James Petras.- La primera década del siglo XXI ha sido testigo del abrazo de
Occidente al extremismo en todas sus manifestaciones, tanto de la
política interior como exterior. El extremismo es una práctica habitual
de los autodenominados conservadores, liberales y socialdemócratas.
Antes, ser conservador suponía preservar el statu quo y, como máximo,
hacer pequeños ajustes en los márgenes. Los «conservadores» actuales
exigen el desmantelamiento completo de la totalidad de los sistemas de
bienestar social y la supresión de las restricciones legales
tradicionales que protegen de los abusos contra la mano de obra y el
medio ambiente. Los liberales y socialdemócratas que antes, de vez en
cuando, ponían en cuestión los regímenes coloniales han estado en la
primera línea de guerras coloniales múltiples y prolongadas que han
asesinado y desplazado a millones de personas en Iraq, Afganistán, Libia
y Siria.
El extremismo, tanto en lo referente a los métodos, los medios y los
objetivos, ha destruido las distinciones entre políticos de
centro-izquierda, de centro y de derecha. A quienes se oponen
moderadamente a las políticas de rescatar a una docena de bancos
importantes y empobrecer a decenas de millones de trabajadores se les
llama «izquierda dura», «extremistas» o «radicales».
Siguiendo la estela de las políticas extremistas de las autoridades
públicas, los respetables y prestigiosos medios de comunicación impresos
se han entregado a sus propias versiones del extremismo. (1) Las
guerras coloniales que devastan la sociedad civil y empobrecen material y
culturalmente a millones de personas en los países colonizados se
justifican, adornan y presentan como legítimas, humanas y promotoras de
valores democráticos seculares. Las guerras internas en nombre de las
oligarquías y contra los trabajadores asalariados, que concentran la
riqueza y ahondan en la desesperación de los desposeídos, se califican
de racionales, virtuosas y necesarias. Las diferencias entre los medios
prudentes, equilibrados, prestigiosos y rigurosos y la prensa amarilla
sensacionalista han desaparecido. La invención pura y dura, las
omisiones flagrantes y las distorsiones de los contextos se encuentran
tanto en unos como en otros.
Para ilustrar el reinado del extremismo en los círculos oficiales y
la prensa de prestigio analizaremos dos casos concretos: las políticas
estadounidenses hacia Colombia y Honduras y la cobertura informativa que
han dado de ellas The Financial Times y The New York Times.
Colombia: «La democracia más antigua de América Latina» contra «la capital mundial de los escuadrones de la muerte»
Siguiendo los pasos de las alabanzas eufóricas que de la emergencia
de Colombia como imagen emblemática hacía en un número del mes de abril
la revista Time, así como de The Wall Street Journal, The New York Times
y The Washington Post, The Financial Times publicó una serie de
artículos que incorporaban una sección especial sobre el «milagro»
político y económico de Colombia: «Investing in Colombia» [«Invertir en
Colombia»]. (2) Según el enviado especial a América Latina de The
Financial Times, un tal John Paul Rathbone, Colombia es «la democracia
más antigua del continente». (3) La fascinación de Rathbone por el
presidente Santos de Colombia trasciende de deberse a su papel como
«agente de poder emergente» para la Sudamérica continental hasta llegar a
hacerlo responsable de dar garantías a los inversores extranjeros en
Colombia y «despertar la envidia» de otros gobiernos menos exitosos de
la región. Rathbone pone de relieve la historia de un dirigente
empresarial del país que afirma que Medellín, la segunda ciudad más
importante de Colombia, «vive sus mejores tiempos». (4) En sintonía con
la opinión de la élite extranjera y empresarial, el respetable medio de
comunicación impreso describe Colombia como un país próspero, pacífico,
generoso con las empresas (porque recibe las tasas de regalías por las
extracciones mineras más bajas de todo el continente) y un modelo de
democracia estable que debe ser emulado por todos los líderes con
amplitud de miras. Con el presidente Santos, Colombia ha firmado un
tratado de libre comercio con el presidente Obama, su aliado más
estrecho en el continente. (5) Con el presidente Bush, los sindicatos,
los grupos de derechos humanos y religiosos y la mayoría demócrata del
Congreso estadounidense consiguieron bloquear el acuerdo sobre las bases
militares aduciendo las violaciones continuas de los derechos humanos
en Colombia. Cuando Obama suscribió el tratado de libre comercio, la
Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones
Industrailes (AFL-CIO, Federation of Labor and Congress of Industrial
Organizations) y la oposición demócrata se se vinieron abajo en el
momento en que el presidente Obama reclamó una mejora significativa en
la situación de los derechos humanos y el compromiso de Santos para
poner fin a los asesinatos de dirigentes y activistas sindicales. (6)
La paz, la seguridad y la prosperidad alabadas por las élites
petroleras, mineras, banqueras y del sector agrario se basan en el peor
expediente de derechos humanos de América Latina. En lo referente al
asesinato de sindicalistas, Colombia supera a la totalidad del resto del
mundo junto. Entre los años 1986 y 2011, más del 60 por ciento de los
sindicalistas asesinados en todo el mundo murieron en Colombia a manos
de una fuerza militar-policial-paramilitar combinada, en gran medida a
instancias de dirigentes empresariales nacionales y extranjeros. (7) La
«paz» que Rathbone y su cohorte de The Financial Times elogian tiene un
coste de más de 12.000 asesinatos, detenciones, heridas y desapariciones
de sindicalistas entre el 1 de enero de 1986 y el 1 de octubre de 2010.
