miércoles, 26 de octubre de 2011

Chile: en Concepción, Carabineros recurren a la tortura y a las amenazas sexuales contra estudiantes

MAPOCHO PRESS – El “Liceo Industrial de Concepción”, ubicado en la Avenida Collao de la capital de la Región del Bío Bío, permanecía ocupado por sus estudiantes , como parte de las movilizaciones nacionales por la Educación Pública, desde el pasado 10 de agosto.
 
Sin embargo, todo terminó abruptamente el pasado miércoles 19 de octubre, cuando un numeroso  contingente de las “Fuerzas Especiales de Carabineros” – grupo antimotines y similares -  irrumpió  violentamente en el establecimiento educacional.
La acción contó con la participación de Fuerzas Especiales, policías en motocicletas y del Grupo de Operaciones especiales (GOPE ) de Carabineros- similar a  los conocidos  como “Swat” . Esto se realizó luego de que los jóvenes levantaron barricadas camineras durante la mañana en la Avenida Collao, en el contexto del Paro Nacional que se registraba ese día en el país y que contó con un decidido apoyo de los estudiantes de establecimientos secundarios que entregan formación técnica a los largo del país, quienes denuncian las deplorables condiciones en que son educados y exigen de parte del Estado un sustancial aumento en el aporte y responsabilidad para mejorar su calidad.
Tras lanzar el carro blindado lanzagases (“zorrillo”) contra la reja del establecimiento, el grupo de Fuerzas Especiales irrumpió en el recinto  deteniendo allí a un par de jóvenes y persiguiendo al resto de los jóvenes movilizados hasta un cerro cercano  y la colindante Universidad del Bio Bio, la ex Universidad Técnica del Estado (U.T.E.), sede Concepción.
Fue allí donde comenzó la pesadilla de un grupo de estudiantes, todos ellos  secundarios, cuyas edades van desde los 15 a los 18 años.  Señalan haber sido golpeados hasta el cansancio por las fuerzas policiales, sin necesidad, pues ya estaban reducidos con golpes de pies y puños, lo también incluyó,patadas en las costillas al interior del bus policial,  golpizas con garrotes y bolones de acero en la nuca.  Los estudiantes señalan haber sido arrojados esposados  cerro abajo por un barranco y ,tras ello, ser nuevamente golpeados.  Sin embargo, la pesadilla no termina allí : tras ser llevados al interior de vehículos policiales, los malos tratos y amenazas continuaron, las que llegaron al abuso con connotación sexual en contra de las niñas detenidas y la aplicación de descargas eléctricas en contra de uno de los jóvenes que salio en defensa de sus compañeras.
Los buses policiales chilenos, por lo visto, llevan  implementos de  tortura eléctrica similares a los usados en dictadura, “picanas”, dado que se oyeron expresiones  de un policía al mando  de “tráiganme los alambres”, previo al cruel trato declarado por uno de los jóvenes. ¿Estamos ante  centros de tortura sobre ruedas,como los camiones  de exterminio nazis inventados por Walter Rrauff,fallecido en Chile al amparo de la dictadura?. Es algo que las autoridades competentes ( si es que las hay) deben investigar.
Constatación de Lesiones
Tras esto los jóvenes detenidos en el Liceo industrial fueron llevados a constatar lesiones a un “consultorio”, procedimiento que se ha vuelto habitual, tras los hechos ocurrido en el Hospital Regional de Concepción luego de la detención del dirigente de la FEC Recaredo Galvez, denunciadas públicamente por la FENATS a través de Resumen, y que carecen de rigurosidad profesional   Como lo constatan los propios registros que en la generalidad de los casos exculpan a carabineros.
En detenciones anteriores padres de  menores detenidos han denunciado a Resumen, haberse encontrado con irregularidades como que el médico que constata las lesiones en el consultorio, no figura como funcionario del mismo centro de salud. ¿Qué dice el Servicio Médico Legal y la normativa forense ante esto?. ¿Qué dice la ética de  los profesionales de la salud que se prestan para ello, obligados o no?.
Como de costumbre, allí no se registraron constancia de las lesiones – los amoratamientos eran atribuídos por los policías y anotados por funcionarias, como producto de “tropezones en el cerro” o al “saltar voluntariamente el cerco perimetral”, agregándose a la tortura y maltrato la mentira cómplice. Los jóvenes fueron puestos en libertad tras ser amenazados de ser  perseguidos hasta lograr encarcelarlos aunque sea por causa ficticia (“te vamos a perseguir hasta cagarte”); también fueron  obligados a firmar varias papeles en la Comisaría.
Hasta hoy los jóvenes presentan lesiones evidentes que los han dejado impedidos de desarrollar su vida con normalidad; varios de ellos denuncian serios problemas psicológicos, pesadillas y  que les impiden dormir y que los mantiene en una situación de angustia y temor permanente. Pese a ello, declaran estar firmes en su propósito de proseguir en la movilización y lucha por una mejor educación pública y gratuíta, con lo que se puede apreciar que ante las altas convicciones ni la más brutal represión puede lograr sus metas: lo que no  nos rompe, nos fortalece.

MAPOCHO PRESS
Santiago – Chile