lunes, 21 de noviembre de 2011

Liga Árabe pide calma en Egipto. "Aquí si vamos con calmita"

El-Arabi, de nacionalidad egipcia, expresó su "grave preocupación" por los enfrentamientos callejeros y la represión policial en la plaza Tahrir de El Cairo que del sábado a la fecha causaron unos 30 muertos, según distintas fuentes, y más de mil 700 heridos.

 

"Aquí si vamos con calmita"
Datos del Ministerio de Salud confirmaron hasta ahora 25 fallecidos como consecuencia de la violencia de las fuerzas antimotines contra manifestantes que exigen acelerar la transición democrática y que la Junta Militar entregue el poder a autoridades civiles.

Al respecto, el jefe de la LA apeló a "la máxima contención" y pidió respeto al "derecho de expresión y demostración pacífica" de los inconformes, al tiempo que llamó a todas las fuerzas políticas a "trabajar por la calma".

El-Arabi señaló en un comunicado difundido en la sede de la Liga Árabe, situada en uno de los extremos de la plaza Tahrir, que partidos y movimientos sociales egipcios deben laborar "por reencauzar el proceso político y avanzar hacia el cambio democrático".

"No se preocupen, tengo un doble rasero"
Tales pasos, subrayó el diplomático, "deben basarse en los principios de libertad, dignidad y justicia social sobre los cuales se fundó la revolución del 25 de enero", como definen aquí a la revuelta que defenestró al entonces presidente Hosni Mubarak el 11 de febrero.

Entretanto, las autoridades ratificaron que las elecciones parlamentarias se mantienen para el 28 de noviembre y aseguraron que entregarán el poder a civiles tan pronto haya un gobierno electo, pese a la desconfianza entre los distintos sectores políticos y sociales.

Agrupaciones como el Partido Libertad y Justicia, de la Hermandad Musulmana, los partidos Socialdemócrata Egipcio, la Coalición de Jóvenes de la Revolución y el Movimiento juvenil 6 de Abril, condenaron la brutal represión policial causante de más de mil 700 heridos.

En sus pronunciamientos, por separado, defendiereon el derecho a manifestarse, denunciaron las maniobras del gobierno y los militares para imponer su voluntad en la próxima Constitución, y advirtieron del peligro de que se aplacen los comicios legislativos.

Igualmente, pidieron la dimisión del ministro del Interior y del primer ministro, así como del jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), mariscal de campo Mohamed Hussein Tantawi, a quien consideraron una prolongación del poder de Mubarak.

El aspirante presidencial y premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei respaldó también las reivindicaciones de los atrincherados en Tahrir y se pronunció por un gobierno civil capaz de supervisar la transición.

A su vez, el movimiento de cristianos, en particular la Federación de Jóvenes de Maspero (creada tras la muerte en octubre de 26 coptos) propuso un gobierno de salvación nacional para sacar a Egipto "del túnel oscuro" en el que está actualmente.

El ministro egipcio de Cultura, Emad Abu Ghazi, presentó su dimisión al CSFA en desacuerdo por el manejo de la crisis y la represión de la policía.

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