Néstor García Iturbe.- El día 24 de julio, en el Museo Conmemorativo del Holocausto, situado en Washington, D. C., la señora Hillary Clinton, Secretaria de Estado del gobierno del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, pronunció un discurso en el que condenó las atrocidades en masa y el genocidio.
Dentro de las ideas que expuso la señora
Clinton estuvo que: “Estos crímenes socavan la estabilidad en los
países y las regiones. Provocan crisis humanitarias y envían refugiados a
través de las fronteras. “
Señaló a continuación que las atrocidades en masa y el genocidio
también hacen retroceder el progreso económico e impiden el crecimiento
durante generaciones, crean ciclos de amarga venganza y retribución que
hieren a las comunidades durante décadas, todo lo cual es condenable y
ningún país civilizado puede apoyar.
Haciendo una referencia explícita a la situación actual en Siria, agregó que: “Si un gobierno no puede o no quiere proteger a sus ciudadanos, entonces Estados Unidos
y sus socios con ideas afines deben actuar”. No obstante, agregó, que
no se trata de un llamado a la fuerza militar, la que debe ser una
medida de último recurso.
“En la mayoría de los casos, otras herramientas como la diplomacia,
las sanciones financieras, la ayuda humanitaria y las medidas de
aplicación de la ley son más adecuadas”. Clinton dijo que Estados Unidos
desarrolla varios enfoques para abordar el problema, inclusive con un
nuevo hincapié en medidas preventivas, y trata de ampliar la gama de
socios que contribuyen a esta causa, porque ningún país puede ser
efectivo por sí solo. Indicó también que la respuesta de Estados Unidos
se basa en una respuesta de todo el gobierno, desde la comunidad de
inteligencia hasta la diplomacia.
Ahora vamos a interpretar el verdadero sentido de lo dicho por la
señora Clinton, que encierra no solamente una amenaza, sino un anunció
de cómo Estados Unidos va a enfrentar la situación en Siria.
En cuanto a lo calificado por la Secretaria de Estado como
“atrocidades en masa” es importante analizar cuál fue el país que
provocó eso ocurriera. Las bandas de mercenarios que hoy operan en Siria
y que en su momento operaron en Libia fueron
organizadas, armadas y dirigidas desde el exterior. No puede decirse que
aquellas acciones respondieran a un levantamiento popular, a una acción
que surgiera del propio pueblo del país.
En estos momentos es conocido mundialmente que los mercenarios que
están luchando contra el gobierno sirio se están preparando y
organizando en Jordania, Qatar y Arabia Saudita, con la ayuda logística y
económica de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Liga Árabe. Que la
mayoría de ellos ingresa a Siria por la frontera con Turquía.
Que estos grupos armados están atacando no solamente a los
establecimientos militares, sino también a la población civil de Siria,
que realizan atentados terroristas y otras acciones dirigidas contra el
pueblo sirio, que los medios de comunicación, controlados por Estados
Unidos y sus potencias amigas, presentan como acciones represivas de las
autoridades sirias.
Lo que presenta como conclusión la representante del país que provoca
las atrocidades en masa, es que “Si un gobierno no pude o no quiere
proteger a sus ciudadanos”, resalto que dice no puede o no quiere, pues
si los grupos mercenarios están atacando impunemente a la población es
porque el gobierno no puede impedirlo. Ante esa situación, continúa
diciendo “por lo tanto, Estados Unidos y sus socios con ideas afines
deben actuar.” Aquí cuando señala que Estados Unidos y sus socios con
ideas afines, evidentemente excluye entre sus “socios con ideas afines” a
Rusia y China e incluye a la OTAN y la Liga Árabe. Cuando señalan que
“deben actuar”, nada más claro que no se continuará esperando por el
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
La acción de Estados Unidos, de acuerdo con los planteamientos de la
señora Clinton, se fundamentará en una respuesta de todo el gobierno,
desde la comunidad de inteligencia hasta la diplomacia, claro está que
cuando se habla de todo el gobierno es imposible excluir las fuerzas
armadas, las que en su discurso planteó sería una medida a utilizar como
último recurso.
Indudablemente que el cinismo forma parte de la política exterior de
Estados Unidos desde hace muchísimos años, la señora Clinton lo que ha
demostrado es que se aprendió bien la lección.
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