Es inminente el regreso del presidente Chávez después de una operación altamente riesgosa, y una convalecencia complicada. Este regreso a tierras venezolanas aún no estimado oficialmente, pero que podría ser en no más de 4 semanas, es sin duda un buen augurio en cuanto a su evolución clínica.
Un elemento que debemos considerar para que su regreso se dé, es tomar en cuenta que alguien después de una riesgosa hemorragia y una infección respiratoria que forzó una asistencia respiratoria, inevitablemente debió debilitarse y demacrarse físicamente, por lo que su recuperación en este sentido es muy importante para la autoestima del paciente, aún más si es un personaje público de la importancia del Presidente Chávez.
Sin embargo, en aras de contribuir con el necesario debate político sobre el futuro del proceso revolucionario y la construcción del socialismo bolivariano en nuestro país, a continuación me permito prefigurar tres escenarios post -retorno y asumir una postura ante ellos.
Lo primero que advierto para entender estos escenarios es que quien necrofílicamente aspire encontrar satisfacer su morbo encontrando un destino fatal en ellos, no lo encontrará, así que de una vez puede abstenerse de seguir leyendo.
El segundo elemento que orienta la creación de estos escenarios es sin duda la condición física y clínica del Presidente, tomado en cuenta que es un paciente que padece cancer y ha sufrido 4 operaciones en un año y medio, cosa que sin duda anticipa un cuadro delicado de salud, y el requerimiento fundamenal de estar en unas condiciones idóneas que permitan su recuperación plena.
Escenario 1. El Presidente Chávez regresa con la posibilidad física y clínica de continuar su gestión durante el resto del período presidencial, con algunas restricciones que implicarían un cambio de ritmo del quehacer político y conduciría a un proceso de dirección compartida más amplio, en preparativos para garantizar un próximo proceso electoral en el 2019 con una figura plenamente preparada para tal fin.
Escenario 2. Al regresar, el Presidente Chávez tiene la capacidad física y clínica de mantenerse más allá de la mitad de la gestión, lo que permitiría generar una renuncia que garantizaría finalizar el período con la conducción del Vicepresidente y permitiría disponer de un tiempo prudencial para dejar todo en óptimas condiciones para que el Presidente pudiese pasar a una función más de conducción estratégica, pero sin la dinámica estresante de la cotidianidad del ejercicio del poder.
Escenario 3. Al regresar el Presidente Chávez se juramenta ante el TSJ y de inmediato, producto de la necesidad de preservar una condición de vida más tranquila para poder seguir contribuyendo con su mejora y permitir tenerlo mucho más tiempo orientando el proceso político venezolano, decide renunciar para así activar el escenario 8-12-12 planteado por él mismo, lo que implicaría unas próximas elecciones presidenciales no más allá de abril-mayo, con el candidato propuesto por él y apoyado por sus seguidores, lo que permitiría en un corto plazo garantizar una amplia victoria como consecuencia de la sucesión de hechos electores más próximos, léanse; 7 de octubre y 16 de diciembre.
Este último escenario, aunque es el menos deseado por la mayoría del pueblo venezolano, incluyéndome, posee dos variables que le dan peso: la primera es la evidente necesidad de que el Presidente pueda estar en una condiciones mucho más relajadas que permitan su verdadera mejora, sino, sólo recordemos lo que desencadenó el estrés electoral y como aceleró el proceso de avance de la efermedad en su cuerpo, haciendo que casi fuese un acto suicida; la segunda variables es el efecto post electoral del 7O y el 16D, que ya mencioné en la descripción del último escenario.
Quiero advertir que la construcción de estos escenarios han girado en torno a la preservación de la vida del presidente y a la lógica del mantenimiento del proceso revolucionario, pero apenas se asoman cada uno de los mismos, ya que el espacio límite del escrito no permite ahondar en los detalles.
De lo que sí estamos seguros es de que el pueblo venezolano y el chavismo debe prepararse para cambios en la dinámica política venezolana en comparación a los últimos 14 años y que las amplias posibilidades de mantener y profundizar el socialismo bolivariano están cada día más arraigas, a través de una dirección compartida o una dirección colectiva del proceso.
Sin embargo, en aras de contribuir con el necesario debate político sobre el futuro del proceso revolucionario y la construcción del socialismo bolivariano en nuestro país, a continuación me permito prefigurar tres escenarios post -retorno y asumir una postura ante ellos.
Lo primero que advierto para entender estos escenarios es que quien necrofílicamente aspire encontrar satisfacer su morbo encontrando un destino fatal en ellos, no lo encontrará, así que de una vez puede abstenerse de seguir leyendo.
El segundo elemento que orienta la creación de estos escenarios es sin duda la condición física y clínica del Presidente, tomado en cuenta que es un paciente que padece cancer y ha sufrido 4 operaciones en un año y medio, cosa que sin duda anticipa un cuadro delicado de salud, y el requerimiento fundamenal de estar en unas condiciones idóneas que permitan su recuperación plena.
Escenario 1. El Presidente Chávez regresa con la posibilidad física y clínica de continuar su gestión durante el resto del período presidencial, con algunas restricciones que implicarían un cambio de ritmo del quehacer político y conduciría a un proceso de dirección compartida más amplio, en preparativos para garantizar un próximo proceso electoral en el 2019 con una figura plenamente preparada para tal fin.
Escenario 2. Al regresar, el Presidente Chávez tiene la capacidad física y clínica de mantenerse más allá de la mitad de la gestión, lo que permitiría generar una renuncia que garantizaría finalizar el período con la conducción del Vicepresidente y permitiría disponer de un tiempo prudencial para dejar todo en óptimas condiciones para que el Presidente pudiese pasar a una función más de conducción estratégica, pero sin la dinámica estresante de la cotidianidad del ejercicio del poder.
Escenario 3. Al regresar el Presidente Chávez se juramenta ante el TSJ y de inmediato, producto de la necesidad de preservar una condición de vida más tranquila para poder seguir contribuyendo con su mejora y permitir tenerlo mucho más tiempo orientando el proceso político venezolano, decide renunciar para así activar el escenario 8-12-12 planteado por él mismo, lo que implicaría unas próximas elecciones presidenciales no más allá de abril-mayo, con el candidato propuesto por él y apoyado por sus seguidores, lo que permitiría en un corto plazo garantizar una amplia victoria como consecuencia de la sucesión de hechos electores más próximos, léanse; 7 de octubre y 16 de diciembre.
Este último escenario, aunque es el menos deseado por la mayoría del pueblo venezolano, incluyéndome, posee dos variables que le dan peso: la primera es la evidente necesidad de que el Presidente pueda estar en una condiciones mucho más relajadas que permitan su verdadera mejora, sino, sólo recordemos lo que desencadenó el estrés electoral y como aceleró el proceso de avance de la efermedad en su cuerpo, haciendo que casi fuese un acto suicida; la segunda variables es el efecto post electoral del 7O y el 16D, que ya mencioné en la descripción del último escenario.
Quiero advertir que la construcción de estos escenarios han girado en torno a la preservación de la vida del presidente y a la lógica del mantenimiento del proceso revolucionario, pero apenas se asoman cada uno de los mismos, ya que el espacio límite del escrito no permite ahondar en los detalles.
De lo que sí estamos seguros es de que el pueblo venezolano y el chavismo debe prepararse para cambios en la dinámica política venezolana en comparación a los últimos 14 años y que las amplias posibilidades de mantener y profundizar el socialismo bolivariano están cada día más arraigas, a través de una dirección compartida o una dirección colectiva del proceso.
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