jueves, 6 de octubre de 2011

Rusia acusa a la OTAN de multiplicar los civiles muertos en Libia

El Gobierno ruso manifestó este jueves su rechazo a las afirmaciones de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) que defienden la intervención a Libia por salvar una inmensa cantidad de vidas, cuando, por el contrario, el precio de la ofensiva “fue la multiplicación del número de civiles muertos".
¿Pesar por la abstención?
 
"No aceptamos los conjuros que suenan desde la capital de la OTAN para decir que la intervención de la Alianza salvó una inmensa cantidad de vidas. Es un intento de presentar lo deseable como realidad", denunció el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.

El Canciller ruso subrayó que las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aceptadas por el Consejo de Seguridad, instaban a tomar medidas para defender a la población civil, “pero el resultado fue un tanto opuesto, por no decirlo de otra manera".

"No aceptamos los conjuros que suenan desde la capital de la OTAN para decir que la intervención de la Alianza salvó una inmensa cantidad de vidas. Es un intento de presentar lo deseable como realidad", denunció Lavrov.

El Kremlin considera que sus socios occidentales se parcializaron claramente con una de las partes en una guerra civil, “seguramente para apoyar a los que mejor representaban las demandas del pueblo libio, pero el precio fue la multiplicación del número de civiles muertos".

En marzo de este año Rusia ,China, Brasil, Alemania e India, miembros del Consejo de Seguridad, se abstuvieron de votar la intervención a Libia, vaticinando lo que meses después ocurrió: una operación militar internacional dentro de ese territorio.

Para evitar que se repita la situación en otra nación, Rusia y China decidieron vetar el pasado martes una resolución preparada por la Unión Europea y apoyada por Estados Unidos en la que se pretendía tomar acciones contra Siria para evitar la supuesta represión contra la oposición.

Moscú señaló que el proyecto de resolución dejaba la puerta abierta a las sanciones contra las autoridades sirias y a la injerencia militar en el país árabe.

Mientras que China explicó que su veto se debió a que el texto presionaba de manera ciega a ese país y no ayudaba a resolver la situación de violencia.