Pérez Esquivel en Honduras para investigar violaciones humanitarias tras el golpe de Estado



Adolfo Pérez Esquivel


PL – El Premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, cumplirá hoy una amplia agenda en Honduras como integrante de la Comisión de la Verdad que investiga violaciones humanitarias tras el golpe de Estado.
Pérez Esquivel se reunirá con organizaciones opuestas a la ruptura institucional, miembros de la Corte Suprema de Justicia, representantes de oficinas de cooperación y diplomáticos del grupo de países cooperantes con Honduras tras el huracán Mitch, en 1998.
También viajará al departamento de Choluteca para acompañar el proceso de recolección de testimonios sobre la situación creada el 28 de junio de 2009, cuando militares encapuchados secuestraron al presidente Manuel Zelaya y lo llevaron a la fuerza a Costa Rica.
“Se pensaba que todos los golpes de Estado estaban superados, pero el de Honduras y los intentos de Ecuador y Bolivia demuestran lo contrario”, dijo en rueda de prensa el Premio Nobel.
Pérez Esquivel alertó sobre el peligro de la ruptura institucional en América Latina, una región que sufrió las consecuencias de las dictaduras militares.
El Premio Nobel de la Paz forma parte de una Comisión de la Verdad, alternativa a la instalada por el Gobierno, para investigar la situación antes, durante y después de la asonada.
Este grupo fue creado por la Plataforma de Derechos Humanos y lo integran también la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo Nora Cortiñas; el jurista costarricense Francisco Aguilar; la ecuatoriana Elsie Monge y la magistrada salvadoreña Mirna Perla.
Durante marzo último las oficinas de la comisión en San Pedro Sula y en esta capital fueron objeto de ataques que causaron daños en techos y ventanas.
Según el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos, después de la ruptura institucional se registraron en Honduras más de 700 violaciones de las prerrogativas ciudadanas, desde asesinatos, atropellos, torturas y detenciones ilegales.
También fueron asesinados 11 periodistas y la casi totalidad de los crímenes permanecen impunes.