jueves, 2 de agosto de 2012

Israel se apodera de las elecciones de Estados Unidos

Gustavo Robreño.- El desarrollo de las más recientes y cada vez más multimillonarias campañas electorales, -tanto parciales y estaduales como presidenciales,- en Estados Unidos, ha permitido observar el ascenso del “factor israelí” como elemento convertido ya en decisivo y de influencia definitiva, al punto que muchos consideran que los resultados de las elecciones estadounidenses, en buena medida, se deciden en Israel: el estado sionista se ha apoderado de esos comicios.

No les falta razón a los que así opinan, pues los años transcurridos a partir de la creación del Estado de Israel y de todas las circunstancias posteriores vividas, muestran con creciente evidencia cómo el poderío económico judío radicado en Estados Unidos, junto al control de los principales consorcios mediáticos del país, juega un papel central en la política norteamericana y sirve sobre todo como fuente insustituible de financiamiento, a cambio de irrenunciable comprometimiento.
El papel del llamado “lobby judío” se ha acrecentado vertiginosamente en los últimos años, en particular desde que la Corte Suprema de Justicia liberó absolutamente las contribuciones económicas a las campañas electorales, que siempre existieron pero eran manejadas con cierta discreción y límites, con apego siquiera formal a las regulaciones existentes.
Como era de esperarse, llegó el momento en que esas limitaciones volaron en pedazos para dar rienda suelta cual nunca antes al poder del dinero en los desprestigiados procesos electorales estadounidenses, -desde el diminuto condado hasta la gran nación,- y proliferaron así los llamados Comités de Acción Política y los Super Comités de Acción Política, que canalizan los millonarios fondos a las candidaturas.
Curiosamente, buena parte de esos fondos van a parar a los bolsillos de grandes consorcios mediáticos, que se han convertido en los máximos beneficiarios de estas campañas y son, a su vez, propiedad de capitales judíos ligados a las finanzas, la banca y los armamentos.
Se percibe que el Estado de Israel, sus capitalistas, banqueros y políticos de diversas tendencias y partidos están presentes y son notablemente influyentes de las más diversas formas en los carnavales electorales estadounidenses, donde el tema de la ayuda generosa y la protección a Israel es insoslayable por cualquiera de los candidatos que quiera verse con posibilidades de vencedor, desde sheriff hasta presidente.
Un mínimo descuido o vacilación con respecto al tema Israel puede ser fatal y costar no solo la pérdida de la elección sino el destierro definitivo de la vida política. Ello explica situaciones como la ocurrida en estos días, cuando el candidato Romney viajaba presuroso a encontrarse con su viejo compañero de estudios Benjamín Netanyahu y se esforzaba por mostrarse como “el candidato de Israel”, mientras simultáneamente el candidato Obama, en su carácter de presidente en ejercicio, firmaba otra ayuda de 70 millones de dólares a Tel Aviv para desarrollo técnico-militar; todo sucedió el mismo día.

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