Percy Francisco Alvarado Godoy./ La Embajada norteamericana en Caracas, ubicada a un lado de Colinas
de Valle Arriba, por encima de Las Mercedes, es un edificio moderno de 5
pisos, donde se acomodan las agencias norteamericanas, con funciones
plenamente definidas para revertir el proceso bolivariano en Venezuela.
Muchos entran y salen de la enorme edificación situada en la Calle F con
Calle Suapure, Urb. Colinas de Valle Arriba.
Unos, simplemente, van a
realizar trámites migratorios y otras consultas. Otros, los menos,
arriban para entrevistarse con los diferentes oficiales de la CIA, la
DIA, el FBI o alguna otra agencia de espionaje con tapadera como la
USAID y otras ONGs.
Está claro que éstas no son simples visitas
de cortesía y el protocolo no es la cuestión fundamental en esos
encuentros. Lo fortuito tampoco existe. Otros encuentros se realizan
fuera de la embajada, en lugares públicos o alejados del ojo avizor de
los servicios de contrainteligencia bolivarianos.
Muchos de los
visitantes, devenidos ahora en agentes activos de estas agencias,
particularmente de la CIA, han recorrido un largo proceso para su
aceptación como tales. Procesos iniciados algunas veces en la misma
Venezuela, otras en viajes furtivos a Estados Unidos o alguna nación
como Panamá, Colombia, México, Chile o en la lejana Europa. Otros han
sido reclutados en universidades o de la masa de buscavidas que se
oponen al proceso revolucionario.
La CIA acumula vasta
experiencia en el reclutamiento de su agentura y ha establecido
procedimientos estándares empleados tras largas décadas, perfeccionados
en los últimos años con la apoyatura de los avances tecnológicos.
La
primera fase del proceso de reclutamiento no se inicia en el primer
encuentro entre el Oficial de Caso y su futuro candidato a espía.
Primero que todo, el proceso se inicia en Langley, la sede central de la
Agencia, en donde se elaboran los planes y se definen los propósitos a
alcanzar en la guerra sucia contra Venezuela. Cuando ya todo esto está
establecido, los oficiales se encargan de buscar al personal
potencialmente indicado para ejecutarlos.
Proceso de planificación:
Concebir
la guerra sucia de la CIA hacia Venezuela, de manera simplista, es un
error. La misma presupone el empleo de un complejo sistema de acciones
económicas, políticas y sociales, cuyo objetivo final, sí es uno:
destruir a la Revolución Bolivariana. Por ello, en la planeación y
dirección de esta guerra intervienen grupos multidisciplinarios, cuya
actividad de los mismos abarca acciones tan complicadas como la guerra
mediática, el sabotaje económico, acciones violentas, maniobras
políticas, generación de conflictos internos y externos, subversión,
exacerbación del nacionalismo o contradicciones inter étnicas, guerra
sicológica, sabotajes, generación de confusión y desaliento, labor de
zapa, compra de voluntades, labores de comprometimiento de cuadros
políticos, sonsacamiento, etc.
Este grupo se encarga igualmente
de preparar escenarios alternativos desestabilizadores, seleccionando
adecuadamente a sus protagonistas sociales e individuales para ser
empleado en cada caso. También analiza, para cada escenario, los
factores ajenos a Venezuela que pueden ser usados, coyunturalmente,
tanto como aliados o como facilitadores de sus planes
desestabilizadores. Una amplia gama de oficiales y analistas, encargados
en la promoción de campañas de marketing mediático, sobre todo cuando
se cuenta con la alianza de importantes medios de comunicación dentro y
fuera de Venezuela, entran en acción. El involucrar a Venezuela con el
terrorismo, el narcotráfico, la trata de personas y de armas, es parte
de este marketing debidamente estructurado. El propósito es convertir un
mentira, mil veces repetida, en una verdad supuestamente creíble.
Esto
debe partir, a pesar de todo, de un pormenorizado estudio situacional
que permita descubrir fortalezas y debilidades, oportunidades y
limitaciones para la implementación de los planes. Es esencial, por
ende, conocer al detalle no solo a las fuerzas políticas alineadas a la
Revolución, sus coincidencias y discrepancias, así como establecer
perfiles de cada uno de sus entes movilizadores. La CIA presta, por
ende, especial atención a cada dirigente bolivariano, a sus
características personales y nivel de compromiso; asimismo a sus propias
particularidades personales, roles, potencialidades, niveles de
influencia y liderazgo, así como a sus propios rasgos temperamentales y
de personalidad, tales como nivel de socialización, habilidades
comunicativas y defectos individuales. No quedan exentos los estudios
grupales, la caracterización de las fuerzas sociales como sindicatos,
etnias, movimientos estudiantiles, comunidades, estableciendo la
dinámica política dentro de las mismas, aspiraciones económicas y
necesidades inmediatas; papel preponderante se da a la caracterización
de los líderes de estos movimientos, sus anhelos personales, su nivel de
compromiso y sus vulnerabilidades.
Otro marco ideal para la CIA
es la detección de personas que no hayan tenido una marcada relevancia
política y que pueden ser factibles de infiltrar diferentes estamentos
para realizar labores de búsqueda de información. De ser personas
conocidas, cuyo desempeño se haya desarrollado en actividades políticas y
militares de oposición militante, sus conocimientos pueden ser
empleados, más que para tareas de infiltración, en tareas de
capacitación, asesoría y reclutamiento. En muchos casos se comvierten en
ejecutores de planes violentos tras bambalinas.
La CIA también
cuenta con una vasta lista de mercenarios o soldados de la fortuna que
pueden tener larga experiencia en conflictos bélicos, técnicas de
subversión, manejo de explosivos, sabotajes, secuestros y otras acciones
de corte violento. Mucho material humano puede ser reclutado en la
vecina Colombia, en Estados Unidos, en desertores de las FF AA y en
participantes en recientes conflictos bélicos en Irak, Afganistán,
Kosovo y otras naciones.
Hay que tener claro, que las
actividades de la CIA se realizan mediante personas. Independientemente
de la sofisticada tecnología que emplea, por lo que la calidad y
motivación de las personas se convierten en un atractivo para la misma.
La clave del éxito de un espía para cualquier servicio son la
motivación, eficacia en el desempeño, así como un conjunto de
capacidades y habilidades cruciales en el mundo del espionaje, tales
como capacidad de desdoblamiento, dotes histriónicas, memoria
prodigiosa, habilidad de sonsacar, don de gentes, carisma, y, sobre
todo, compromiso. Eso busca la CIA en las gentes y lo trata de explotar
con eficacia.
Las etapas previas al reclutamiento del agente son
diversas y complejas, iniciándose, como ya señalamos, en la planeación
de las tareas, el proceso de selección, estudios de perfiles de los
candidatos, evaluación de las formas más idóneas para el reclutamiento
de cada uno, –lo que obviamente varía en cada caso particular-, y, por
último, la fase de acercamiento al candidato, teniendo en cuentas las
vías posibles y las más eficaces para su socialización con el mismo.
Este proceso, basado en una lógica bien diseñada, cumple los siguientes pasos:
a. Localizar al agente potencial y establecer un amplio perfil del mismo.
b. Establecer su correspondencia con las tareas a realizar.
c. Investigación inicial de los antecedentes del agente. Caracterización y definición de perfil.
d. Acercamiento y reclutamiento.
e. Asignación de tareas.
f. Adiestramiento del agente.
g. Desarrollo de una supuesta identidad o leyendamiento de la propia identidad.
h. Control del desempeño y evaluación.
i. Asignación de nuevas tareas o eliminación de compromisos.
