Para fortuna de la revolución, los que se consideran líderes de la
oposición al igual que como cuando El Gigante, siguen con la estrategia
estúpida de esperar que el presidente obrero, Nicolás Maduro, ejecute
alguna acción en beneficio del
pueblo para atacarlo, descalificarlo o, sencillamente, despotricar de la
medida.
Es la única forma que ponen en práctica toda vez que quieren destacarse,
porque se pudiera decir que figuran intentando un Golpe de Estado, pero
ahí al llegar a las chiquitas, se esconden y dejan solos a sus
seguidores. Son unos expertos abandonando el barco con la tripulación en
peligro.
Pero, en fin, ¡gracias a Dios! que así sea, que tengamos unos
adversarios de esa calaña, porque los chavistas debemos entender que esa
forma vil de proceder es una de las causas, o por lo menos ayudan
mucho, a que este país cuente con una oposición que en lugar de lucirse
cogobernando camine como el cangrejo:
dando pasos lentos, pero largos y firmes hacia atrás, sin dejar ninguna
duda de que jamás volverán, y que nunca más le pondrán las posaderas a
la silla de Miraflores.
Con respecto de la guerra económica y los golpes que la revolución le da
a los acaparadores y especuladores, se vive algo insólito. Dirigentes
de ese sector antichavista se la pasan criticando que si la falta de alimentos
y medicamentos, que si la inflación y el control de cambio, que sino se
combate la chikunguya, incluso, enarbolan banderas en el momento que
baja el precio del petróleo, pero entonces
callan de una manera pasmosa cuando el Gobierno a través de la Sundde
les propina golpes certeros y contundentes a los especuladores y
acaparadores.
Hace días quedé estupefacto frente al televisor cuando vi que el
diputado de Primero Justicia, Tomás Guanipa, enfilaba su arsenal en
contra del incrementó de 45 por ciento al salario de los militares. Minutos antes, Nicolás Maduro con el presidente de la AN, Diosdado Cabello, y el Superintendente de Precios
Justos, Andrés Eloy Méndez, habían anunciado el allanamiento de un
galpón en Aragua repleto de cauchos, aceite automotor y otros insumos,
pero de eso el parlamentario opositor no dijo nada. Calló seguramente
creyendo que los televidentes somos estúpidos. Y ese es el
comportamiento y la manera de proceder de la mayoría de los adversarios.
Tampoco se pronunciaron cuando en estos momentos del Chikungunya que los
pacientes no consiguen medicinas, el Gobierno allanó un galpón lleno de
fármacos y equipos médicos. Bueno, en realidad no se pronuncia en
ninguno de los decomisos, esta gente hace un mutis cómplice, muy
evidente, acerca de los especuladores y acaparadores, y más cuando se
encuentran implicados grandes empresarios.
Pero como expresé antes, menos mal que contamos con una oposición tan
perversa como esa, porque en suma, eso es garantía de que no volverán.
¿Imposible dejar regresar a políticos con tanta maldad y mala intención
hacia el pueblo que, para colmo, creen que la mayoría de la gente es
tarada, que no se da cuente de sus maniobras sucias, bajas, traperas en
contra de todo lo que haga el Gobierno.
albemor60@hotmail.com
@AlberMoran
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