miércoles, 14 de marzo de 2012

Majunchismo. (Por: Marciano)

LA VERDAD QUE ES PREOCUPANTE. El coloquial calificativo de majunche que Chávez le endilgó a la dirección  de la oposición, tuvo efectos lapidarios. Fue una caracterización afortunada que, día tras día, es confirmada por la realidad. Majunche es algo así como tonto, inepto; sin personalidad, desechable, y así por el estilo.


Y lo cierto es que en la práctica el liderazgo opositor, después de haber escogido candidato presidencial para los comicios del próximo 7 de Octubre, lo confirma plenamente. ¿Por qué? Sencillo. Porque la dinámica actividad del chavismo, demostrativa de que el liderazgo de Chávez se proyecta, más allá de su presencia pública –el escualidismo majunche se creyó el cuento de que sin el Presidente no había capacidad de movilización-, tiene confundida a la oposición. El contraste de la soledad que acompaña al candidato de la derecha, sus esmirriadas marchas, falta de carisma y la vaciedad del mensaje, con la pujanza del chavismo, tiene efectos demoledores. Desmoralizantes, como lo pudo verificar este escribidor conversando con viejos amigos ubicados hoy en el antichavismo. El majunchismo es la estapa superior de la pendejería, es decir, la de la desconexión con la realidad, que ahora lo puede comprobar con amargura el decaído universo opositor.
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PERO EL MAJUNCHISMO VA MÁS ALLÁ. Ante la ausencia de acción, la pérdida evidente de la calle, la falta de iniciativa y el vacío generado por la precariedad del discurso, busca reaccionar. Pero, desde luego, no revisando la política, obligando al candidato a que haga un curso urgente de oratoria y le dedique varias horas del día a leer, a actualizar su conocimiento; la reacción no es otra que seguir por el mismo sendero que, fatalmente, lo conduce al despeñadero. La euforia que en el majunchismo provocó el resultado fraudulento de las primarias, los famosos tres millones de ficción, fue pura alegría de tísico. Lejos producir un repunte de Capriles en las encuestas, con el correr de los días se comprobó que mantuvo los mismos porcentajes de antes del referido evento.
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SIEMPRE SE DIJO QUE LA DESESPERACIÓN es una pésima consejera, y lo estamos comprobando con lo que le pasa a la oposición con la política majunche de sus líderes. Como quiera que no hay marchas presentables, sino raquíticas apariciones puntuales que no dan para despliegues publicitarios, y como no hay discurso, ni mensaje, ni ofertas de interés, la repercusión informativa en los medios es imperceptible. Por más esfuerzos que hagan los medios incondicionales de la MUD majunchera, resulta imposible recoger el efecto de lo que no existe o de lo que simplemente es una pobre muestras de debilidad.
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POR ESO EL MAJUNCHISMO APELA A LA ALTERNATIVA que le es familiar, y en la que es experta la dirección oposicionista: La violencia. Para un candidato guarimbero y un equipo ducho en celadas golpistas, es una tentación incontrolable apelar a la provocación, recurrir a las agresiones. Un recurso es el autoatentado como pasó con la tramoya montada en Cotiza con la finalidad de que trascendiera un recorrido mustio, y otro la ridícula utilización de algunos jóvenes encadenados ante el CNE para solicitar que les coloquen en sus universidades centros de inscripción electoral. ¡De vaina no piden que los inscriban a domicilio! Pero no hay porqué extrañarse ante tan grotescas manifestaciones de la enfermedad que aqueja a los dirigentes de la oposición, ya que el majunchismo es un subproducto de la mediocridad y de la carencia de principios.

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