El embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, lamentó este martes que la mayoría de los luchadores por la defensa de los derechos humanos hayan sido usurpados por burócratas. (foto)
“La evolución de las prácticas democráticas en la mayor parte de nuestro hemisferio ha reducido la necesidad de los luchadores por los derechos humanos, es buena noticia. La mala noticia es que la mayoría de esos luchadores han sido sustituidos por los burócratas de los derechos humanos”, expresó Chaderton.
El diplomático hizo la reflexión durante la sesión del Consejo Permanente del organismo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que se desarrolló en Washington, Estados Unidos, informó un boletín de prensa de la Cancillería venezolana.
Aunque reconoció que ha habido diversos casos de transparente apoyo a las víctimas, Chaderton aseveró que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos desvirtúa su actuación y favorece “enfoques oportunistas, politizados y selectivos, sirviendo no a la justicia sino a intereses e instituciones sectarias”.
Advirtió además que la politización y agresividad de algunos comisionados afectan la fiabilidad de la CIDH y “al perder credibilidad pierde eficiencia y al perder eficiencia los primeros perjudicados son las víctimas, donde las haya”.
Ante estos argumentos, Chaderton exhortó a la CIDH a recuperar el rumbo y el balance perdido, elementos que consideró necesarios para garantizar su competitividad como ente servidor de las democracias y protector confiable de los derechos humanos.
El diplomático hizo la reflexión durante la sesión del Consejo Permanente del organismo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que se desarrolló en Washington, Estados Unidos, informó un boletín de prensa de la Cancillería venezolana.
Aunque reconoció que ha habido diversos casos de transparente apoyo a las víctimas, Chaderton aseveró que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos desvirtúa su actuación y favorece “enfoques oportunistas, politizados y selectivos, sirviendo no a la justicia sino a intereses e instituciones sectarias”.
Advirtió además que la politización y agresividad de algunos comisionados afectan la fiabilidad de la CIDH y “al perder credibilidad pierde eficiencia y al perder eficiencia los primeros perjudicados son las víctimas, donde las haya”.
Ante estos argumentos, Chaderton exhortó a la CIDH a recuperar el rumbo y el balance perdido, elementos que consideró necesarios para garantizar su competitividad como ente servidor de las democracias y protector confiable de los derechos humanos.
