Habló Maduro tal como lo había anunciado y la derecha le
sampa un apagón de medio país. Estos escuálidos definitivamente siguen
desquiciados, producto de estrategias bien planificadas por sus medios de
comunicación y seudo líderes que saben que no tienen nada que buscar en el
escenario político de Venezuela.
Sin
embargo, quien maneja los hilos que aún mueven a estos ilusos, son la burguesía apátrida
y capitalistas sin límites a sus desafueros.
Estos al verse afectados en sus intereses monetarios y de clase, se
concentran en gremios de su propiedad, para dar zarpazos a la democracia y al
pueblo.
Luego que hicieron
asesinar a nuestro líder, pensaron que retornarían al poder y así se lo
hicieron creer a sus seguidores. De
nuevo, Palo Cochinero; toma Maduro el poder y en nombre del Comandante, jura
seguir su legado al pie de la letra.
Primero un militar de rango medio, chicharachero, al que solo lograron
anularlo físicamente por la vida del magnicidio, se les convirtió en un gigante
llamado pueblo y su legado perdurará por cien años y más. Los combatió con
astucia y sabiduría, llegando a convertirse en el mejor presidente de toda
nuestra historia y líder en sus ideas en el mundo entero, incluyendo los
imperios.
Vieron la oportunidad
esperada en la nueva elección presidencial y perdieron entonces con Maduro, el
hijo de Chávez. Ahora le tocaba el turno
a un obrero, quién según ellos no sabría cómo gobernarlos y sería más fácil de
atacar que al gigante Chávez, sin tomar en cuenta que es su discípulo y por
algo en su último mensaje al pueblo, nuestro líder sabía muy bien lo que hacía. Continuaron todas las misiones, obras
sociales y el pueblo continuó incrementando su poder adquisitivo y
bienestar. Se les veía por los centros comerciales, supermercados , clínicas y otros.
Sus ventas
aumentaron, pero la alta burguesía se retorcía de indignación. Ese privilegio solo era de ellos y tenían
entonces que domar de nuevo La Bestia, manteniéndolos a distancia y
exclusivamente a su servicio. Autobuses
de lujo, parques de recreación, gimnasios públicos, educación gratuita,
servicios médicos y lo más duro para ellos, viviendas populares dentro de sus
urbanizaciones, etc. No pudieron
resistirlo y decidieron atacar con el golpe económico. Hacen subir exponencialmente los precios con
ganancias de hasta el dos mil por ciento en algunos casos, acaparan, esconden,
desabastecen los rubros principales de cesta básica y con artimañas sucias,
incurren en fraude a la nación con las divisas que se les otorga. La idea era desalojar de sus dominios a las
clases populares y media baja mediante el esquema ganando mucho y vendiendo
poco.
El pueblo se siente
acorralado ante la embestida y algunos piensan en la necesidad de un nuevo
Caracazo. Otros se dejan manipular por
los medios y achacan sus males al propio gobierno. Los verdaderos
revolucionarios callan y esperan repuesta desde sus propias filas.
Maduro y su
gobierno chavista, ripostan. Con
firmeza, valentía y el apoyo del pueblo inician El Contraataque. Inspecciones, requisas, multas, detenciones
comienzan a mermar la desmedida especulación.
Esto, aunque los alertó y asustó, pensó que solo serían paliativos
pasajeros, pero nuevamente se equivocaron.
Era solo el comienzo. Con la
habilitante aprobada, arreció la contraofensiva y con carácter de ley se
establecen los Precios Justos. Quedaron
petrificados al ver como se les acaba la manguanga. Siguen lamentándose al ver cada vez más
pueblo vivir dignamente. Por doquier un
taxista o particular circula con un flamante Chery Orinoco o Arauca. El resto
de vehículos regulados, así como televisores, neveras cocinas y demás
electrodomésticos. De nuevo el poder adquisitivo del pueblo se fortalece. Locura total.
Solo les quedan
caminos verdes: saboteos, guarimbas pagados por capitalistas, planean sus
últimas acciones desesperadas en víspera de las elecciones donde nuevamente probarán
el sabor de la derrota. El pueblo, cada
vez más claro, los rechaza y por más acciones apátridas que realicen, jamás volverán.
La consigna
revolucionaria en nombre de nuestro Comandante Chávez y su hijo Maduro, es
resistir, no dejarse engañar ni manipular, rodilla en tierra ante sus
ataques. Seguiremos venciéndoles por una
Venezuela digna y soberana.
Chávez vive…. La
lucha sigue
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