“Aló, Presidente” sigue siendo un hito y un referente
fundamental en la historia de las experiencias comunicacionales emancipadoras. Sigue
rompiendo todos los parámetros y lo recetarios comunicacionales y sigue en
combate con sus factores semióticos, estéticos y políticos empeñados en decir
la verdad como nadie más es capaz de decirla, con las maneras y los medios que
ningún otro puede o se atreve. Nadie hubiera imaginado que un formato así
lograra tanto.
Acaso una de las fuerzas más vivas sea su
capacidad organizadora y su poderío como espacio de educación y formación
televisada. Es un regalo de claridad política, es un remanso de pensamiento humanista
donde se piensa y se habla, se canta, se reflexiona en el amor, se estudian las
cuentas públicas, se reclama atención y más trabajo a funcionarios y ministros…
“Aló Presidente” sigue siendo un espacio de acción política donde se permite soñar
proyectos y se obliga a entregar resultados.
“Aló Presidente” logró lo inédito, y eso lo hace
ser un objeto de estudio magnífico, un ejemplo de corte mundial y una escuela
de comunicación social que deberíamos desarrollar, es decir multiplicar, en muchos
otros medios y modos. “Aló, Presidente” debiera ser más internacionalista, reproducirse
en las embajadas y en todos los medios al alcance. Es urgente que Venezuela
sepa el papel fundamental que juega la Revolución Bolivariana en el mundo y que
el mundo sepa lo que la Revolución venezolana ha construido.
En el conjunto de los aportes que “Aló Presidente”
ha hecho a la Historia de la Comunicación está su fuerza crítica y
auto-crítica. Contra todas las operaciones mediáticas que se empeñan en acusar
a Venezuela de cancelar o acosar la “libertad de expresión”, “Aló Presidente”
opera como garante y la activa, incluso, en los temas más impensados. La
Libertad de Expresión Socialista es uno de sus grandes logros. Eso es un gran
regalo que nos llega al mundo entero. “Aló Presidente” ha madurado y se ha
vuelto más fiscal popular y más comandante supremo en la guerra contra el
burocratismo, además de liderar la producción de contenidos más poderosa en la
vida política venezolana y latinoamericana.
“Aló Presidente” es herramienta fundamental en la
Batalla de las Ideas que bien pudiera replicar sus alcances con la colaboración
de editorialistas del mundo entero, solidarios con la Revolución y dispuestos a
contribuir a enriquecer los debates geopolíticos en los que Venezuela lidera
opiniones planetarias. Como lo es la Batalla de Carabobo el próximo 7 de
octubre.
“Aló Presidente” debiera ser declarado por la
Asamblea Nacional como programa televisivo de interés popular y por eso debiera
impulsarse un archivo especializado y un centro de investigación y docencia
comunicacional, para que no hubiese escuela y centro de formación
comunicacional donde no se conociera, con precisión, el aporte de esta
experiencia comunicacional y el desarrollo de sus éxitos y sus líneas centrales.
Eso es parte de un trabajo indispensable contra la Guerra Mediática Oligarca.
“Aló Presidente” es un punto y aparte en la
experiencia comunicacional a nivel mundial. Es el producto de una gran Revolución
Comunicacional en pleno crecimiento. Eso tiene que estudiarse como un fenómeno
social que nunca se dio en la historia de la humanidad, ni se vio hasta ahora
en América Latina, es decir que un Presidente fuese, también, un líder en
comunicación. Un líder que sabe que hay que construir una comunicación distinta
a la que estamos acostumbrados, una comunicación coherente con el proceso
revolucionario.
Incluso con algunas debilidades, Venezuela es una
vanguardia comunicacional que suma logros y que ofrece desafíos fundamentales.
En ningún otro lugar se habla con la verdad como se habla en Venezuela, en su
Sistema de Medios Públicos y en los Medios Alternativos y Comunitarios. En
ningún otro lugar la agenda de nuestras luchas tiene el espacio que tiene en
Venezuela. Y eso es un logro gracias al liderazgo de “Aló Presidente”. Sin
embargo falta mucho.
En cantidad y en calidad, todo ese esfuerzo e
impulso, aun es insuficiente si vemos las asimetrías permanentes que nos
presenta el escenario de Guerra de IV Generación. Por eso necesitamos más “Aló
Presidente”, por eso necesitamos profundizar la Revolución en Comunicación, las
escuelas de cuadros en comunicación, la Revolución Tecnológica, la Revolución
de los Contenidos… y la Cumbre de Presidentes en Materia de Comunicación
Emancipadora donde, atendiendo el espíritu de “Aló Presidente” la comunicación
sirva para la verdad, sirva para la organización y sirva para el ascenso de la
conciencia. Es urgente.
Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
Universidad de la Filosofía
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