Como
señalamos en un principio, la embajada norteamericana en Caracas cuenta
con un vasto grupo de oficiales experimentados para el cumplimiento de
estas misiones y la conformación de los grupos de tareas (Task Forces)
es permanente en correspondencia a cómo se conformen los planes, tanto
de la CIA, la DIA, la DEA o del FBI. Cada una de las secciones de la
misma actúa con oficiales operativos con pleno dominio de los planes,
abultados presupuestos, analistas de profiles, métodos y formas
específicas de sonsacamiento, comprometimiento y reclutamiento. Mucha de
esta actividad se realiza en el exterior, siguiendo los mismos
estándares del proceso de captación, aunque con mayores libertades e
impunidad.
La gran masa de potenciales agentes pueden ser
detectados entre las llamadas fuerzas amistosas (grupos de exiliados
como UnoAmérica, ORVEX, VEPPEX y otras organizaciones radicadas
fundamentalmente en La Florida; fuerzas no amistosas cuyas personas
pueden ser susceptibles de ser reclutadas mediante amenazas, chantajes,
comprometimiento, colaboración forzada, etc.; organizaciones no
gubernamentales (ONGs), que sirven de tapadera a labores de
inteligencia, subversión y otras misiones desestabilizadoras, cuyo
financiamiento depende principalmente de la manera en que cumplan las
tareas asignadas; medios de comunicación y periodistas, cuyo trabajo
principal está dirigido al trabajo mediático, a la distorsión de la
realidad, a la satanización del proceso bolivariano y su líder
principal, a la especulación morbosa, a las campañas engañosas
encaminadas a desacreditar los avances sociales y, particularmente, a
falsear la realidad de los derechos humanos en Venezuela.
Los
potenciales agentes pueden ser encontrados en profesionales de vasta
experiencia desligados de compromisos con otras agencias o cedidos por
las mismas en forma de colaboración, así como un pequeño de grupo de
colaboradores que, por libre albedrío, se ofrecen voluntariamente. Estos
son los más analizados por parte de la CIA, temiendo la penetración de
agentes dobles.
En Venezuela, de manera particular, y como
analizaremos en los próximos comentarios, el reclutamiento de agentes
tiene un matiz muy peculiar en el caso de los programas de intercambio
académico, lo que le permite a la Agencia estudiar con particular
detenimiento a sus potenciales agentes en su propio terreno, el
territorio norteamericano. Uno de estos casos son los programas
Fulbright, Hubert H. Humphrey, el Institutos de Verano para Profesores
Universitarios, los Institutos de Verano para Profesores de Secundaria,
el Institutos de Verano para Líderes Estudiantes, Líderes
Internacionales en Programas De Educación (ILEP), American Corner,
Ingles Intensivo para Estudiantes de Pre-grado, Programa de Visitantes
Internacionales, programa de Conferencistas y Especialistas de los
EE.UU., así como otros programas alternativos relacionados con la
sociedad civil, el desarrollo de las ONGs, la educación cívica, el
desarrollo de los medios de comunicación, la capacitación judicial, los
derechos de propiedad intelectual y la administración pública.
Dentro
de estos programas sobresale el de los Jóvenes Embajadores, a quienes
se traslada a los EE UU en forma gratuita para realizar “intercambios”
con altos funcionarios de Washington. Por supuesto, en la selección de
los jóvenes se tiene en cuenta sus facultades de liderato y otras
potencialidades que, posteriormente, serán debidamente explotadas por
sus promotores. Los seleccionados son generalmente pertenecientes a la
organización Compañeros de Venezuela.
Un papel destacado lo
cumplen en estas tareas de inteligencia las Oficina de Asuntos Públicos,
la Oficina de Prensa y Cultura y los funcionarios militares y de las
agencias de inteligencia, las que operan dentro de la embajada con
diferentes fachadas. La Oficina de Prensa y Cultura actúa como punto
focal del acercamiento a los principales representantes del mundo de la
cultura y de los medios de comunicación, orientándoles a sus reclutados
las principales misiones subversivas a desarrollar en correspondencia
con el dinámico comportamiento del contexto político. Esta oficina se
encarga, precisamente, de la selección de quiénes pueden ser reclutados
en el marco de los programas de intercambio y dentro de la prensa y la
cultura venezolana.
