viernes, 30 de marzo de 2012

Marciano: “La esperanza blanca, el niño de oro, simplemente no dio la talla”

Este viernes, el columnista Marciano en su “Piedra de Tranca”, publicada en el Diario VEA, se refiere a los números arrojados por algunos sondeos de opinión de diferentes encuestadoras, en relación a la intención de voto de cara a las elecciones del 7 de octubre.
 
En tal sentido, el columnista argumenta que “así son las cosas en la política. Cuando menos se piensa todo se viene abajo. Lo mejor planificado se desploma. Los mejores cálculos fallan (…) Capriles Radonski al ascender a la categoría de candidato presidencial para enfrentar a un fenómeno de la talla de Hugo Chávez, se desinfló a la vista de todo el mundo”.
A continuación la columna completa de Marciano:
ASÍ SON LAS COSAS EN POLÍTICA. Cuando menos se piensa todo se viene abajo. Lo mejor planificado se desploma. Los mejores cálculos fallan. Lo que se ve color de rosa se torna oscuro. Esta no es una lucubración traída por los cabellos. Impuesta por la voluntad de descalificar a priori, sino algo que brota de la realidad.
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¿A QUÉ SE REFIERE ESTE ESCRIBIDOR? A lo que se hace obvio en la actualidad. A lo que cada día que pasa se pone en evidencia. Henrique Capriles Radonski se convirtió, de la noche a la mañana, en la esperanza blanca; en el muchacho audaz que derrotaría al malo de la película, a Hugo Chávez. La publicidad que se le hizo fue a base de contrastar los dos personajes: Chávez y Capriles. Uno con años en el poder y el otro no. Uno con un lenguaje de paz y otro con un lenguaje de guerra. Y así por el estilo. Incluso se llegó a jugar con el factor salud: uno enfermo y el otro no. El balance lucía, en el papel, en el mundo de la publicidad, favorable al candidato de la MUD.
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ESTA IMPRESIÓN RESULTABA CASI un dogma en el alienado mundo de la oposición. Sobre todo cuando en las primarias del sector votaron “tres millones de personas”. Luego se ha sabido que no fue así, pero en todo caso hay que señalar que esos tres millones encomillados no lo hicieron en su totalidad por Capriles, sino una tercera parte. Pero ese no es el punto a considerar. Lo que importa es que el evento sirvió para potenciar, en el ánimo de una oposición desprovista de esperanzas, que por fin veía una luz al final del túnel, una señal de éxito. Con base en un candidato bien apuntalado en la unidad del universo oposicionista y que, por tanto, tenía chance de derrotar a Chávez.
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PERO, ¿QUÉ PASÓ? Nada nuevo de lo que siempre sucede en política. Aquello que resume un viejo refrán: que deseos no empreñan. Porque después de tanta propaganda, de tantos cálculos alegres, de tanta retórica favorable al candidato de la MUD, éste, en vez de crecer en las encuestas -por cierto en todas sin excepción-, bajó cinco puntos respecto al porcentaje que tenía antes de las primarias. Un desinfle insólito, pero real.
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¿QUÉ PASÓ CON LA ESPERANZA BLANCA, con el niño de oro, con el nuevo fenómeno electoral en puertas? Que simplemente no dio la talla. Que al ascender a la categoría de candidato presidencial para enfrentar a un fenómeno de la talla de Hugo Chávez, se desinfló a la vista de todo el mundo.
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UN AMIGO QUE COMENTABA el caso Capriles me decía: “Le pasó lo que al Titanic”. ¿Cómo es eso?, le pregunté. “Chico -me respondió-, ¿acaso no recuerdas lo que le pasó a ese esplendoroso barco de lujo, lanzado al mar con el júbilo de los armadores y de todo el mundo, en medio de una fiesta colosal? Que naufragó en el primer viaje que hizo. El orgullo, la fe en la nueva hazaña tecnológica se fue a pique con miles de personas a bordo”. En verdad me quedé pensando en lo dicho por el amigo. En lo que yo llamaría el “efecto Titanic”. El fugaz rapto de grandeza y, de inmediato, la frustración. Décadas después de la tragedia de aquella nave espectacular, incursionan sus restos en el fondo del mar, en búsqueda de recuerdos, con la nostalgia que deriva de todo pasado revestido de una gloria fugaz.-
“Efecto Titanic”
“Piedra de Tranca”
Por: Marciano
Diario VEA

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