(8) En ese periodo fueron asesinados casi 3.000 dirigentes y activistas
sindicales y varios centenares fueron secuestrados o desaparecieron. El
presidente Santos era Ministro de Defensa durante el mandato del
anterior presidente Álvaro Uribe (2002-2010). En esos ocho años fueron
asesinados 762 dirigentes y activistas sindicales, más del 95 por ciento
a manos del Estado o de fuerzas paramilitares aliadas. (9)
Bajo los mandatos de los presidentes Uribe y Santos
(2002-2012),fueron desplazados y despojados de sus hogares más de cuatro
millones de campesinos y habitantes de zonas rurales, a quienes los
terratenientes y narcotraficantes confiscaron las tierras. (10) Las
tácticas terroristas utilizadas por la estrategia contrainsurgente de
los gobiernos sirvió a la doble finalidad de reprimir a la disidencia y
acumular riqueza. Los periodistas de The Financial Times ignoran este
capítulo del «crecimiento renaciente» de Colombia. Sienten particular
entusiasmo por la consiguiente «seguridad» porque en el año 2012 afluyó
una gran inversión exterior a gran escala, más de 6.000 millones de
dólares, a las regiones mineras y petroleras que anteriormente estaban
«aquejadas» de disturbios. (11)
Los principales señores de la droga, que estaban estrechamente
vinculados a los gobiernos de Uribe y Santos y posteriormente fueron
encarcelados y extraditados a Estados Unidos, han declarado en sus
testimonios que financiaron y eligieron a un tercio de los miembros del
Congreso colombiano afiliados al partido de Uribe y Santos en esa
«democracia más antigua» de América Latina a la que se refiere Rathbone.
Según Salvatore Mancuso, ex jefe del escuadrón de la muerte paramilitar
de 30.000 miembros de Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), él mismo
se encontró con el entonces presidente Uribe en diferentes zonas del
país y le entregó dinero y facilitó apoyo logístico en su campaña de
reelección de 2006. También afirmó que muchas corporaciones nacionales y
multinacionales financiaron el crecimiento y la expansión de los
escuadrones de la muerte. Lo que Rathbone y sus colegas periodistas de
The Financial Times celebran como la emergencia de Colombia como paraíso
del inversor está cuajada de la sangre y la matanza de miles de
campesinos, sindicalistas y activistas colombianos pro derechos humanos.
La sangrienta historia del reinado de terror de Uribe y Santos ha sido
omitida por completo de la narración actual de la «historia de éxito» de
Colombia. Las descripciones detalladas de la brutalidad de las matanzas
y las torturas de los escuadrones de la muerte patrocinados por Uribe y
Santos, que refieren la utilización de sierras eléctricas para amputar
extremidades de campesinos sospechosos de simpatías izquierdistas, están
a disposición de todo aquel periodista que esté dispuesto a consultar a
las principales organizaciones de derechos humanos de Colombia. (12)
Los escuadrones de la muerte y el ejército actúan de forma
coordinada. El ejército recibe entrenamiento de más de un millar de
asesores de las fuerzas especiales estadounidenses. Llegan a una aldea
en una oleada de helicópteros suministrados por Estados Unidos,
arrebatan la región a las guerrillas y, a continuación, permiten que los
terroristas de AUC saqueen las aldeas matando, violando y destripando a
hombres, mujeres y niños sospechosos de simpatizar con la guerrilla.
Las tácticas terroristas han expulsado de las zonas rurales a millones
de campesinos.
