martes, 1 de noviembre de 2011

La Florida Santiago: Campamento Nueva La Habana, 41 años

Hoy, 1 de noviembre de 2011, se cumplen 41 años desde que se iniciará una de las experiencias más desarrolladas de organización popular de la historia de Chile. Un día como hoy cerca de 1500 familias de sin casas dieron origen al Campamento Nueva La Habana.

  
La mayoría de estas familias provenían de las tomas de terrenos: Ranquil, Magaly Honorato y Elmo Catalán, todas realizadas durante 1970, en asociación con dirigentes del MIR.
Entre 1970 y 1973, en Santiago los pobladores sin casa protagonizaron más de 300 tomas de terrenos, en ellas participaron más de 400 mil pobladores, es decir, casi un 25% del total de la población santiaguina. Vale decir, la organización y lucha del Campamento Nueva La Habana fue parte de un gran movimiento de pobladores que junto al Gobierno de la Unidad Popular buscó transformar nuestra injusta sociedad.
Se trataba de conseguir colectivamente lo que el sistema negaba: vivienda, salud, educación, trabajo, justicia, es decir, una vida mejor, lo que en la época se llamó “socialismo”.
Como en todo proceso social existieron límites y errores, pero en lo fundamental Nueva Habana representó la construcción real de una vida diferente, donde los trabajadores dejaron de ser “objeto” de la política (que esperaba soluciones de la elite) y se transformaron en “sujetos” de la política (solucionando sus problemas sociales de forma directa y exigiendo legítimamente al Estado su acción).
Así surgieron organizaciones como los comités de sin casas que se agrupaban en comandos de pobladores que luchaban por sitios y viviendas, realizando movilizaciones y tomas de terrenos. Luego en los campamentos nacieron los “frentes” de salud, educación, trabajo, abastecimiento, justicias, etc. Múltiples formas de “democracia directa” donde el pueblo era protagonista en la solución de sus problemas.
Actualmente vivimos bajo un sistema “democrático”, acordado por La Derecha (pinochetista) y La Concertación a fines de los años 80, donde el poder quedó restringido a la “clase política”, dicho en buen “chileno”: se repartieron la “torta” excluyendo a las grandes mayorías de las decisiones fundamentales.
Así se consolidó el sistema neoliberal impuesto por la dictadura que permite el constante abuso de las empresas contra los trabajadores y consumidores, una educación que busca más “lucrar que educar”, un sistema de acceso a la vivienda que sólo busca endeudar a las nuevas generaciones y una salud pública dramáticamente precaria, es decir, un sistema que para la mayoría es “indignante”.
Por ello, no debe extrañar que los jóvenes busquemos en la historia modelos de sociedad distintos, donde seamos “sujetos” y no “objetos”, donde seamos protagonistas y no espectadores, donde la distribución del ingreso sea más justa y permita mejorar la salud, educación, vivienda y el trabajo de las grandes mayorías de nuestro país.
Por eso, no debe extrañar que hoy, 1 de noviembre, recordemos nuestra historia para construir nuestro futuro.
Adelante con todas las fuerzas de la Historia
Vamos, solo en el pueblo confiamos!!