Celebrar muertes. ¿Una aberración inducida por los medios? |
“Osama Bin Laden, como sabemos todos, tuvo la gravísima responsabilidad de difundir división y odio entre los pueblos y de instrumentalizar las religiones con ese fin. Frente a la muerte de un hombre, un cristiano no se alegra nunca, pero reflexiona sobre la grave responsabilidad de cada uno ante Dios y ante los hombres y espera y se compromete para que cualquier acontecimiento no sea ocasión de un aumento posterior del odio, sino de la paz”.