Permitir que los generales y los señores de la droga se apropien de sus tierras
Los defensores de los derechos humanos suelen ser blanco frecuente
del ejército y los escuadrones de la muerte. Los presidentes Uribe y
Santos los acusan primero de ser colaboradores activos de la guerrilla
por dar a conocer los crímenes contra la humanidad cometidos por el
gobierno. Una vez marcados, esos defensores se convierten en «blancos
legítimos» para el ataque armado de los escuadrones de la muerte y el
ejército, que actúan con absoluta impunidad. Entre los años 2002 y 2011
se perpetraron 1.470 actos de violencia contra defensores de los
derechos humanos, cuya cifra récord se alcanzó en 2011 con 239, entre
los cuales hubo 49 asesinatos durante la presidencia de Santos. (13) Más
de la mitad de los defensores de los derechos humanos asesinados son
indígenas y afro-colombianos.
El terrorismo de Estado fue y sigue siendo el principal instrumento
de gobierno con los presidentes Uribe y Santos. Según la Fiscalía
General, entre los años 2010 y 2014 se produjeron en los «campos de la
muerte» colombianos decenas de miles de homicidios, 1.597 matanzas y
millares de desapariciones. (14)
La práctica de «falsos positivos» revelada por la prensa colombiana,
según la cual el ejército secuestra a jóvenes pobres, los disfraza de
guerrilleros y los asesina, se encuentran en los respetables medios de
comunicación impresos estadounidenses como prueba de los éxitos
militares de Santos y Uribe en su lucha contra la guerrilla. Hay 2.472
casos documentados de asesinato de falsos positivos a manos del
ejército. (15)
Honduras: The New York Times y el terrorismo de Estado
The New York Times publicó un artículo sobre Honduras en el que
subrayaba la «cooperación» del gobierno en la lucha estadounidense
contra la droga. (16) El periodista Thom Shanker habla de una
«asociación» basada en la expansión de tres nuevas bases militares y el
estacionamiento en el país de las fuerzas especiales estadounidenses.
(17)
Shanker describe la victoriosa operación de las fuerzas de
operaciones especiales de Honduras, orientadas y dirigidas por
formadores de las fuerzas especiales estadounidenses. Shanker habla de
la visita realizada por una delegación de miembros del Congreso
estadounidense que evaluaó a las tropas locales en lo referente al
respeto a los derechos humanos y cita que el embajador estadounidense en
Honduras elogió al gobierno como «socio entusiasta y capacitado para
este esfuerzo conjunto». (18)
Hay paralelismos insidiosos entre la forma de encubrir al gobierno
extremista criminal de Honduras por parte de The New York Times y la
cruda promoción que lleva a cabo The Financial Times de esta democracia
de escuadrones de la muerte de Colombia.
El gobierno actual encabezado por el «presidente» Lobos, que invita
al Pentágono a ampliar su control militar sobre grandes franjas de
territorio hondureño, es fruto de un golpe militar respaldado por
Estados Unidos que derrocó a un presidente liberal elegido el 28 de
junio de 2009, un aspecto que Shanker olvida mencionar. Lobos, el
presidente de rapiña, mantiene el control asesinando, encarcelando y
torturando a críticos, periodistas, defensores de los derechos humanos y
trabajadores rurales sin tierra que pretenden reclamar las tierras que
les han arrebatado violentamente los terratenientes que respaldan a
Lobos.
Tras el golpe militar, miles de manifestantes hondureños en favor de
la democracia fueron asesinados, apaleados y detenidos. Según
estimaciones conservadoras de Human Rights Watch, 20 disidentes pro
democracia fueron asesinados por el ejército y la policía. (19) Entre
enero de 2010 y noviembre de 2011, al menos 12 periodistas críticos con
el gobierno de Lobos fueron asesinados.
En las zonas rurales, donde el reportero de The New York Times
describe un idilio amoroso entre las fuerzas especiales estadounidenses y
sus homólogas hondureñas, entre enero y agosto de 2011 fueron
asesinados 30 campesinos en el valle de Bajo Aguan, al norte de
Honduras, por escuadrones de la muerte a sueldo de los oligarcas que
apoyan a Lobos. (20) Ni un solo asesino del ejército, la policía o los
escuadrones de la muerte ha sido juzgado y encarcelado. Roberto
Micheletti, líder golpista, y el presidente Lobos, su sucesor, han
atacado reiteradamente las manifestaciones en favor de la democracia, en
especial las encabezadas por maestros, estudiantes y sindicalistas, y
han torturado a centenares de disidentes políticos encarcelados.
