martes, 24 de julio de 2012

Genuflexión (Alfredo García)

Emulando con la infame complicidad de la OEA en las agresiones de EU contra Cuba en la década de los 60 del pasado siglo, la Liga Árabe se entierra en el fango del deshonor y el descrédito.

Desde su sede en Doha, Qatar, uno de los Estados que interviene militarmente en los asuntos internos de Siria, ofreciendo financiamiento, armas y combatientes a los grupos armados que intentan derrocar al gobierno sirio, la Liga Árabe aprobó una resolución que pide al presidente sirio Bachar al-Asad su renuncia e insta al proclamado “Ejército Libre Sirio” formar un gobierno de transición “para solucionar el conflicto que atraviesa el país”.
El primer ministro y titular de Asuntos Exteriores qatarí, Hamad bin Yasem al Zani, quien preside el Grupo de Contacto para Siria, sugirió la rendición del gobierno sirio. “Hay un consenso árabe sobre la renuncia rápida de Al-Asad, a cambio de garantizarle una salida segura con el resto de su familia”.
La resolución de la Liga Árabe incluye la convocatoria de una reunión extraordinaria de la Asamblea General de la ONU, para tomar medidas colectivas como “ruptura de las relaciones diplomáticas y establecimiento de zonas seguras en Siria, que permitan proteger a los civiles y organizaciones humanitarias”, en obvia busca de facilitar la intervención militar de la OTAN por la puerta trasera, debido a la firme posición de Rusia y China en el Consejo de Seguridad.
Yihad Maqdisi, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores sirio, calificó de “interferencia flagrante” en los asuntos internos de Siria la propuesta de la Liga para que el presidente renuncie. Maqdisi reiteró que el Ejecutivo sirio está a favor del diálogo político y que el pueblo sirio es el “soberano de sí mismo y el que decide quitar gobiernos o presidentes, pero a través de las urnas”. Refiriéndose a los países árabes, el vocero del Exterior afirmó: “Si de verdad quisieran el interés del pueblo sirio, habrían parado de acoger y armar a los grupos armados”.
La Liga Árabe es una organización que agrupa 22 Estados árabes, fundada al calor de la victoria de la II Guerra Mundial, el 22 de marzo de 1945, por Egipto, Irak, Jordania, Líbano, Arabia Saudita, Siria y Yemen del Norte, con el propósito de conseguir la independencia de los Estados árabes que aún permanecían como colonias de Estados europeos, y “servir el bien común, asegurar mejores condiciones, garantizar el futuro y cumplir los deseos y expectativas de todos los países árabes”.
El prestigio y peso internacional de la organización regional sufrió serio deterioro por su subordinación a EU, Reino Unido y Francia, en el apoyo a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU condenando a Libia y la posterior agresión militar de la OTAN, que derrocó al gobierno libio y asesinó al presidente Muamar Gadafi.
A partir de entonces, la Liga Árabe ha jugado el triste papel de cómplice de la geopolítica colonial de las potencias occidentales en el Medio Oriente, con sus pronunciamientos y resoluciones contra el gobierno del presidente Asad y la participación de varios de sus miembros en la “guerra sucia” que libra la OTAN en territorio sirio.
La vergonzante resolución de la Liga estuvo precedida por una escalada de violencia de los grupos armados en las ciudades de Damasco y Alepo, y el atentado suicida de un coche bomba contra el edificio gubernamental, donde murieron cuatro altos oficiales del Ejército y la Seguridad Nacional.

No hay comentarios: