“Cuando el destino nos alcance” es el título en castellano de una famosa película de 1973 en la que se hace referencia a un mundo ficticio donde la superpoblación y anunciado empobrecimiento mundial provocado por la crisis ambiental han condenado a los humanos a transitar un destino terrible.
El nombre de dicha producción cinematográfica nos sirve para enmarcar filosóficamente una breve reflexión en torno a las conocidas redes sociales digitales como Facebook y Twitter (sólo por nombrar las principales) y el contexto especial de lucha política que se vive en Venezuela. No tenemos ánimo de hacer una exposición exhaustiva sobre redes sociales, desarrollando todas las aristas que pueden desprenderse, para ello tenemos artículos al respecto esclarecedores y muy completos (Ver las publicaciones de Michael Ramírez http://www.rebelion.org/noticia.php?id=133783 y Luigino Bracci http://www.aporrea.org/tiburon/n196261.html), lo que sí deseamos hacer son algunas consideraciones para abrir el debate sobre algunos asuntos de interés y tratar de proponer caminos para construir.
Facebook, Twitter ó ¿En qué estaban pensando?
El mes de Febrero fue particularmente fecundo en torno al debate sobre el papel de las redes sociales digitales, su verdadera naturaleza y el papel que cumplen en la política venezolana, todo esto motivado por dos hechos especiales; en primer lugar, la censura a la etiqueta #palantecomandante (ver http://bit.ly/wwnQlm) y en segundo término, la denuncia de la suspensión de más de 300 cuentas de usuarios chavistas (ver http://bit.ly/A38pEE). Ahora bien, cual es el asunto aquí. Debería acaso sorprendernos que una empresa de tecnología norteamericana, con capital norteamericano, en la que tiene intereses y motivaciones, al igual que en Facebook, la CIA y el Departamento de Estado (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=143193) y que además responde obediente y gustosamente a la Ley Patriota, actúe de esa manera. Creo que no. Lo que debería es sorprendernos cómo develaron sus verdaderas intenciones con algunos meses de anticipación a la contienda electoral (¿Error involuntario dentro de la estrategia de guerra de IV generación o un experimento para medir reacciones?).
No nos llamemos a engaño, en una situación de conflicto intervencionista tipo Libia o Siria, poco o nada estaríamos preparados los militantes revolucionarios para un “apagón selectivo” de dichas empresas sobre las cuentas y mensajes de quienes apoyaríamos al pueblo venezolano y al gobierno del comandante Chávez. Incluso voy más allá. Han pensado, aquellos que ven en los dos millones y medio de usuarios del presidente una “victoria comunicacional”, que la cuenta @Chavezcandanga podría ser manipulada para lograr confusión en la población; o quién cree que a Twitter le temblaría la mano para escribir en la cuenta @Chavezcandanga falsas informaciones (tipo las que se sucedieron el 11 de abril del 2002 –supuesta renuncia del presidente, por ejemplo-). ¿Es tan descabellado pensar en esto? ¿Sí? Tan descabellado como los que pensaron que la OTAN no se atrevería a masacrar al pueblo libio.
Red digital del Sur y Ciberespacio: Algunas consideraciones
Creo que más allá de debatir sobre si continuar o no en Twitter, o si el sistema de medios públicos debe seguirle haciendo campaña gratis y masiva a dicha empresa (Cuestiones que se deben debatir, pero que no son el objetivo del presente artículo), la prioridad está en considerar que no podemos simplemente cruzarnos de brazos y rezar “porque pase lo mejor”. Ya el Ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza, a raíz de los sucesos que anteriormente explicaba, comentaba el 26 de febrero (en su cuenta de twitter) lo siguiente “Los compas de nuestros centros de investigación en informática y de la comunidad de software libre, con el reto de generar nuestra red social”.
