Pués bien, en la misma dirección nos sorprendió ver en el periódico caraqueño afecto al Proceso Bolivariano “Correo del Orinoco”, en su edición del día miércoles 02-03-2011, una noticia en los siguientes términos : “Zar anti-drogas de EEUU reconoce esfuerzos de la República Bolivariana de Venezuela en la lucha contra el narcotráfico. Gil Kerlikoske, Director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de USA, reconoció el lunes el esfuerzo de las autoridades venezolanas en la lucha anti-drogas, en un evento realizado en la Universidad George Washington ubicada en la capital estadounidense. Estamos preocupados por el tránsito de drogas por Venezuela, sin embargo vemos que, para funcionarios del gobierno venezolano, ello es una prioridad y se está realizando un esfuerzo importante, sobre todo en lo que a supresión de la oferta se refiere, porque nadie quiere ser un país de tránsito, señaló el Zar antidrogas de USA. El evento, denominado :”Seguridad, Drogas y Democracia en América Latina”, contó con la presencia de especialistas en el tema de distintas universidades y centros de pensamiento del país norteño…”
De los párrafos precedentes podemos extrapolar en toda su dimensión el cínico doble discurso de los personeros encumbrados del gobierno yanqui. Por un lado, utilizando un estilo de “perdonavidas” intentan dorarle la píldora a Venezuela y su inmenso esfuerzo por cerrarle el paso a las ingentes cantidades de drogas, fundamentalmente clorhidrato de cocaína que por centenares de toneladas pugnan por utilizar nuestro territorio como espacio en tránsito, pero mas que todo para crear un “efecto pantalla”, encubridor del verdadero y real camino expedito de la droga hacia el paraíso de los consumidores que, por un aproximado de 40 millones se han establecido en los 51 Estados de la Unión, mas otros territorios asociados, incorporados uotras figuras que la configuración imperialista ha determinado en regiones de ultramar y extracontinentales. Valga el ejemplo que, mientras el Gobierno de USA y el de Colombia utilizan las maniobras distraccionistas con la cantaleta del paso libre por Venezuela, florece a mas y mejor la llamada Ruta del Pacífico, en la cual se ven empantanadas todo tipo de naves fluviales y marítimas, así como aeronaves de las propias Fuerzas Armadas Norteamericanas en un criminal “puente aéreo” a la vieja usanza de los tiempos de la Guerra Fría, además de la aparición los novísimos submarinos de mediana capacidad que, con una diabólica precisión, cargan no menos de 2.000 kilogramos de droga por viaje, prácticamente en traslados expeditos desde la costa colombiana hasta los predios californianos estadounidenses, en donde son entregados a la complicada pero muy eficiente red de distribución al detal por toda la Unión y una vez recolectada la inmensa tajada dineraria de los lustrosos billetes lavados, regresan por la misma ruta submarina para completar el infernal ciclo del pingüe negocio, totalmente encubierto por las propias élites gobernantes en ambas sociedades de cómplices. Así como en el Norte de África y en el Medio Oriente el leiv motiv de los conflictos es el petróleo, aquí en la zona septentrional de América del Sur, el combustible alucinógeno de la cocaína, dispara los enredos de los indescriptibles mecanismos del mercado de libre comercio, tan cacareado por los regímenes tanto de Colombia como de USA.
NOTA BENE.- A la manera de notas complementarias nos permitimos transmitir a los lectores de MULTITEMAS, una faceta poco conocida pero indispensable para completar el ciclo de producción del clorhidrato de cocaína requerido por la desmoralizada masa de consumidores estadounidenses atrapados en la adicción y sin ninguna política efectiva ni de prevención ni mucho menos de curación y reinserción social tan requerida en estos casos. Se trata de las inmensas cantidades de sustancias precursoras del proceso químico de elaboración de la cocaína consumible, estamos hablando de muchas toneladas (en forma líquida o sólida) de : carbonatos de calcio, potasio y sodio; hidróxido de sodio; ácido sulfúrico; permanganato de potasio; peróxido de hidrógeno; éter etílico; ácido clorhídrico y metil acetona. Todos estos compuestos químicos son producidos mayoritariamente tanto en EEUU como en Europa y en menor cantidad en algunos países asiáticos y en su totalidad ingresan a Colombia legalmente a sabiendas de su destino final como parte de la receta para la producción de la cocaína. ¿Entonces cuál es la verdadera lucha del Zar Gil Karlikoske y su Jefa, Doña Hílary, seguirá con el empeño de tratar de involucrar a Venezuela o se dignará voltear sus cañones hacia los verdaderos blancos de ataque ?.
No saben acaso en el Departamento de Estado de la Señora Clinton y su ineficiente DEA, que la producción en grande de cocaína ya no se está realizando en los llamados laboratorios de la selva, sino que se ha trasladado hacia los alrededores de las grandes ciudades neogranadinas, tales como Medellín, Bucaramanga, Santa Marta, Cartagena, Cúcuta y hasta la propia Bogota en donde se han instalado las llamadas “cocinas”, o sea centros artesanales, pero muy efectivos en cuanto a productividad y en los que se elaboran toneladas del alcaloide y desde donde es mas fácil su camuflaje y transporte hacia los puertos de embarque de la Ruta del Pacífico y en donde por añadidura es mas simple la adquisición de los precursores químicos en el mercado legal…?
OTRO SÍ.- ¿ Sabían los lectores que la primera receta del refresco COCA-COLA contenía extractos de hoja de coca hasta en una proporción de 9 miligramos de por vaso..? ¿Y que en la actualidad la empresa Stepan Chemicals Entreprises de Chicago, Illinoins, importa un aproximado anual de 115 toneladas de hojas de coca desde Perú, para la producción de 5 millones de litros de concentrado para la receta del refresco, los cuales son repartidos por el mundo a las distintas concesionarias del refresco, incluyendo la de Venezuela…?
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