martes, 6 de septiembre de 2011

Crisis de deudas en la zona euro

La crisis de deuda de la zona euro parecía en riesgo de descontrolarse el martes, en medio de las dudas sobre la disposición de Italia y Grecia para emprender las medidas de austeridad requeridas y una creciente oposición en Alemania a dar más ayuda.
En un escenario marcado por una huelga nacional, el Gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, luchaba por conseguir apoyos parlamentarios a un paquete de reformas que ha restado credibilidad a Roma en los mercados financieros debido a la caótica forma en que se ha manejado.

En Grecia, el incumplimiento de una serie de metas fiscales ha puesto en riesgo el desembolso de un nuevo tramo de la ayuda que recibe el país y ha llevado a algunos legisladores de la coalición de gobierno de Alemania a presionar directamente por la salida de Atenas de la zona euro.

Apenas seis semanas después de que los líderes de la zona euro se reunieran en Bruselas para acordar nuevas medidas contra la crisis, su estrategia parece estar haciendo agua, dado que crece la resistencia a las medidas de austeridad en el sur de Europa y hay malestar en países centrales como Alemania.

"Una vez que le dices a Italia que no la dejarás caer, entonces ellos tienen ventaja", dijo David Mackie, economista de J.P. Morgan en Londres. "Ha habido un tema de riesgo moral con Grecia por algún tiempo, ahora también lo tenemos en Italia", agregó.

El euro se desplomaba el martes a un mínimo en seis meses contra el yen y caía a su nivel más bajo en siete semanas contra el dólar, al crecer el temor a un agravamiento de la crisis.

Los bonos italianos se recuperaban un día después de una fuerte corriente vendedora, apoyados según operadores por compras del Banco Central Europeo.

El lunes, el próximo presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que no podía esperarse que el banco comprara indefinidamente bonos de los países de la zona euro en problemas, en lo que pareció ser una advertencia a su Italia natal.

La crisis europea se apoderó además de un encuentro de banqueros que se celebra en Fráncfort esta semana.

El consejero delegado del banco italiano UniCredit, Federico Ghizzoni, calificó a la situación como una prueba para los líderes europeos y los instó a decidir si quieren conservar el euro o si estaban preparados para "darse por vencidos".

REBELDÍA EN LAS FILAS ALEMANAS

Merkel se enfrenta a una intensa presión de otros países de la zona euro para que acepte la emisión de bonos conjuntos del bloque como una vía para resolver la crisis, pero la canciller mantiene su rechazo a esa medida, argumentando que reduciría los incentivos para que países como Grecia e Italia ordenen sus cuentas.

El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, dijo el martes en un discurso ante el Parlamento que los eurobonos serían un "caso perfecto de solidaridad malentendida".

"El euro perdería su credibilidad como una moneda estable", declaró.

Con todo, mientras la crisis se profundiza dos años después de haber estallado por primera vez en Atenas, Alemania tendría pronto que aceptar medidas más radicales a las que se ha resistido o dejar que el bloque se desintegre.

"Es posible que los mercados se comporten de una manera tal en las próximas semanas que los Gobiernos se vean forzados a hacer algo que no quieren, como una unión de pasivos fiscales más agresiva", dijo Mackie de J.P. Morgan.

"Si las presiones de los mercados crecen en tal magnitud, yo creo que no dejarán que el euro caiga", sostuvo.