viernes, 6 de julio de 2012

Candidato matapasiones (MARIADELA LINARES)

Durante la "alocución" del aspirante, frente a la sede del CNE, el domingo pasado, nos pareció estar escuchando a mister Chance haciendo uso de la palabra, sin decir realmente nada. Probablemente los asesores del candidato de la derecha venezolana leyeron muchas veces Desde el jardín y se inspiraron en la creación de Jerzy Kosinski, para lograr que un hombre sin discurso, sin carisma, sin capacidad de análisis, sin mucha preparación política e ideológica, haya escalado posiciones hasta convertirse en el contendiente
de Chávez. Durante la "alocución" del aspirante, frente a la sede del CNE, el domingo pasado, nos pareció estar escuchando a mister Chance haciendo uso de la palabra, sin decir realmente nada. Hasta las prolongadas pausas en las que incurrió se corresponden con la sensación de que estábamos ante alguien corto de ideas. Realmente, se fue "demasiado".

Comenzando por el ridículo recurso de hablar de sí mismo en tercera persona, como si él fuese una ausencia, pasando por la carga comeflor de sus palabras de paz, amor y armonía de una Venezuela unida que él promete pero que nadie le cree, hasta las alabanzas al Padre de la Patria, el mismo que descolgaron de Miraflores el 11A, todo tuvo un tono tan falso y tan inicuo que seguramente sus seguidores aplaudieron porque no les quedó más remedio, cuando en realidad defraudó a muchos.

Pero como quiera que aquí no hay una contienda entre dos líderes políticos, ni siquiera entre dos ideologías distintas, sino entre quienes están a favor de Hugo Chávez y quienes están en contra, no importa si el discurso del domingo fue fatuo, ni si el candidato es o no el apropiado. Cualquiera que se hubiera encaramado en la tarima, hubiese logrado la misma asistencia e igual objetivo: concertar a un buen número de personas en torno al antichavismo. No hay país en el mundo donde suceda algo similar. A veces uno termina alegrándose por vivir esta etapa tan particular de nuestra historia. 
Al día siguiente de la "epopeya", de la "hazaña" de recorrer 10 kilómetros para ir a inscribir a su candidato, el diario que más vergüenza y tristeza le ha deparado al periodismo venezolano, tituló su editorial "Joven y sano", en clara contraposición a la condición física de Chávez. El Presidente tiene apenas 57 años y está batallando contra una terrible enfermedad. Cualquiera en su lugar podría haber optado por vivir para sí mismo. El mandatario nuestro no lo ha hecho así; ha elegido entregarle sus días al país y aquellos, lejos de guardar respeto por semejante muestra de entereza y compromiso, escogen el camino del golpe bajo.

El lunes no pudimos evitar recordar, una vez más, aquel tristemente célebre escrito de 2002 en el que se referían a los seguidores de Chávez como "el lumpen de siempre, convertidos en sempiternos pasajeros de autobús con un bollo de pan y una carterita de ron bajo el brazo". Mucha de la gente que sigue al candidato que habló de conciliación el domingo, piensa igual a los editores de ese periódico.

Dicho sea de paso, refresquemos la memoria y no olvidemos al hombre que arremetió contra el ministro Rodríguez Chacín, lo sacó de su casa y lo expuso a una multitud que quería lincharlo el 12A; el mismo que jura que en su gobierno no hay espacio para venganzas y que tampoco habría listas para la retaliación. Todavía tenemos frescas unas tenebrosas imágenes, con datos, descripciones y direcciones que fueron publicadas en aquella web "reconócelos.com", cuyo material alguien debe tener bien guardadito por ahí. No nos caigamos a coba.

Mariadela Linares

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