisión", sentencia el 'Washington Post'.
Hace unos días el propio Mahony escribía en su blog el dolor que le provocan las críticas de las que está siendo objeto. "Dios me ha ayudado a entender: no estoy aquí para servirlo con humildad, he sido llamado a algo más profundo: a ser humillado y rechazado por muchos. No estaba preparado para ese desafío, pero después del miércoles de Cenizas he entendido el significado de la llamada de Jesús", sentenciaba. "Honestamente, no puedo decir que haya alcanzando el punto en el que puedo rezar por nuevas humillaciones. Estoy en el estado en el que doy gracias por soportar las humillaciones que sufro en este momento».
Mahony, que el próximo día 27 (uno antes de se haga efectiva la renuncia de Benedicto XVI) cumplirá 77 años, es uno de los 117 cardenales llamados a elegir al nuevo Papa. A pesar de que en enero pasado fue sancionado por sus superiores por haber encubierto numerosos casos de pederastia –está suspendido de todos sus cargos administrativos y eclesiásticos, tiene prohibido hablar en público y le han sido retiradas algunas de las prerrogativas que tenía en calidad de obispo, como por ejemplo la posibilidad de administrar el sacramento de la confirmación o de ordenar sacerdotes- sigue siendo cardenal. Y dado que es menor de 80 años, estará en el cónclave para elegir a Benedicto XVI.
"Estoy deseando viajar pronto a Roma para dar las gracias al Papa Bendicto XVI por su extraordinario servicio a la Iglesia y para participar en el cónclave que elegirá su sucesor", escribía recientemente en su blog personal.
La participación del cardenal Mahony en el cónclave está desatando una fuerte polémica. Catholics United, un grupo de católicos progresistas estadounidense, ya ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas a través de su página web para que el ex arzobispo de Los Ángeles no tome parte en la elección del nuevo Papa, al considerar que es indigno de ello. Y también la revista italiana 'Famiglia Cristiana' ha lanzado a través de su página web un sondeo entre sus lectores sobre si es conveniente que Mahony sea uno de los 117 cardenales que elegirá al nuevo Papa. "Hay que convencerlo de que se quede en casa", sentencia el cardenal Velasio De Paolis, de 78 años, jurista y quien también participará en el cónclave.
No es sólo que el cardenal Mahony haya sido cesado recientemente de todas sus obligaciones públicas y episcopales por su sucesor como arzobispo de Los Ángeles, José Gómez. O que ya en 2007 la diócesis de Los Ángeles, con Mahony al frente, tuviera que pagar 660 millones de dólares a las 508 víctimas de 120 curas pederastas que abusaron de ellas durante años, sobre todo en la década de los 80. Es que recientemente, y por orden de Tribunal, la diócesis de Los Ángeles se ha visto obligada a hacer públicas 14.000 páginas de documentos que guardaba en relación a esos casos, y que dejan claro que Mahony jugó un papel fundamental a la hora de encubrir a curas pederastas de su diócesis, moviéndolos de una jurisdicción a otra a fin de complicar que la Justicia pudiera echarles el guante.
"Ningún miembro de la jerarquía católica ha luchado durante tanto tiempo y tan enérgicamente como el cardenal Mahony para ocultar décadas de abusos e intimidaciones sobre niños cometidas por sacerdotes", escribía el 'New York Times' el mes pasado sobre él. "Tiene suerte de no estar en prisión", sentencia el 'Washington Post'.
Hace unos días el propio Mahony escribía en su blog el dolor que le provocan las críticas de las que está siendo objeto. "Dios me ha ayudado a entender: no estoy aquí para servirlo con humildad, he sido llamado a algo más profundo: a ser humillado y rechazado por muchos. No estaba preparado para ese desafío, pero después del miércoles de Cenizas he entendido el significado de la llamada de Jesús", sentenciaba. "Honestamente, no puedo decir que haya alcanzando el punto en el que puedo rezar por nuevas humillaciones. Estoy en el estado en el que doy gracias por soportar las humillaciones que sufro en este momento».
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