Manuel E. Yepe.- Un ensayo de este título publicado en la
revista Counterpunch califica de sorprendente el reconocimiento oficial y
la novedosa transparencia con que se ha hecho público que Estados
Unidos dispone, desde hace más de medio siglo, de un programa de
asesinatos selectivos que ahora coincide con una visibilización sin
precedente del uso de aviones de guerra guiados por control remoto en
diversos puntos del planeta.
La noción de que exista una lista de
gente a matar en el más alto nivel del poder ejecutivo de Estados Unidos
ha hecho que el tema haya tenido una fuerte cobertura mediática, lo que
denota preocupación por el hecho incluso en algunos sectores del
llamado “poder invisible”.
El Washington Post señaló editorialmente
que “ningún gobierno ha dependido tan extensivamente del asesinato de
individuos para hacer avanzar los objetivos de seguridad de la nación
como el actual”. Por su parte, el New York Times describe como “algo sin
precedentes en la historia presidencial el papel de Obama como
supervisor directo de esta guerra en las sombras…”
El ex Presidente James Carter, en un
artículo que publicó en el New York Times, insistió en que “no se sabe
cuántos cientos de civiles inocentes han muerto en estos ataques (con
drones), cada uno de ellos aprobado por las máximas autoridades en
Washington. Es algo antes impensable”.
Pero el hecho cierto es que estos
homicidios a distancia y los asesinatos selectivos con aprobación
presidencial, han tenido lugar secretamente desde hace al menos medio
siglo. Lo único novedoso es que las recientes revelaciones sobre las
listas de gente a matar y los asesinatos con uso de drones se estén
haciendo de forma tan abierta.
“Quienes se alarman por las recientes
revelaciones acerca de los listados de gente a matar de Obama, tendrían
que conocer, desde una perspectiva histórica, cuántas personas nuestro
país ha asesinado en el mundo”, apunta Noble.
El autor reseña los cincuenta años de
masacres y asesinatos selectivos de Estados Unidos en tres partes. La
primera describe la historia letal del programa de Fénix (Phoenix, en
inglés) contra Vietnam, que define como la fuente original de las
estrategias y tácticas terroristas posteriores de Estados Unidos. La
segunda trata acerca de las conocidas listas de gente a matar en
Latinoamérica, y las menos divulgadas de países de otros continentes. La
tercera aborda la resurrección del programa Fénix en Irak, Afganistán y
un creciente número de países con los cuales “no estamos en guerra”.
Fénix fue un programa altamente secreto
desarrollado en 1967 por la CIA en Vietnam con el fin de “neutralizar”
la infraestructura del Vietcong asesinando civiles sud vietnamitas
sospechosos de apoyar a los combatientes vietnamitas del Norte y del
Vietcong.
Aunque el entonces Director de la CIA,
William Colby, declaró ante el Congreso en 1971 que ” Fénix no es un
programa de asesinatos”, admitió posteriormente que las operaciones de
Fénix mataron a más de 20.000 personas entre 1967 y 1972. La matanza de
My Lai fue apenas una operación más del programa Fénix.
Con abundantes datos y argumentos, Doug
Noble describe la repercusión que este programa ha tenido para
Latinoamérica. La comunidad de inteligencia estadounidense adaptó Fénix a
Suramérica mediante un ultra secreto Proyecto X.
Los métodos y técnicas de Fénix fueron
utilizados en la Operación Cóndor, responsable del asesinato de varios
cientos de miles de patriotas latinoamericanos. Las organizaciones
criminales de casi todos los países de la región sirvieron a Fénix para
la obtención e intercambio de información y colaboraron en la represión
de las luchas e ideales contrarios al hegemonismo de Estados Unidos en
el subcontinente.
Durante la administración de Carter,
Estados Unidos suspendió la aplicación del Proyecto X por presuntas
violaciones de los derechos humanos, pero bien pronto la administración
de Reagan reimplantó su vigencia.
“El programa de asesinatos con drones de
Estados Unidos ha salido del closet. Quienes durante años hemos
protestado y combatido el ilegal, inmoral y estratégicamente
contraproducente uso de drones, la aptitud esquizofrénica de matar por
control remoto, el terror que genera un ataque de drones y el inevitable
(o intencional) asesinato de cuantiosos civiles ‘sospechosos de
terrorismo’ advertimos ahora contra la proliferación de los drones en el
mundo y su utilización por fuerzas de policía y patrullas de frontera
para labores de vigilancia y objetivos supuestamente no letales”, señala
Doug Noble, un activista contra las guerras con residencia en la ciudad
neoyorquina de Rochester.
El programa Fénix se ha hecho global,
contribuyendo a proclamar a los Estados Unidos de América como una
verdadera nación asesina.
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