Una fuerza depredadora que ha destruido la sociedad y el medio
ambiente comienza a devorarse y destruirse a si misma. Nadie entiende
como han caído los grandes imperios sin que otro gran imperio los
derrote, hoy vemos como sucede, se pudren, se descomponen, se tragan a
si mismos como una serpiente.
Una fuerza depredadora que ha destruido la sociedad y el medio
ambiente comienza a devorarse y destruirse a si misma. Nadie entiende
como han caído los grandes imperios sin que otro gran imperio los
derrote, hoy vemos como sucede, se pudren, se descomponen, se tragan a
si mismos como una serpiente que empieza a comerse su propia cola.
¿Qué si no esto es lo que está pasando en el primer mundo? Cada día
el capitalismo se hace más y más incapaz de ofrecer sus “bondades” de
otrora, cada vez es más desdibujado el sueño americano, aumentan los
recortes en sus economías desmejorando y robando los derechos que antes
eran capaces de ofrecer a sus ciudadanos, el imperio ha perdido el
sentido y destroza a las clases sociales que estén por debajo de su
élite burguesa. La miseria crece a pasos gigantes, la calidad de vida se
hunde en un pantano de suplicios.
Aumentan sus capacidades represivas para una era feroz etapa en que,
aun sabiendo que agonizan, pretenden chupar la sangre a la humanidad
hasta el último de sus días. La guerra se hace su último oxigenante, el
poder impuesto por la fuerza va desplazando aquellos discursos de
democracia e igualdad con que se maquillaban apenas una década atrás.
El capitalismo se autodestruye envenenado por su propio veneno: el
egoísmo y la avaricia, el individualismo cruel que le impone su propia
existencia como lo único importante, sus corporaciones viven en pánico
ante las estremecidas convulsiones bursátiles, ante las erupciones
sociales y el nacimiento de una nueva forma de vida que se va gestando
en los países antes pisoteados y dominados que hoy, de forma
irrevocable, son una fuerza que si bien no es capaz de enfrentarlos en
los campos de la guerra, estruendosamente va creciendo por el mundo como
la nueva mujer y el hombre que con la fuerza del sentido de vida, del
amor a la tierra que habitamos y a la supervivencia, se fortalece y
fortalece la independencia de países que antes eran miserables por su
sumisión a sus designios.
El capitalismo se está devorando a si mismo y es el hombre y la mujer
común quien paga con hambre y miseria el precio de de su muerte, son
las calles que se llenan de gritos, de seres humanos que toman las
plazas y ocupan las primeras planas con su indignación y rabia.
Las fuerzas que se le opongan por supuesto que hacen peso en su
caída, pero ya el plomo en su ala, nacido de su ceguera, lo ha
sentenciado a caer como cayó Roma, en el depravado camino de quienes ya
se saben perdidos.
Hoy los españoles sienten las medidas de >Rajoy en la boca de sus
estómagos, esa fuerza de la rabia no tardará en convertirse en el arma
que le quitará la vida al modelo neoliberal y a un reinado arcaico y
obsoleto, en darle el poder a quienes lo reclaman y son sus propios
dueños.
El capitalismo esta muriendo y pretende matarnos con el. Es la hora
más importante de esta historia de la humanidad. Es el momento donde
cada ser se hace indispensable para que salvemos el futuro. Asumamos
entre todas y todos nuestro destino como especie, como pueblos, como
seres de la vida. Incorporarnos a la lucha como quiera que lo entendamos
sumará la fuerza necesaria que hará que se acabe la pesadilla mas
temprano que tarde.
¡Viviremos y venceremos!!!!!
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