Dick Emanuelsson./ La neofranquista Salud Hernández-Mora no solamente elogiaba al
dictador Franco. Escribió el prólogo del libro “Mi Confesión”, de Carlos
Castaño, el sangriento jefe paramilitar colombiano.La neofranquista Salud
Hernández-Mora no solamente elogiaba al dictador Franco. Escribió el
prólogo del libro “Mi Confesión”, de Carlos Castaño, el sangriento jefe
paramilitar colombiano.
La neofranquista Salud Hernández |
También coordinaba el contenido de sus crónicas
con Castaño, el asesino No 1 en Colombia. Pero no para ahí la
“ética periodística” de la falangista española, hoy nacionalizada
colombiana. Tenía canales directos a los salones más secretos del DAS, Departamento Administrativo de Seguridad
(la policía política secreta de Uribe). De las manos de María del Pilar
Hurtado, jefa entonces del DAS, hoy fugitiva en Panamá y con la
facilitación de Bernardo Moreno, secretario general de la Presidencia de
Uribe, recibió carpetas en junio de 2008 con información secreta sobre
un integrante de la Corte Suprema de Justicia. La tarea era denigrarlo
en sus crónicas para neutralizar la intensa lucha del jurista contra los
congresistas Uribistas con nexos al paramilitarismo. Y así fue,
efectivamente. En El Tiempo, el órgano de la entonces familia Santos,
fue publicada el 15 de junio de 2008, en una columna publicada en el
diario El Tiempo titulada; “La Paja en el ojo ajeno”. En cualquier medio
con ética normal la señora Hernández no solamente había sido despedida
sino también, detenida por nexos con el Capo Narco-Paramilitar [1].
Hablar de cierta gente, rebaja.
Coprofagia de la ultraderecha colombiana
Ingrid Storgen y Dick Emanuelsson
Hablar de un personaje tan desagradable como la señora (con perdón
de las señoras) Salud Hernández Mora es rebajarse por lo que no vamos a
extendernos dando cuenta de su repugnante hoja de vida, apenas pocas
palabras que sobran.
Este personaje de la ultraderecha más retrógrada, que si fuera
hombre habría que mencionarlo el “caco” por su habilidad para ejecutar
actos delictivos “sin violencia” pero como nació con genitales
femeninos diríase de ella, la “caca”, además de gozar de poca simpatía
por sus diatribas constantes contra el pueblo colombiano, no deja de
sorprendernos con sus análisis de baja estofa, propio de los seres
repugnantes que pululan por este mundo despanzurrado gracias a personas
como ella.
Creo que pocos apelativos se pueden utilizar con tanta precisión
para dirigirse a este engendro, simplemente, caca, porque hay que ser
muy bajo moralmente para, al hacer una análisis de la gravísima
situación de guerra en Colombia, utilizar una frase desafortunada como
pocas “…juega a favor de Santos que Fidel y Chávez están al borde del cementerio… [sic]”
ESTA FRASE ES LA QUE MÁS NOS CHOCA del artículo suyo que
adjuntamos, porque considerar que a un presidente le juega a favor la
futura muerte de alguien, creo que no resiste el menor análisis.
Lo preocupante es que la tal Salud “Caca” Hernández Mora es de los
analistas del periódico El Tiempo de Colombia, órgano desinformativo y
que llega a millones de personas diariamente, lo cual deja bien
demostrado por qué la guerra en Colombia no termina, quienes la instigan
y permite, además, tener la certeza de quienes son los que se nutren de
esa guerra fratricida.
Que no utilizan más armas que la lengua –casi nada, diríamos…- ya
que los crímenes los ejecutan desde la boca y desde los aparatos
paramilitares aliados, aunque sus manos están “limpias” de sangre…
Grotesca, burda, mamarrachesca, fascista, repugnante, es lo
que brota del centro de las vísceras cuando toca, como en este caso,
definir a un personaje tan absurdo que lamentablemente sigue lanzando
palabras que al salir de su boca se convierten lisa y llanamente en
excremento.
Y parece que la ultraderecha colombiana es demasiado afecta a la coprofagia tal como demuestra esta “caca” andante y parlante.[1] Nota: http://www.caracol.com.co/
Honorable 'Timochenko'
Salud Hernández-Mora
Creer que una bomba cambia la decisión del gobierno Santos de negociar con las Farc es de una ingenuidad preocupante.