Otras agencias dentro de la Embajada
administran las diversas partidas secretas del CIA y el Pentágono,
muchas veces disfrazadas como ayuda a las ONGs, para financiar la labor
subversiva dentro de Venezuela. Son realmente cifras millonarias a
repartir a través de la USAID, la NED, el IRI, el NDI, Freedom House y
otras ONGs asentadas en el país y cuya finalidad es, a la larga,
destruir a la Revolución Bolivariana.
Actualmente, un papel
relevante en la conformación del trabajo subversivo en Venezuela lo
desempeña nada menos que James Derham, asignado en Caracas en octubre de
2011, como Encargado de Negocios. Su larga hoja de servicios en tareas
de espionaje como Cónsul en la Habana, Ciudad Juárez y Sao Pablo, luego
como ministro consejero en Lisboa y jefe de proyecto de la USAID en
Kosovo. Ya en el 2005 fue embajador en Guatemala hasta el 2008, pasando a
ocupar otros cargos dentro del Departamento de Estado y en otras
misiones diplomáticas en Ciudad de México, Brasilia y Río de Janeiro.
Sus vínculos con la USAID lo evidencian, desde hace algunos años como un
hombre relacionado estrechamente con la CIA. Hay quien comenta que
estos vínculos fueron establecidos, como es típico de la Agencia, desde
que Derham realizó estudios en la Universidad de Fordham y maestrías en
Harvard y en la Universidad George Washington.
El señor James
Derham es un artífice de las relaciones humanas y no pierde el tiempo
para hacer amigos, a los que potencialmente puede reclutar o, al menos,
emplear mediáticamente en su labor desestabilizadora en Venezuela. El
pasado 30 de mayo se fue hasta Baruta con la finalidad de hacerse notar
ante la clase magistral ofrecida por el jugador venezolano de la NBA,
Greivis Vásquez, y la ex jugadora estadounidense del baloncesto femenino
Nykesha Sales, en el polideportivo Rafael Vidal, de La Trinidad, en
Caracas. Allí Derham no solo hizo acto de presencia, sino evaluó sobre
el terreno, típico de él, la situación preelectoral y el estado de
opinión de los presentes.
El 22 de mayo, Derham participó en una
reunión en la sede del Ministerio del Poder Popular para Transporte
Acuático y Aéreo, en Caracas, junto a representantes de compañías aéreas
estadounidenses como Delta Airlines, American Airlines, Federal Express
y United Airlines, junto a funcionarios del gobierno venezolano. Allí
se aseguró que en Venezuela las operaciones aeroportuarias son seguras y
confiables. Pero Derham realizó también sus estudios de perfil de los
funcionarios venezolanos asistentes y envió un informe respectivo a la
CIA y al Departamento de Estado.
Otras de sus visitas de
evaluación sobre el terreno la realizó recientemente James Derham al
alcalde del municipio Libertador, Léster Rodríguez, aprovechando el XX
Aniversario del Centro Venezolano Americano de Mérida (Cevam). Allí
evaluó, “in situ”, las posibilidades de realizar intercambios
permanentes con las autoridades de este municipio. Asimismo, Derham
agradeció la posibilidad de poder intercambiar con las autoridades de la
Universidad de Los Andes y todos los factores políticos y sociales de
la zona. Sin ambages, James Derham, destacó que el diálogo “resultó muy
productivo cultural, social y políticamente.”
La cargada agenda
de Derham lo llevará el próximo 19 de junio nada menos que ante
FEDECAMARAS, donde se realizará el seminario “OPORTUNIDADES DE INVERSION
E IMPACTO PARA VENEZUELA: “Tratado de Libre Comercio Colombia – Estados
Unidos”. Allí, con la flor y nata de la oligarquía anti bolivariana,
analizarán cómo impactará el TLC entre EE UU y Colombia en Venezuela.
Servirá para que Derham evalúe con muchos de los presentes las futuras
acciones pre-electorales de la derecha venezolana. Esa es su misión como
espía y sabe cumplirla.
(Continuará)
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