En Bolivia se gestó un golpe de Estado a partir del motín policial
iniciado la semana anterior con la toma de la Unidad Táctica de
Operaciones, y desactivado, al menos de momento, en la madrugada de este
miércoles, luego de acuerdos adoptados entre los sublevados y el
ejecutivo, según reflejaron distintos medios de prensa.
En conferencia de prensa, el vicepresidente Álvaro García Linera
enumeró al menos seis elementos demostrativos de que se intentó alterar
el orden constitucional a partir de la movilización de los uniformados,
con influencia de actores políticos de la derecha, reportó PL.
Entre esos elementos Linera mencionó la ruptura del Estado
democrático por parte de la Policía, la toma de instituciones, la
parálisis del funcionamiento del Gobierno y los ataques dinamiteros a la
Asamblea Legislativa y el Palacio de Quemado, sede del ejecutivo, así
como la destrucción de los equipos de Radio Bolivia con dinamita, y
comunicaciones registradas entre algunos policías donde se evidencia que
planificaban el golpe.
Los políticos infiltrados en la manifestación policial se
aprovecharon de una demanda legítima de carácter económico de los
uniformados para llevar la situación hacia fases escalonadas de golpe
contra la democracia, aseveró.
Según reflejó AFP, el vicepresidente Linera calificó como una
victoria popular ciudadana la derrota de esos planes, frenados por la
masiva presencia de los defensores del proceso de refundación de Bolivia
en las calles, y con el acuerdo que levantó la huelga policial.
La misma fuente reseñó que los servicios de seguridad y control
vehicular se reanudaron inmediatamente después del acuerdo alcanzado por
el ejecutivo y representantes de los insubordinados luego de diez horas
de negociación, y que concluyeron con un acuerdo de diez puntos que
comprende un incremento salarial de 100 bolivianos para los uniformados,
mejoras en sus planes de jubilación y la revisión de una ley de su
régimen disciplinario, entre otros.
Mientras, comenzaba la llegada a la capital de los indígenas
marchistas contra un referendo para consultar a la ciudadanía la
construcción de una carretera que atravesaría el parque natural de
Tipnis, un movimiento que, se denuncia, ha sido manipulado también para
utilizarlo como punta de lanza contra el Gobierno de Evo. Resulta
sintomático que fueran grupos de la clase media quienes les dieran la
bienvenida.
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