viernes, 23 de septiembre de 2011

Lo de Union City contra Rafael Correa pudo ser peor

El presidente ecuatoriano Rafael Correa visita por estos días la ciudad de New York, en ocasión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La comunidad de ciudadanos ecutorianos en la localidad de Union City, -al otro lado del Río Hudson y perteneciente al estado de New Jersey- aprovechó la presencia del mandatario latinoamericano para invitarlo a un acto en una insitución educativa de esa ciudad.
Sin embargo, el alcalde de Union City, de nombre Brian Stack, ha declarado non grata la presencia de Correa en su comunidad, alegando que este posee vínculos con líderes “cuyas ideologías promueven la violencia y la opresión”.  Un despacho de la agencia EFE, a la que Stack entregó un comunicado, atribuye su conducta a las “presiones del exilio cubano”, y el “exilio cubano” no es cualquiera en Union City. Según testificó el  oficial del FBI Omar Vega, el pasado marzo en el juicio por perjurio contra Luis Posada Carriles, fue desde Union City que se financiaron los atentados con bomba en instalaciones turísticas de La Habana en 1997 que costaran la vida al turista italiano Fabio di Celmo.
Luis Posada Carriles es reclamado en Venezuela por varios crímenes, incluyendo la voladura de un avión civil cubano en que murieron 73 personas y cumplió prisión en Panamá por intentar el asesinato del presidente cubano Fidel Castro y ha reivindicado recientemente la vía armada para derrocar el gobierno cubano.
El testimonio de Omar Vega demostró ante un jurado de la ciudad de El Paso los pagos que los colaboradores de Posada Carriles en Union City enviaron a Guatemala a un apoderado de este llamado José Álvarez. Un fax usado como prueba de la fiscalía en el proceso, y firmado por Posada con el seudónimo de “Solo”, le indicó a José Álvarez que recogiera cuatro giros por un valor de $800 cada uno, enviados desde Union City por Pedro Pérez, Abel Hernández, José y Rubén Gonzalo. Los detalles y documentos sobre el tema se recogen en la crónica que el abogado José Pertierra, representante en el juicio del gobierno venezolano -que reclama la extradición de Posada- escribiera para el sitio Cubadebate.
El dinero para los atentados salía dede Arnold Fashions, una tienda de ropa femenina en Union City, propiedad de Arnaldo Monzón Plasencia, quien fuera un importante donante a las campañas políticas del senador norteamericano Robert Menéndez, ex alcalde de Union City. El contador de Monzón -nombrado Oscar de Rojas- testificó sobre los envíos de dinero a Posada en el juicio contra este. Un informe del gobierno cubano, señala a  Monzón como autor intelectual y financista de un plan para asesinar al presidente cubano Fidel Castro y de un frustrado atentado contra el cabaret Tropicana en Cuba. Monzón falleció en el año 2000 y Menéndez asistió a su funeral y lo calificó como un amigo. Parece ser costumbre en Union City la complacencia de la alcaldía con los terroristas, el senador Menéndez, ocupando el cargo que hoy tiene el señor Stack, salió en defensa de Eduardo Arocena, condenado en EE.UU. por ser el asesino de un diplomático cubano.
“Es evidente que el presidente Correa está asociado con Fidel y Raúl Castro y Hugo Chávez, y esos vínculos con ese tipo de regímenes envía un mensaje terrible al mundo”, afirmó el alcalde Brian Stack en su comunicado, pero tal vez el lado terrible de Union City -con importante influencia en esa alcaldía- se sienta más a gusto con otro tipo de invitados.
Un reporte del sitio Contrainjerencia reseña con varias fotos el recorrido triunfal que el pasado 17 de mayo realizara Luis Posada Carriles por Union City, West New York y New York, en que el connotado terrorista celebró con varios de sus amigos su absolución en el juicio de El Paso. En las fotos, publicadas por Contrainjerencia, acompañan a Posada varios ilustres ciudadanos de Union City como Rubén Gonzalo y Abel Hernández que, según el FBI, le enviaron el dinero para los atentados con bomba de 1997 en La Habana.
Contrainjerencia señala la presencia del senador Robert Menendez y el Representante Albio Sires, en el restaurante Marinero Grill de West New York, “en el curso de una asamblea de connotados terroristas de la “región Norte” y de cabecillas de la mafia cubanoamericana de Miami, convocada para celebrar el indulto del terrorista internacional” Posada Carriles. ¿Serán estos personajes los autores de las “presiones del exilo cubano” para que se declarara persona non grata al presidente Correa en Union City?
¿Cuántas personas tendría que asesinar Rafael Correa para ser aceptado en Union City por individuos como Hernández y Gonzalo? ¿Los ecuatorianos que residen en Union City, sin el poder económico y político que tienen los personajes vinculados al terrorismo en esa ciudad, no pueden recibir a su presidente porque este mantiene relaciones amistosas con el gobierno que esos individuos pretenden derrocar violentamente?
La obesión del lobby anticubano en el Congreso de EE.UU. -del que Siles y Menéndez son connotados miembros- contra el ALBA y por dañar las relaciones del gobierno de Barack Obama con las naciones que lo integran pudo haber derivado en algo más que una declaración de persona non grata. Pagar y ejecutar actos terroristas en instituciones educativas es algo a que los extremistas de Union City les gusta hacer, ya lo intentaron con Posada Carriles en el Paraninfo de la Universidad de Panamá en el año 2000, en ocasión de una visita del presidente cubano Fidel Castro para participar en la X cumbre Iberoamericana.