Ante
un cambiante panorama mundial de profunda crisis del capitalismo, que
se evidencia en las calles de los “países desarrollados”, en Venezuela
vivimos una etapa determinante de nuestra historia. Como bien decía
recientemente Maria Corina Machado en un discurso dado a la comunidad
venezolana radicada en Miami, ésta no es una simple elección, es la
confrontación de dos modelos de país y es “un conflicto existencial”.
Claro está, los términos existenciales de Maria Corina Machado, que
evidencian una intención mal sana de continuidad de violencia iniciada
en el 2002 con el golpe de Estado consumado por la derecha y revertido
por el pueblo, no son los mismos términos existenciales del chavismo, y
es aquí donde paso a describir ¿porqué la inscripción de Chávez?, ¿qué
significa?
La
inscripción de Chávez responde a diferentes aspectos de la vida
política, social y económica de nuestro país, pero sin duda alguna, el
primer significado que refleja es el la dignidad de alguien que está
dando la vida por su pueblo.
Chávez
es un simple mortal, que ha logrado aglutinar en su entorno a todos
aquellos indignados que no tenían voz, que habían sido marginados por
décadas, ante la ignominia de quienes ostentando el poder en nombre del
pueblo lo humillaron y sometieron a la pobreza más miserable.
Para
otros, la candidatura de Chávez, después de 13 años de gobierno, es la
esperanza de que sigan profundizándose los cambios que están en marcha y
quedan pendientes, no sin antes reconocer errores en el camino.
Y
para un grupo final, la candidatura de Chávez es la garantía de que la
oposición vacía, sin discurso pero con muchos intereses económicos, que
termina siendo incolora e insabora, pero que se caracteriza por ser
claramente vampirezca, no vuelva al poder en Venezuela.
Son
muchos los retos de la candidatura de Chávez, no porque ponga en duda
su triunfo, ya todos los estudios de opinión medianamente serios de
nuestro país demuestran su victoria para el 7O, sin embargo el
triunfalismo puede tener a cuesta la posibilidad de no reconocer
problemas estructurales que venimos arrastrando, inevitablemente
contradictorios con el proyecto socialista bolivariano, estos los he
enumerado en otras oportunidad, así que hoy obviaré el detalle.
Pero
de lo que podemos estar seguros, es que el pueblo venezolano prefiere a
un candidato enfermo de cáncer pero lleno de amor por su país, que un
candidato enfermo de odio, y cargado de la firme intensión de hacer más
rico a los de su clase, a expensas de más pobreza para los pobres de
siempre.
Es
la inscripción de Chávez el símbolo más fuerte de la lucha por la vida,
no de un hombre, sino de un pueblo cansado de ser dominado y controlado
por otros. La inscripción de Chávez es más soberanía, más pueblo, más
redistribución de la riqueza, más retos, más claridad en el destino. La
inscripción de Chávez es la conciencia madura del pueblo, que pide
socialismo bolivariano, a la venezolana. Por eso, la jornada que se
avecina, no será sencilla, porque Chávez deberá ganar dos veces: contra
los apátridas, y contra aquellos que teniendo buen corazón, aún no
comprenden que el camino que ha escogido la mayoría es irreversible.
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