Precisamente en el mismo periodo que The New York Times publica su
artículo más entusiasta sobre las relaciones amistosas entre Estados
Unidos y Honduras, el número de muertos entre los disidentes en favor de
la democracia aumentó bruscamente: en los primeros cuatro meses de 2012
han sido asesinados ocho periodistas y un locutor de televisión. (21) A
finales de marzo y principios de abril de 2012, nueve campesinos y
empleados fueron asesinados por terratenientes favorables a Lobos. (22)
Ninguna detención, ningún sospechoso… la impunidad reina en la tierra de
las bases militares estadounidenses. The New York Times sigue el
ejemplo de la complicidad y la ley del silencio propias de la mafia.
Siria: Cómo The Financial Times absuelve a los terroristas de Al Qaida
Mientras los terroristas respaldados por Occidente saquean Siria, la
prensa occidental, especialmente The Financial Times, sigue absolviendo a
los terroristas de colocar coches bomba, matar y mutilar a centenares
de civiles. Con un cinismo descarnado, sus reporteros se encogen de
hombres y dan crédito a las afirmaciones de los terroristas de Londres
dedicados a sembrar propaganda, según la cual el gobierno de Assad se
dedica a destruir sus propias ciudades y sus fuerzas de seguridad. (23)
Conclusión
Mientras el gobierno de Obama y sus adláteres europeos abrazan
públicamente el extremismo, (incluido el terrorismo de Estado), los
asesinatos selectivos y los coches bomba en ciudades abarrotadas, la
prensa respetable le imita. El extremismo adopta muchas formas: desde la
omisión de información sobre el uso de la fuerza y la violencia para
derrocar a gobiernos adversarios hasta el encubrimiento de asesinatos
generalizados de decenas de miles de civiles y la expropiación de
millones de campesinos y agricultores. Las «clases cultas», los lectores
acomodados, están siendo adoctrinados por los medios respetables para
que crean que el presidente Santos sonriente y pragmático y el
presidente electo Lobos han conseguido consolidar la paz y la
prosperidad basada en el mercado y garantizar un acuerdo de libre
comercio y unas concesiones de bases militares a Estados Unidos que
benefician a ambas partes, aun cuando los dos gobiernos ocupen los
primeros puestos de la lista de países del mundo donde se asesinan a más
sindicalistas y periodistas. Incluso hoy, día 15 de mayo de 2012,
mientras leo que la asamblea de congresistas hispános de Estados Unidos
ha otorgado a Lobos el primer puesto en un galardón de defensa de la
democracia, la prensa hondureña informa del asesinato del director de
informativos de la emisora de radio HMT, Alfredo Villatoro, que hace el
número 25 de los periodistas críticos asesinados entre el 27 de enero de
2010 y el 15 de mayo de 2012. (24)
El apoyo de la prensa respetable al extremismo y su utilización de
una terminología demonizadora y un lenguaje virulento para describir a
los adversarios del imperio van a la par de las alabanzas eufóricas y
efusivas de los terroristas de Estado y los mercenarios pro
occidentales. El encubrimiento sistemático ejercido por el periodismo
extremista va mucho más allá de los casos de Colombia y Honduras. El
reportaje de Michael Peel en The Financial Times sobre la devastación
dirigida por la OTAN de Libia (el estado de bienestar más avanzado de
África) y el ascenso al poder de bandas armadas de terroristas tribales e
islámicos fanáticos se presenta como una victoria de la democracia
sobre «una dictadura brutal». (25) La mendacidad y la hipocresía de Peel
quedan patentes en sus vergonzosas afirmaciones de que la destrucción
de la economía libia y la tortura masiva y los asesinatos raciales que
siguieron a la guerra de la OTAN son una victoria del pueblo libio.
El giro totalitarista de la prensa respetable es consecuencia directa
de su adulación de las medidas extremistas adoptadas por los gobiernos
occidentales. Como, al igual que sucede con el uso de la fuerza, la
violencia, el asesinato y la tortura, las medidas extremistas se han
convertido en práctica habitual de los presidentes y primeros ministros
actuales, a los periodistas no les queda otra opción que inventar
mentiras para racionalizar los delitos y escupir un chorreo constante de
adjetivos muy recargados con el fin de convertir a las víctimas en
verdugos y a los verdugos, en víctimas. El extremismo en defensa de los
gobiernos pro estadounidenses ha desembocado en los relatos más
grotescos que se puedan imaginar: los presidentes de Colombia y México
son los líderes de las economías más absolutamente narcotizadas del
continente, pero se les elogia por la guerra que libran contra las
drogas mientras que a Venezuela, el país productor más marginal, se le
estigmatiza calificándolo de ser el principal «narcoducto». (26)
Los artículos sin ningún fundamento de hecho, indignos de ser fuente
de información objetiva, nos orientan a buscar una explicación
subyacente. Colombia ha firmado un tratado de libre comercio que
beneficiará a las exportaciones estadounidenses frente a las colombianas
en una proporción de dos a uno. (27) La política de libre comercio de
México ha beneficiado en una proporción similar al sector agrario y los
grandes minoristas estadounidenses.
