Pako González y Marta Salido./ Serrat y Sabina han hecho oidos sordos a las demandas de más de 40
organizaciones solidarias con Palestina y han realizado el pasado 21 de
junio su concierto en Israel. Sus conocidas canciones sonaron en un
estado terrorista que lleva muchos años torturando, asesinando y
masacrando a todo un pueblo.
La conciencia por dinero |
El concierto de Sabina y Serrat en el estado asesino de Israel el
pasado 21 de junio, nos confirma como toda una trayectoria cantando en
defensa de las libertades, se puede echar por tierra sólo por dinero.
Estos dos cantautores que llegaron a estar exiliados en la dictadura
franquista, se han despojado de toda implicación social y han actuado en
un país que cada día tortura y asesina a miles de palestinos.
Mientras tocaban afablemente con gesto cómplice, el eco de sus voces
rebotaba en esos muros de la vergüenza donde miles de personas yacen
hacinadas, sin rumbo, echadas a golpe de metralla de su propia tierra.
Allí, en los confines del destierro, no les llegaba el canto
esperanzador de esos dos tipos con risas ampliadas por el marketing, que
cantan a Chavela Vargas, al amor, a la paz y al optimismo.
De nada ha servido la campaña de recogida de firmas de la Red
Solidaria contra la Ocupación de Palestina, RESCOP, plataforma que
aglutina a cerca de 40 organizaciones de todo el Estado español
solidarias con este sufrido pueblo. Sabina y Serrat decidieron actuar
obviando la sangre, los crímenes, la muerte de niños y niñas destrozados
por las balas y misiles sionistas. Estos cantautores que antes cantaban
a la libertad y protestaban en primera fila en contra de las
injusticias, hacían oídos sordos al llamamiento humano y justo de todo
un pueblo inocente.
El Estado de Israel vulnera constantemente la legislación
internacional, y sin embargo nadie interviene. Viola con total
impunidad, los principios generales de los Derechos Humanos en una
brutal ocupación ilegal, que ha causado en los últimos años miles de
muertos y el sufrimiento extremo de todo el pueblo palestino.
Estos datos siniestros y terribles no parecen afectar para nada a los
dos millonarios artistas que se embolsaron un suculento caché,
bromeando de forma frívola ataviados con sus bombines, olvidando y dando
la espalda a todo un pueblo sometido, ocupado e invadido por el
ejercito fascista de Israel. Y estos dos fiesteros que se han unido para
rentabilizar nostalgias, saben que Israel no permite el derecho
legítimo al retorno de más de 6 millones de personas refugiadas, que
sigue practicando una política discriminatoria de Apartheid contra la
población palestina con ciudadanía israelí.
Al contrario que Serrat y Sabina, cada vez hay más artistas e
intelectuales con verdadera conciencia que han comprendido la
importancia del Boicot al sionismo, y han hecho pública su negativa a
entrar en territorio israelí. Personajes de la talla de Eduardo Galeano,
Elvis Costello, Emma Thompson, Santana, Jean-Luc Godard, Vanessa
Paradis, Mike Leigh, Pixies Gorillaz, Ken Loach y un largo etcétera de
personalidades relevantes que muestran su compromiso y solidaridad con
un pueblo masacrado.
Qué lejos han quedado para Sabina los años de compromiso social y
compañerismo del bar madrileño La Mandragora, junto a otros artistas de
la talla de Alberto Pérez y el cantautor perseguido por el fascismo
español, Javier Krahe. Qué paradójico resulta que Javier haya mantenido
su coherencia y sea ahora represaliado por los sectores más casposos y
reaccionarios del PP y de la Iglesia Católica, mientras el ínclito
Joaquín le canta sus canciones a un país de genocidas.
La conclusión es clara sobre las letras comprometidas que nos han
ofrecido durante tantos años estos dos hombres grises de traje
gris-veleta. Todo ha sido, o al menos ahora lo es, una vergonzosa
mentira. Como si se tratara de psicólogos que nos engañan a través del
marketing, estos dos estrategas con guitarra, van aprovechándose de
nuestra sensibilidad para no perder su fortuna y su cada vez más
cuestionada imagen. Así nos dejan, en el boulevard de los sueños rotos, a
muchas de las personas que hemos creído y crecido con los mensajes de
sus canciones.
Cuando interpretan a dúo “Para la Libertad” del inmenso poeta
comunista, Miguel Hernández, ellos ahora, ni sangran, ni luchan, ni
perviven, sólo cantan para contribuir a su particular egolatría y
estatus de “famosillos” insolidarios, ahora aliados del sionismo y de un
Estado de Israel responsable directo del brutal genocidio contra el
pueblo palestino.
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