Somos idiotas útiles cuando debatimos sobre las razones y
consecuencias del atentado contra Londoño. Porque lo único que en verdad
queda de la salvajada de los vasallos de 'Timochenko' es la imagen del
niño de diez años abrazado a su mamá, desconsolado, en el funeral del
papá; la desolación de la madre que entierra a su único hijo, y la
angustia de un chofer que no sabe si podrá seguir trabajando para sacar
adelante a su familia. Y queda el registro en las estadísticas de
seguridad para que se peleen los dirigentes políticos sobre quién es más
eficiente en la lucha contra la barbarie.
Creer que una bomba cambia la decisión del gobierno Santos de
negociar con las Farc es de una ingenuidad preocupante. Si no importó
que asesinaran a sangre fría a los oficiales Hernández, Moreno, Martínez
y Duarte, que estaban encadenados y llevaban cerca de catorce años en
cautiverio, ni el secuestro de Roméo Langlois, ni el de los cuatro
chinos que trabajaban en una petrolera en Caquetá, ni los bombazos de
Toribío o Villa Rica, ni las extorsiones, desplazamientos, narcotráfico y
otros crímenes que practican a diario las Farc, ¿por qué iba a
modificar el rumbo un petardo que pasado mañana estará olvidado?
El marco legal para la paz va porque va, con el artículo que
permite a comandantes de las Farc y el Eln hacer política el día que
dejen las armas así hayan cometido las mayores atrocidades.
Si no fuera para concederles amnistías o dejarles que aspiren a
cargos de elección popular, ya me dirán para qué diablos necesitan
aprobar ese marco pudiendo aplicar la muy generosa Ley de Justicia y
Paz. Por tanto, es un proyecto legislativo tejido a la medida de las
Farc, como pidió el Presidente, que confía en que 'Timochenko' comprenda
que llegó la hora de negociar.
Juega a favor de Santos que Fidel y Chávez están al borde del
cementerio, con lo cual a 'Timo' y a 'Iván Márquez', que siguen viviendo
frescos en Venezuela, y a la cúpula elena, residente entre Caracas y
Cuba, se les acaba la placentera vida urbana y regresar al monte ya no
es opción.
También esos capos son conscientes, como lo fue en su día Carlos
Castaño con las Auc, de que el narcotráfico controla algunos frentes y
cada día resultará más difícil meterlos en cintura. Pero eso no
significa que renuncien al terrorismo o vayan a honrar su promesa de no
secuestrar. Como vaticinamos algunos, no dejarán de llevarse rehenes ni
de poner bombas o causar estragos solo porque sepan que hay un
Presidente dispuesto a dialogar.
Si algo aprendieron las Farc es que mientras más duro golpeen, más
se le arrodillan el Gobierno y la sociedad. Y ahora cuentan con aliados
incondicionales -políticos y líderes de opinión- dispuestos a permitir
que su brazo político -la Marcha Patriótica- juegue a la democracia como
si fuera un igual.
En este tablero de ajedrez, 'el Paisa', jefe de la Teófilo Forero,
es una ficha fundamental, porque es capaz de sembrar el pánico en el
Huila, atentar en Bogotá y apoyar las arremetidas en el norte del Cauca
con una eficiencia pavorosa. Ese comandante de vieja data, que conoce
como pocos el servicio que el terrorismo presta a su causa, seguirá
aplicando su estrategia de atemorizar a la sociedad. 'Timochenko' sabe
que si él o sus lugartenientes quieren convertirse algún día en unos
honorables más, tienen que dejarlo actuar.
Ya lo pensaban Manuel Cepeda y su PC, nada mejor que la combinación de las formas de lucha para conquistar cuotas de poder.
NOTA: ¿Por qué no buscan al prófugo parapolítico Hernando Molina
Araújo, exgobernador del Cesar, acusado de homicidio? ¿Cuestión de
apellido?
NOTA 2: Mi solidaridad con la esposa, hijos y mamá de Sigifredo. Qué dolor tan tenaz.
@saludhernandezm
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