martes, 4 de octubre de 2011

Aprobar iniciativa de EEUU sobre yuan implicaría guerra comercial y afectaría recuperación

(Xinhua) -- Con problemas financieros crónicos y con un persistente desempleo que ha provocado que miles de manifestantes tomen las calles de Nueva York y de otras 50 ciudades estadounidenses, algunos legisladores de Estados Unidos, como de costumbre, están tratando de nuevo de culpar a la moneda china en lugar de abordar las verdaderas razones de los problemas económicos de su país.
 
Luego de un voto de procedimiento hoy, se espera que el Senado estadounidense debata una iniciativa de ley que, de ser aprobada, dará poder a las compañías estadounidenses de buscar aranceles de represalia para los productos importados de países cuyas monedas sean consideradas por ellos como "subvaluadas".
Estos políticos estadounidenses han estado promoviendo en sus distritos electorales la idea de que la apreciación de la moneda china es la panacea para el desempleo estadounidense. Si tienen éxito en impulsar la iniciativa, es muy posible que sus acciones les resulten contraproducentes porque provocarán oleadas de proteccionismo comercial que no favorecerían a nadie.
Está muy claro que acusar a China de "manipuladora monetaria" es sólo una excusa barata utilizada por algunos en Washington para lanzar una guerra proteccionista.
También es injusto e imprudente convertir a China en un chivo expiatorio de los problemas económicos resultado de las propias acciones estadounidenses. Estados Unidos tiene que ser introspectivo para reactivar su crecimiento económico.
De hecho, ningún país tiene tan claro como Estados Unidos que buscar el proteccionismo comercial en un momento de desaceleración económica global es lo último que debería intentarse.
Washington aprendió esa dolorosa lección en 1930, cuando el Congreso aprobó la Ley de Aranceles Smoot-Hawley para elevar a niveles récord las cuotas a más de 20.000 productos importados. Eso provocó aranceles de represalia de los socios comerciales de Estados Unidos y una guerra comercial global que prolongó la recuperación económica del país desde la Gran Depresión.
Además, la afirmación de algunos políticos estadounidenses de que una apreciación del yuan puede ayudar a reducir los déficits comerciales con China y crear empleos para sus ciudadanos ha demostrado ser una falsa teoría, contraria a los hechos y a los datos comerciales de los últimos seis años.
Desde que China empezó a reformar su régimen de tipo de cambio en 2005, el Renminbi se ha apreciado más de 20 por ciento frente al dólar, y el déficit comercial de Estados Unidos con China continúa aumentando.
A pesar del aumento en el valor del yuan, el índice de desempleo en Estados Unidos permanece terriblemente alto.
Los promotores de la iniciativa de ley sobre el yuan afirman que ayudará a recuperar los empleos en el sector de manufactura en Estados Unidos, pero es difícil creer que las compañías multinacionales con sede en Estados Unidos lleven de regreso esas plazas al país, donde los costos laborales continúan siendo de lo más elevados del mundo, simplemente porque China aprecie más su moneda.
No es una sorpresa que muchas organizaciones empresariales como Business Roundtable han actuado firmemente en contra de esa iniciativa. La administración Obama ha advertido que la acción del Senado puede confucir a una lucha comercial destructiva.
Es normal que China y Estados Unidos, como cualquier otro país en el mundo, tienen disputas comerciales, especialmente en un mundo globalizado. Pero lo importante es mantener una postura racional y consciente, sostener negociaciones cuando surjan esas fricciones y evitar acciones unilaterales como el impulso de la iniciativa de ley sobre el yuan, la cual no beneficiaría a nadie.