domingo, 21 de octubre de 2012

¿Quién estimula y a quién beneficia la abstención el 16D? (Nicmer Evans)

El 7 de octubre se desmontó la tesis según la cual la abstención beneficiaba al presidente Chávez ya que, según esta hipótesis, quien dejaba de votar era un voto opositor descontento con el sistema electoral. Algunos sesudos analistas opositores aún pretenden mantener esta idea afirmando que el 19% de abstención era todo de oposición y que con eso Capriles ganaba las elecciones, pareciendo que no les es suficiente 81% de participación para comprender que este pueblo cambió la cultura política y electoral producto de su madurez política.
Sin embargo, algunos actores políticos de un lado y otro del tablero político aún no comprenden estos cambios estructurales, subestimando al electorado venezolano, un ejemplo es Marquina, cuando afirmó que:
“Estoy convencido que la mayoría que votó el 7-O se equivocó. Algunos dirán que el pueblo no se equivoca, y yo les voy a recordar el primer juicio popular, que fue el que absolvió a Barrabas y condenó a Jesús".
Lo anterior sólo lo puede decir alguien que tiene un amplio desprecio al pueblo y las mayorías. Quizá este principio podía aplicarse hace 2000 años, cuando los niveles de analfabetismo eran casi insuperables y el acceso a la información sólo restringida a las clases pudientes, pero en el siglo XXI subestimar a los pueblos es ser sin duda un fascista que se cree la raza superior.

Igual pasa de lado del proceso revolucionario en algunos aspectos, cuando se subestima a las bases del partido y de las organizaciones aliadas considerando que no son capaces de escoger los candidatos que puedan representar dignamente a la revolución en las elecciones regionales y locales, dejándoles a "los iguales" escoger por cooptación. Al pueblo no se puede elogiar por haber escogido a Chávez y después descalificar por haber escogido a algún gobernador que tuvo mala gestión, es el mismo pueblo.

Quien estimula la abstención es quien desestima al pueblo y prefiere que sean unos pocos los que gobiernen, podríamos llamar a eso "poliarquía" que Roberth Dalh lo define como la sinceración de la democracia que algunos consideran inviable, un gobierno de muchos, entendiendo a esos muchos como "los iguales", privilegiados en el acceso del conocimiento, no sólo de la información.
Las voces que gritan fraude o dicen que el pueblo se equivocó por el lado de la oposición, y las voces que creen que las bases no están preparadas para escoger sus candidatos y dirigentes están en el mismo saco del desprecio al pueblo, por ello llamo a la sindéresis revolucionaria, a la coherencia entre la teoría y la práctica, que hagamos verdadera praxis socialista, lo que debemos evitar es reproducir elecciones de base que sean un circo electoral.


De lo que no tengo duda, es que las incoherencias de la oposición son mayores que las del chavismo, y que esto dará como resultado la victoria aplastante de los candidatos del gobierno sobre los de la oposición. La conexión con lo popular, con las demandas del pueblo y la garantía de hacer coherente el plan nacional con los planes regionales darán al traste con la pretensión autonomista y anarquista de la oposición que mantiene la tesis de la descentralización versión neoliberal.


La abstención terminará favoreciendo al proceso revolucionario, no porque este lo estimule, ya que está claro que no le conviene, el 7 de octubre lo demuestra, pero la torpeza de la oposición hará que quienes exijan un mínimo de coherencia a sus dirigentes se abstendrán en castigo a sus errores y esto, aún a pesar de la desarticulación del Gran Polo Patriótico en algunos estados del país, acelerará un proceso de reconciliación a lo interno del proceso que permitirá consolidar la maquinaria hacia el 16D, lo que me preocupa es que se ganen elecciones pero sin avance del socialismo por el que la mayoría voto el 7O. 

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