Nicmer Evans./ El CNE de aquí al 7 de octubre será el objetivo político que servirá de excusa para desestabilizar
políticamente, como consecuencia de una inminente derrota electoral de
la oposición. Una serie de declaraciones de dirigentes opositores
durante esta semana, sumada al desconocimiento del árbitro por parte del
candidato Capriles, al no mencionarlo ni una sólo vez en el momento de
inscribirse ante éste, advierten la estrategia.
Si
de algo debe estar orgulloso el venezolano es de nuestra democracia,
tanto participativa como representativa, y si la piedra angular de la
democracia participativa es el Poder Popular, el Poder Electoral es el
elemento y espacio fundamental de la democracia representativa en
nuestro país. Y así ha sido, ante cada momento donde el pueblo demanda
consultar temas o elegir nuevas autoridades, el CNE no sólo ha definido
claramente las normas, sino que se ha encargado de operacionalizar todo
el proceso, habiendo sido imposible para aquellos que se oponen al
avance de la democracia venezolana, poder cuestionar resultado alguno.
El
caradurismo de la oposición en cuanto al Poder Electoral es descomunal.
Venezuela y el mundo aún esperando las pruebas de fraude anunciadas por
dinosaurios de la política venezolana en procesos pasados, y mientras
esto pasa, cuando ellos ganan alguna elección el CNE es bueno, pero
cuando pierden es fraude, así, en ninguna parte del mundo se hace
Política, lo que se hace es desestabilización política.
Sin
embargo, la oposición no está midiendo el fatal efecto de una postura
como esta, ya que al final, lo que le está diciendo a su electorado, ya
bastante mermado, es que no vote, ya que no debe confiar en el árbitro, y
una estrategia como esta en último término le beneficia a lo enemigos
de Capriles y Primero Justicia: AD, que juega de manera clara a salir de
Primero Justicia y del Presidente Chávez.
En conclusión, no podemos creer que esta postura de
descalificación del árbitro es ingenua, ya Datanalisis les ha dado a la
alta jerarquía opositora los resultados de los estudios que no han
hecho público ya que no le conviene a su cliente-candidato, y esto ha
conducido a redireccionar la estrategia. Ya Maria Corina Machado lo
advertía en Miami ante una conferencia con la comunidad venezolana
residente allá: “este conflicto es existencial” y no se resuelve sólo
por la vía electoral. Ellos están dispuestos a ir contra el pueblo,
irrespetar su decisión e irrespetar al poder soberano, porque ellos son
la “clase privilegiada e iluminada” que poseen la verdad pon encima del
resto que es la mayoría vista como lumpen, y para lograr esto deben ir
en contra del CNE, al que llaman el jugador número 12, pero
atribuyéndoselo al equipo equivocado. El CNE es el jugador número 12,
pero del equipo “Pueblo”.
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