El extremismo en todas sus modalidades se infiltra en los gobiernos
occidentales y encuentra su justificación y racionalización en los
medios respetables, cuya misión es adoctrinar a la sociedad civil y
convertir a los ciudadanos en cómplices voluntarios del extremismo. Al
prologar interminablemente los «reportajes» sobre Putin, de Rusia,
presentándolo como un tirano autoritario de la era soviética, los medios
respetables evitan todo debate sobre el hecho de que ha duplicado el
nivel de vida y ha obtenido una victoria electoral con más del 60 por
ciento de los votos. Al magnificar el pasado autoritario de Gadafi, sus
mastodónticas obras públicas, sus programas de bienestar social y sus
generosos programas de inmigración y ayuda exterior al África
subsahariana quedan relegados al pozo sin fondo de la memoria. Las
alabanzas que la prensa respetable vierte sobre los presidentes Santos y
Lobos y sus escuadrones de la muerte forman parte de un desplazamiento
sistemático a gran escala y largo plazo desde la pretensión hipócrita de
promover las virtudes de una república democrática a la suscripción
abierta de un imperio asesino y enfurecido. La nueva regla de los
periodistas dice: «para la defensa del imperio, el extremismo no es
ningún mal».
Notas:
(1) Hay consenso generalizado acerca de que entre los medios de
comunicación impresos respetables se encuentran The Financial Times, The
New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal.
(2) The Financial Times (en adelanet, FT), 8 de mayo de 2012;
véase también FT, 4 de mayo de 2012, «Colombia looks to consolidate
gains in country of complexities» [«Colombia aspira a consolidar
beneficios en el país de las complejidades»].
(3) FT, 8 de mayo de 2012, p. 1.
(4) FT, ibíd.
(5) BBC News, 5 de mayo de 2012.
(6) Ibíd.
(7) Renan Vega Cantor, ¡Sindicalicidio! (Un cuento poco imaginativo de) terrorismo laboral, Bogotá, 25 de febrero de 2012.
(8) Ibíd.
(9) Ibíd.
(10) Informe de CODHES, noviembre de 2010.
(11) FT, 8 de mayo de 2012, p. 4.
(12) Véanse los informes anuales de CODHES, Reiniciar y Human Rights Watch.
(13) «Claroscuro», Informe anual 2011 del Programa Somos
Defensores, Bogotá, 2012; Corporación Colectivo de Abogados, enero-marzo
de 2012.
(14) Fiscalía General, Informe de 2012.
(16) Thom Shanker, «Lessons of Iraq Help US Fight a Drug War in
Honduras» [«Las enseñanzas de Iraq ayudan a Estados Unidos a luchar
contra la droga en Honduras»], The New York Times, 6 de mayo de 2012.
(17) Ibíd.
(18) Ibíd.
(19) Human Rights Watch, Informe mundial de 2012
(20) Honduran Human Rights, 12 de mayo de 2012.
(21) Ibid
(22) Ibíd.
(23) El flagrante encubrimiento de los coches bomba es obra de
las estrellas del periodismo de The Financial Times enviadas a Oriente
Próximo. Véase Michael Peel y Abigail Fieldgin-Smith, «At Least 55 Die
in two Damascus Explosions: Responsibility for Blasts Disputed» [«Al
menos 55 muertos en dos explosiones en Damasco: autoría en discusión»],
FT, 11 de mayo de 2012.
(24) Honduras Human Rights, 24 de abril de 2012.
(25) Michael Peel, «The Colonels Last Stand», FT, 12 y 13 de mayo de 2012.
(26) Uno de los narcotraficantes más conocido de Colombia
describió los estrechos lazos financieros y políticos existentes entre
los terroristas de Autodefensas Unidas de Colombia y los gobiernos de
Uribe y Santos. Véase La Jornada, 12 de mayo de 2012.
(27) BBC News, 15 de mayo de 2012. Según las estimaciones de la
Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, el valor de las
exportaciones norteamericanas a Colombia podría aumentar en 1.100
millones de dólares, mientras que las de Colombia aumentarían 487
millones de dólares.
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