Ahora bien, creo que el Ministerio debe, cónsono con la política y espíritu del proceso revolucionario, servir de plataforma para que el debate sobre dicha Red Social Digital se convierta en un asunto masivo y de interés nacional, donde participen de manera proactiva y militante todo aquel que se sienta con ideas y ganas de aportar. Hay que evitar que el proyecto, se centre y se circunscriba a cuatro paredes ministeriales, y que nazca de los intereses y motivaciones de un grupo. Dicha Red Social, se enfrentará de entrada contra toda una maquinaria mediática que la estigmatizará, tratando de estereotiparla negativamente como un ghetto o reducto de quienes apoyan al presidente Chávez. Es necesario que lo que nazca no sólo cuente con el potencial para competir con lo existente, que sea atractivo y funcional, sino que además promueva innovación, es decir, aporte algo nuevo. No puede ser una herramienta “sólo para chavistas”, tiene que ser una herramienta para todos, y cuando digo todos, no me refiero solo al pueblo venezolano, sino a todos los pueblos del continente y el mundo.
Esa Red Digital del Sur, que llamo por cuestiones de economía discursiva simplemente REDSUR, debe convertirse en la punta de lanza, en una idea fuerza que no sólo abra el debate, sino que sea la excusa perfecta para impulsar una política masiva de apoyo a proyectos de tecnologías de información y comunicación, que escape a las lógicas institucionales y muchas veces anquilosadas de los espacios burocráticos. Ya existen algunas iniciativas y grupos avanzando, se me ocurre por ejemplo mencionar la Comuna Nodo Libre (Ver http://www.aporrea.org/tiburon/n196261.html) o la red Bicentenario200 (Ver http://www.bicentenario200.com.ve/index.php) por solo citar algunas. Pero la propuesta, que en este sentido hago como llamado de atención sobre el ministro, es avanzar en una verdadera revolución tecnológica, que abarque no sólo la utilización de lenguajes y herramientas de software libre ya conocidos como elgg, status.net o identi.ca para construir la nueva herramienta, sino incluso pensar desarrollarlo desde cero, sin maquetas, ni condiciones preestablecidas, utilizando toda la fuerza creadora y talento de los venezolanos, en una gran batida nacional, llamando a todo el mundo, proponiendo foros y encuentros nacionales, de Delta Amacuro hasta la Goajira, recogiendo experiencias y construyendo un proyecto con las mejores ideas e incluso la mejores prácticas. Sabemos que esto puede encontrar limitaciones operativas y logísticas, pero les aseguro que al final del día dará muchas más satisfacciones que simplemente salir en una rueda de prensa diciendo “Oigan, este es el camino todos fórmense y sigan la línea”.
Un último comentario
Conforme este proceso avanza (el de construir en colectivo esta nueva Red Social Digital), es necesario además que el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Defensa y los Centros Académicos (Por ejemplo, la UNEFA), comiencen el debate para la creación de una política de seguridad y defensa que tenga como objeto y campo de reflexión la ciberseguridad (y todos los elementos que en ella tienen lugar, ciberguerra, redes digitales y telemáticas, hackactivismo, etc). En este contexto de amenaza imperial, donde Estados Unidos ya comienza a establecer un código de acción y un patrón discursivo, en el que los ataques digitales a su país serán vistos como casus belli, es decir, como motivos de guerra (Ver http://bitelia.com/2011/05/politica-estados-unidos-red/ ) ¿no es acaso vital poner a resguardo no sólo toda nuestra infraestructura digital y de telecomunicaciones, sino además establecer claros y contundentes protocolos para enfrentar ataques y desmentir a su vez las “ollas cibernéticas” que Estados Unidos pueda montar contra pueblos a los que desee invadir?. Ya Irán, así como China y la misma Rusia han tomado nota del asunto y por lo menos en el caso de la nación persa han adelantando acciones al crear el Consejo Superior del Ciberespacio (Ver http://www.correodelorinoco.gob.ve/multipolaridad/iran-creo-consejo-superior-ciberespacio/).
Considero necesario que nuestro país cuente con una Oficina Nacional de Asuntos Cibernéticos y Digitales, una entidad con rango superior que responda directamente al Jefe de Estado y que funcione en coordinación con el Consejo de Defensa Nacional para que se institucionalicen todas las iniciativas que como ideas dispares y fragmentarias existen por todo el país en torno a la seguridad y defensa de nuestros intereses en ésta área tan sensible.
De nuestra voluntad política, pero también disciplina y apertura crítica depende que podamos estar preparados para cuando el destino, uno que ya seguramente está claramente dibujado sobre la mesa de estrategia del pentágono, nos alcance.
@ciberejercito
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