El país que le prestó su
credo sunita wahabita a los asesinos del Isis en París no dará la más
mínima importancia al hecho de que François Hollande sople y resople
sobre la guerra. Arabia Saudita ya ha escuchado todo esto antes, todo lo
del Nuevo Orden Mundial desde 1991, cuando George Bush padre soñaba con
una expresión sub hitleriana de Medio Oriente en la que podría existir
un oasis de paz, un lugar sin armas, y la riqueza que de ellas proviene,
en que las espadas se convirtieran en arados, o al menos en buques
petroleros más grandes y oleoductos más largos.
Los sauditas están demasiado ocupados
haciendo volar en pedazos a Yemen en su enloquecida guerra contra los
hutíes chiítas como para preocuparse de los locos sunitas wahabitas del
Isis.
Su enemigo sigue siendo el nuevo mejor
amigo de Estados Unidos, el Irán chiíta, y están tan empecinados como
siempre en destronar al presidente alawita chiíta de Siria, aun si el
Isis está en la primera fila de los enemigos de Bashar al Assad.
Arabia Saudita también sabe que la política exterior francesa ha favorecido el comercio tan fervientemente como alguna vez se opuso a un acuerdo nuclear con Irán, y miles de millones de dólares en armamento estadounidense seguirán fluyendo hacia el reino, a pesar de los nexos de este con el culto que destruyó 129 vidas en París.
Si alguien cree que Barack Obama va a
disciplinar a la democracia teocrática de los árabes sauditas, debería
echar un vistazo a la propuesta de vender armas estadunidenses por valor
de mil 29 millones de dólares al rey Salman, de 79 años de edad, para
darse cuenta de que a Washington no le interesa controlar la ferocidad
del reino.
Riad ha dejado de bombardear al Isis en
gran medida (¡sorpresa, sorpresa!), pero necesita armas desesperadamente
después de quemar todos sus arsenales atacando a los yemeníes, hundidos
en la pobreza. El contrato de venta de armas a Arabia Saudita ya fue
aprobado por el Departamento de Estado estadunidense e incluye
municiones de ataque directo fabricadas por la compañía Boeing y bombas
guiadas por láser tipo Paveway, construidas por la firma Raytheon.
Los hutíes, huelga decir, aún controlan
la mayor parte de Yemen, incluida la capital, Saná, pese a que es pura
mitología de Riad la supuesta asistencia militar que el grupo yemenita
recibió de Irán.
Grupos de defensa de los derechos
humanos han acusado durante mucho tiempo a los sauditas de lanzar
ataques aéreos y de asesinar indiscriminadamente a civiles. Según cifras
de la Organización de Naciones Unidas, estas muertes ascienden a 2 mil
355. Cada una de estas vidas es tan preciosa como las 129 a las que se
puso fin el pasado viernes.
Los estadunidenses y franceses
presumiblemente querrían que los sauditas mataran a 2 mil 355 miembros
del Isis, pero esto no sucederá. El Congreso estadunidense ya autorizó a
Obama a vender otros 600 misiles antiaéreos Patriot PAC-3, lo que
aporta 5 mil 400 millones de libras esterlinas a los bolsillos de
Lockheed, a pesar de que los hutíes no tienen un solo avión.
Supuestamente estos misiles están
destinados a proteger a los sauditas de un ataque aéreo iraní, que nadie
en toda la región del Golfo cree que tendrá lugar.
En cuanto a las nuevas leyes de
emergencia de Francia, ninguna de éstas afectará a los sauditas ni a
ninguna otra nación árabe. En Medio Oriente, donde los dictadores
locales, reyes y emires –casi en su totalidad
aliados de Occidente– regularmente espían a sus ciudadanos, intervienen sus teléfonos y torturan a su pueblo, a nadie le importa si las nuevas leyes de Hollande restringen la egalité o laliberté de los franceses.
Para los sauditas, la batalla familiar
entre el príncipe heredero, el ministro del Interior Mohammed bin Nayef,
y el ministro de Defensa, Mohammed bin Salman bin Saud, de 30 años de
edad y siguiente en la línea de sucesión, quien ha encabezado el
bombardeo saudita a Yemen, es mucho más interesante que el futuro del
EI.
Y algo que interesa mucho más a
Francia son sus propios y lucrativos acuerdos de venta de armas con
Arabia Saudita, donde Hollande aún tiene esperanzas, algo lastimeras,
cabe agregar, de suplantar a Estados Unidos y al Reino Unido como un
proveedor de armas del máximo nivel. Tal vez crea que está
en guerra con Isis, pero los mentores espirituales del así llamado califato permanecerán intactos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario