viernes, 15 de noviembre de 2013

Venezuela y la más que admirable objetividad descriptivo-valorativa del global-imperial (Salvador López Arnal)

Juntan lo peor de cada casa y con eso elaboran sus informaciones y análisis de la revolución bolivariana. ¡El horror de los horrores para ellos! Uno de los últimos “artículos”, del pasado martes 12 de noviembre. El titular: “Maduro intenta ‘prohibir’ la inflación”, como si el presidente hubiera perdido el juicio. 
De donde han sacado esta mierda?
La entradilla: “El presidente venezolano alienta el saqueo de las tiendas a las que acusa de disparar los precios y promete hasta 30 años de prisión para los especuladores.” Como si un Stalin resucitado y con los ojos fuera de órbita hubiera tomado las riendas autoritarias del proceso. El autor de la “información” objetiva: Ewald Scharfenberg. ¿De dónde lo han sacado?
Entrando en materia:
El presidente venezolano, señala ES de entrada en su primer compás, “dio señales de que se propone desarrollar la doctrina económica que su par de Zimbabue, Robert Mugabe, intentó para bajar la inflación por decreto en 2007”. La primera en el pecho. Apenas 48 horas después de que el Banco Central de Venezuela informara de que en octubre los precios aumentaron un 5%, “Maduro tomó la idea donde Mugabe la dejó”. ¿Y eso por qué? Porque el pasado viernes, 8 de noviembre, en la cadena nacional de radio y televisión, el presidente anunció la ocupación de las cinco tiendas de Daka, una cadena de electrodomésticos.
¿Tan Mugabe Maduro como Miguel Boyer, el amigo de Aznar y del PP, cuando nacionalizó siendo Ministro de Economía con el PSOE, nada menos que el Banco Español de Crédito? ¿Un poco más el presidente Maduro? ¿Daka es más que el Banesto de entonces? Que ocupar no es lo mismo que nacionalizar. Bueno, bueno...
No sólo eso señala don ES: “Sin aguardar a que la presunción se convirtiera en certeza, ordenó confiscar los inventarios de Daka y ponerlos de inmediato a la venta a unos “precios justos” que las mismas autoridades gubernamentales establecieron de manera sumaria.” ¿Lo hizo don Boyer, no lo han hecho miles de ministros que han intervenido en la economía de sus países para evitar grandes desastres, crónicas previsibles de desastres económicas siempre sufridos por los más desfavorecidos?
No sólo. El sábado 9 de noviembre, Maduro –no por supuesto el presidente Maduro- “extendió la operación de “ventas supervisadas” a otros minoristas de electrodomésticos”. ¿Y? No sólo eso: anunció además "que algunos de los gerentes y dueños de esos establecimientos fueron detenidos por la policía política, Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia), en cuyos calabozos permanecen a la orden de la fiscalía”. ¿Policía política? ¿Cómo la DINA de Pinochet, como la BPS del general asesino Francisco Franco? Todo es uno y lo mismo.
Sigue don ES con su crónica. “Durante su alocución dominical, Maduro no descartó que el Estado deba retener el control de algunos de los comercios intervenidos ‘porque sus dueños hayan huido”. ¿Obra peor que mal el presidente Maduro? ¿No tendrá en mente por casualidad lo sucedido en los años setenta con Salvador Allende? A los comerciantes “que especulen”, prosigue el corresponsal del global-imperial, les prometió penas de 30 años de cárcel (la máxima permitida por la Constitución Nacional), que promulgará una vez cuente con los poderes especiales para legislar que con toda probabilidad esta semana le otorgará la Asamblea Nacional, dominada por el oficialismo”. ¿Oficialismo? ¿Cómo el PP en el Congreso de Diputados español o CIU + ERC en el Parlament de Catalunya? ¿También estas organizaciones son el oficialismo?
El presidente, continúa su descripción ES, también apuntó que establecerá por ley márgenes “razonables” de ganancias en todos los ramos de la economía. ¡Qué horror, qué barbaridad, dónde vamos a llegar! ¿No es posible limitar las ganancias, sólo es posible limitar los salarios? ¿Hablar de racionalidad en este ámbito es una locura de política económica trasnochada?
Estos vaticinios, prosigue ES, “nada auspiciosos para las libertades económicas en Venezuela parecen marcar el inicio de una nueva fase de la autodenominada Revolución Bolivariana.” ¿Libertades económicas sagradas? ¿De qué libertades habla don ES? ¿Las de usar todos los medios a su alcance para llevar el país al abismo? Lo de autodenominada no es necesario comentarlo.
Y luego, por supuesto, un poco de bazofia, para extender el ventilador, a ver qué pasa: “Diversos observadores hicieron notar que las confiscaciones en Daka, así como la ocupación el mismo viernes por la noche de una distribuidora de productos lácteos, Agropecuaria Sudamericana, afectaron a comerciantes vinculados a figuras del chavismo, lo que dejaría entrever que también en la maniobra se están cobrando facturas entre las facciones internas oficialistas.” Para ahondar diferencias sea como sea.
Y no sólo eso. La porquería marca ES se extiende a la ciudadanía. “Con independencia del paso dado por el Gobierno, una resaca de quiebra moral parecía impregnar a la opinión pública que se expresa por las redes sociales”. ¿Por qué? Porque mientras la anarquía -¡nada menos que la anarquía!- “asomaba el rostro en las principales ciudades, muchos venezolanos se cuestionaban atormentados por la débil condición cívica de aquellos que corrieron a aprovechar las gangas forzadas”.
No debe ser mera coincidencia, señala sesudamente ES; que también el presidente Maduro “otorgue una categoría espiritual a esta batalla que libra en medio de lo que viene llamando “la guerra económica””. ¿Por qué? Porque el presidente aseguró que no hay ningún motivo económico “que explique la continua escalada de precios, que imputa, en cambio, a un plan diseñado por Estados Unidos y la oposición para desestabilizar a su Gobierno, y al muy humano afán de riqueza”. ¿Se entiende el sarcasmo, se entiende la justificación del golpismo económico poderosamente alimentado? ¿No ha ocurrido nunca la historia económica de ningún país?
La guinda para el final. Don ES conjetura que tal vez por eso “¡y porque era domingo! (¡que chiste tan bueno!), “Maduro hizo las veces de telepastor y dedicó la parte final de su intervención a referencias ecuménicas del islam, el judaísmo y hasta del taoísmo, que condenan la usura y la codicia”. ¡Qué cosas! ¿No conocen don ES a ningún presidente del mundo que hagas estas referencias teniendo en cuenta las creencias de sus ciudadanos? ¿Se imaginan que escribiría ES si escuchara un discurso con referencias bíblicas de Barack Obama? ¿A qué se reiría en las narices del presidente usamericano y le llamaría tonto, estúpido, telepastor y mal místico?
Francisco Fernández Buey solía recordar un aforismo de Maquiavelo. Sin precisión en la cita: conviene conocer los caminos que conducen al infierno… para evitarlos. Ya conocemos uno, el que nos señalan día tras día los voceros de la reaccionaria y pro-golpista oposición venezolana. Otro más: las páginas que el global-imperial dedica a Venezuela, a Cuba o a mil asuntos más. Publicidad imperial, sionista y antichavista de la peor intención y de pésima calidad.

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