Difícil
la tiene en este momento la oposición que otrora dio la pelea en las elecciones
del año 2010 para la elección de La Asamblea Nacional, o que pretendió engañar al pueblo venezolano
con una abultada cifra de participación de 3 millones de personas en las
primarias para escoger su candidato presidencial, teniendo posteriormente que
salir corriendo a quemar los cuadernos electoral para que no se evidenciara la
cifra real de movilización en los centros destinados para tal fin.
Hoy,
tres meses y medio después de haber escogido a su candidato Capriles, lo que avizorábamos
como escenarios posteriores se van cumpliendo: un candidato con poca pega da
popular, y una gran tensión entre Primero Justicia y Acción Democrática, que
pone en juego la “unidad”, imposibilitados incluso definir una tarjeta “única”,
sustituida por una “unitaria”, en pocas palabras, más falsedades sobre la
artificialidad de un pacto antichavista.
Pero,
¿qué le queda a la dirigencia de oposición en la actualidad?, enumeremos
algunas posibilidades:
- Capriles se mantiene como candidato:
- A pesar de las dificultades que presenta la candidatura, como consecuencia de la elección de candidato, se producen cambios en la estrategia de campaña, reorientando el discurso de no confrontación por el de confrontación directa con Chávez, pretendiendo apostar porque una mayor polarización permita generar el repunte en la opinión pública a su favor.
- El candidato mantiene el discurso de no confrontación, pero se agudiza el conflicto con el resto de los actores aliados, buscando generar acciones que produzcan algún impacto en la opinión pública para revertir en 4 meses los resultados favorable del presidente Chávez.
- Los sectores extremistas se apoderan del escenario político de oposición, e inician acciones que pretendan reproducir el fenómeno de “Atocha” (que permitió revertir la victoria de Aznar a favor de Zapatero), a pesar de la pasividad discursiva del candidato Capriles.
- Capriles sorpresivamente logra generar empatía popular, se conecta con las necesidades populares y revierte inesperadamente los resultados de los estudios de opinión pública, con el apoyo de todas las organizaciones de la MUD, incluyendo AD (escenario menos probable).
Como consecuencia de las proyecciones
dadas por asesores en opinión pública, se decide sustituir la candidatura de
Capriles por varias vía:
1. Capriles se retira en una demostración de
madurez política, convencido de su imposibilidad de levantar vuelo electoral, y
en respeto de las primarias se nombra al segundo en votos, Pablo Pérez, y AD se
reactiva, desplazando a los otros dos comandos de Capriles, dirigidos por Briquet
y Leopoldo, centrando sus esfuerzos en la MUD.
2. Capriles no se retira pero la MUD decide designar un
candidato outsider que amalgame el
apoyo de la MUD y
otros sectores de oposición no alineados, desplazando la candidatura de
Capriles. Precedente histórico de este caso es Irene Saez y Alfaro Ucero en
1998.
3. Se genera un atentado, desde el seno de la
misma oposición extremista contra el candidato Capriles que lo inhabilita para
continuar y el fenómeno “Atocha” se desarrolla pero sin Henrique, y con una
sociedad movilizada por el impacto del suceso.
Este
conjunto de escenarios, más o menos probables, muestran al final una candidatura muy débil, y sin posibilidades ciertas de éxito real, al menos que
haya algo sorpresivo en el proceso de campaña.
Me
inclino por pensar que si Capriles se mantiene como candidato:
1. El giro discursivo será inevitable.
2. Los sectores extremistas de oposición
articularan acciones para activar el fenómeno “Atocha”, aplicado en el plano de
la inseguridad y la violencia cotidiana.
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