domingo, 15 de mayo de 2011

Detenido el director del FMI

No sé qué suena más inaudito. El director del FMI ha sido detenido por la policía de Nueva York acusado de cometer una agresión sexual. O bien decir que el muy posible futuro presidente de Francia es el que ha salido esposado de un avión de Air France que estaba a sólo 10 minutos de despegar del aeropuerto JFK. Dominique Strauss-Kahn está ahora mismo en una comisaría y se espera que en las próximas horas tenga que comparecer ante un juez.


Los periódicos de Nueva York informan que una limpiadora del hotel Sofitel, de 32 años, entró en su habitación a mediodía. Según su denuncia, Strauss-Kahn irrumpió de improvisó, desnudo, y la atacó: “Entonces, Strauss-Kahn, supuestamente, arrojó al ama de llaves sobre la cama de la habitación y la obligó a practicarle sexo oral, dijeron las fuentes”.
La mujer escapó después y denunció la agresión a la policía. Cuando los agentes se presentaron en el hotel, el director del FMI ya lo había abandonado. Se dirigió directamente al aeropuerto e intentó coger el primer avión con destino a Francia. Sin éxito.
Strauss-Kahn estaba considerado como el principal favorito para ganar las próximas elecciones presidenciales francesas. No lo iba a tener fácil para hacerse en las primarias con la candidatura socialista, pero si lo conseguía, pocos pensaban que Sarkozy pudiera impedir su victoria. Es cierto que Sarkozy sale perdiendo en todas las combinaciones posibles realizadas por los sondeos frente a distintos candidatos socialistas, pero la diferencia con Strauss-Kahn era la más pronunciada.
La viñeta de arriba es de la época en que Strauss-Kahn. de 62 años, mantuvo una aventura con una funcionaria del FMI. Se libró por poco. No fue sancionado y sólo admitió haber cometido un error.
Una agresión sexual es algo más que un error en el caso de que la acusación se convierta en procesamiento. La prensa francesa ya no le va a apodar ‘el gran seductor’. En los próximos meses, no tendrá que preocuparse por el sistema financiero internacional o por las primarias de los socialistas, sino por no sufrir un encuentro desagradable en una prisión de Nueva York.