sábado, 18 de agosto de 2012

¡Qué desfachatez la de Vicente Fox! (Noel Manzanares Blanco)

Quien dejó la administración de México con un saldo social espeluznante, incluyendo el aumento del narcotráfico, al menos por pudor debía reconocer cuánto ha logrado la Revolución Bolivariana en lugar de reprochar la gestión del Presidente Hugo Chávez
Una información reciente de EFE desde Cartagena, Colombia, acredita que el expresidente de México Vicente Fox (2002-2006) acusó al Jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez, de haber engañado a los venezolanos con políticas populistas, de despilfarrar petróleo y de no haber reinvertido las ganancias en educación y desarrollo.
“Yo creo que seguir una política populista de demagogia como la que ha seguido él (Chávez) es engañar a la gente, y a base de dar la torta pretende tener contentos a sus súbditos, diría yo”; “otro gallo le cantaría a Venezuela” si el beneficio de cada barril hubiera sido invertido por Chávez en educación de calidad, en infraestructura productiva para su nación —afirmó el exmandatario mexicano, según EFE.
Quien hizo tal consideración es el mismo señor Fox cuyo gobierno arrojó mediocres resultados en materia de crecimiento económico y creación de empleos; al tiempo que sí propició un incremento en los niveles de desigualdad y concentración de la riqueza, de acuerdo con análisis efectuados desde la nación azteca. 
Incluso, se afirma que colaboradores y amigos cercanos de Vicente Fox aseguraron que fue la ausencia de reformas estructurales el factor que impidió que el modelo económico impulsado por el gobierno panista —el mismo en esencia que los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo— propiciara la inversión, el consumo interno y la creación de empleos. 
Una fuente consultada aseveró que Rodolfo de la Torre, académico de la Universidad Iberoamericana y presidente del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza en la era foxista, afirmó que la desigualdad en la distribución de los ingresos se estaba convirtiendo en un problema mucho más grave y peligroso que los índices de pobreza que aún ubicaban a más del 20 por ciento de la población en pobreza extrema y a 50 por ciento sin condiciones para tener una vida digna.
Otra fuente consultada certificó que en tiempos del gobierno de Foz, si bien se alcanzaron algunos aciertos en cuanto a Educación, en última instancia se notó que muchas cosas las realizaron sin pensar qué consecuencias o beneficios ello generaría para la prole, el pueblo, la gente menos favorecida por el sistema socio-económico e ideo-político mexicano.
Y ni hablar del panorama vinculado al narcotráfico: la consulta de la literatura acerca del tema —usted puede comprobarla en Internet, igual que los demás datos que refiero en este trabajo— me develó que es atroz y luego más atroz. Por tanto, pregunto: ¿Acaso alguien en sano juicio se atreve a desvincular la tragedia que vive México hoy día en este orden de ideas con la herencia dejada en esa dirección por la administración de Vicente Fox?
Entretanto, quizás la mejor imagen del quehacer de la administración del susodicho en la arena exterior se localice en el siguiente suceso: en marzo de 2002, Fidel Castro, entonces Presidente de Cuba, tuvo que abandonar la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo que se realizaba en Monterrey, Nuevo León, México, debido a una situación especial creada por su participación en la magna cita.
¿Cuál fue realmente la situación creada? Pues que Estados Unidos presionó al mandatario de su vecino del sur para forzar la retirada del dignatario cubano, toda vez que el desheredero de Benito Juárez le pidió al mejor discípulo de José Martí que permaneciera por poco tiempo en la mencionada cumbre para evitar confrontaciones con el mandatario estadounidense, George W. Bush. “Comes y te vas” —fueron las palabras exactas de Vicente Fox a Fidel Castro en la ocasión de marras.
Como paradoja, al tiempo que en la Venezuela conducida por el compañero Chávez se ha desarrollado a niveles nunca antes vistos la democracia participativa y protagónica, ha tenido lugar lo que en la hermana nación identifican como “Siembra petrolera” o sea, el ingreso petrolero ha sido destinado prioritariamente a saldar la deuda social acumulada producto del capitalismo y los regímenes puntofijistas.
Puedo agregar que con la Revolución Bolivariana se exhiben parte de los menores índices de desigualdad en América Latina, porque la pobreza extrema descendió, en tan solo 12 años, de 42% a 7,3%; y el Coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de la distribución del ingreso, llegó a 0,390, el más bajo de toda la historia venezolana, y el más bajo de todo el Continente Latinoamericano, en relación a 1998 que era de 0,4865.

Por demás —sin mencionar la universalización en la salud, cómo se está derrotando el desempleo, la garantía al acceso a los alimentos, la soberanía en materia de política económica… —, la Patria de Bolívar y Chávez ostenta indicadores entre los primeros lugares del mundo en la Educación: por ejemplo, en 2005, a través de la Misión Robinson, se logró la meta establecida por la UNESCO para declarar a un país territorio libre de analfabetismo, que implicó alfabetizar a más de dos millones de personas; 95 de cada 100 niñas y niños de edad escolar están estudiando en la Educación Primaria; y algo muy relevante: Venezuela ocupa el segundo lugar en América Latina y quinto en el mundo con la mayor tasa bruta de matrícula universitaria.
Así, exclamo sin pensarlo dos veces: ¡Qué desfachatez la de Vicente Fox!  

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