martes, 15 de marzo de 2011

Salvar al soldado Manning

 
Por: Juan Linares
Fecha de publicación: 15/03/11
"¡¡Dios está con nosotros!!", proclamaba sin dudarlo Bush. Ante el uso y abuso del nombre de Dios Invadió Afganistán, Irak y dividieron en pedazos a Yugoslavia, con dios justifican sus comportamientos personales y sus acciones bélicas; habría que recordar un texto del filósofo, escritor y teólogo Martin Buber, que tiene hoy tanta vigencia, o más, que cuando lo escribió:
Dios, ¿es sólo una palabra? «Dios... es la palabra más vilipendiada de todas las palabras humanas.
Ninguna ha sido tan mancillada, tan mutilada... Las generaciones humanas han hecho rodar sobre esta palabra el peso de su vida angustiada, y la han oprimido contra el suelo.
Yace en el polvo y sostiene el peso de todas ellas. Las generaciones humanas, con sus partidismos religiosos, han desgarrado esta palabra. Han matado y se han dejado matar por ella. Esta palabra lleva sus huellas dactilares y su sangre...

Con Dios como justificativos de sus acciones guerreristas, también lo hacen en nombre de la Democracia, la Libertad y los Derechos Humanos, Es una ironía que el gobierno norteamericano a las invasiones a otros países las denomine “Operación Libertad Duradera”, “Operación Justicia Infinita” la Teología política de Bush y de los Halcones de la Guerra, una teología de la muerte.
Estados Unidos de Norteamérica, a partir de la década de los noventa del siglo XX, se ha convertido en la potencia hegemónica, unipolar, a escala global. En su rol imperial aspira a dominar al mundo y para ese objeto ha diseñado una serie de geoestratégicas que en América Latina se concretan en interminables agresiones e intrusiones, en inaceptables injerencias, en interminables acciones de la CIA, DEA y demás servicios de inteligencia que cometen todo tipo de atropellos y crímenes en contra de nuestros pueblos, siempre, con extraordinario cinismo e ironía, en nombre de la libertad, la democracia y defensa de los derechos humanos.

Estados Unidos, por intermedio del Departamento de Estado, en su calidad de potencia imperial, cada año decide juzgar a más de 190 países por supuestas violaciones a los derechos humanos, según consta en sus manipulados informes, pero ¿quién le ha conferido esa potestad? ¿Acaso alguna divinidad que también le habría dicho que es un país con una “raza superior” destinada a gobernar al mundo y, en especial, a los pueblos inferiores y subdesarrollados?
Luego de la propaganda inflada por el poder mediático, los delicados problemas que se derivan de la aplicación, vigencia y respeto de los derechos humanos, devienen en una dolorosa y dramática realidad: Los derechos humanos han sido convertidos por el imperio en otra arma de agresión, penetración y subyugación en nuestros pueblos, naciones y Estados, mas con verdadero cinismo calla y esconde la situación de los derechos humanos dentro de Estados Unidos y las violaciones groseras de los derechos fundamentales perpetradas contra de sus propios ciudadanos y de los demás pueblos del orbe.
Actualmente Estados Unidos tiene en una prisión militar de alta seguridad de Quantico, Virginia al soldado Brandley Manning, en esta cárcel lo han sometido a torturas físicas y psicológicas; no es en Guantánamo ni Abu Ghraib, es en territorio norteamericano. Así lo señaló su abogado, quien lo defiende al acusado de los 23 cargos que se le imputan por haber filtrado información clasificada al portal de Internet Wikileaks. El abogado Coombs escribió en su página web que el soldado está sufriendo distintas vejaciones. “Le desnudaron inexplicablemente y permaneció sin ropa en su celda durante siete horas”. Los hechos que describe su abogado sucedieron este miércoles de madrugada. Según relata, a las cinco de la mañana del jueves, hora en la que despiertan a los detenidos, le obligaron a plantarse en el exterior de su celda completamente desnudo.
Poco después apareció el supervisor de turno de la prisión y, tras pasearse por todas las celdas y realizar en recuento de presos, le dijo a Manning que se sentara en su cama. “Diez minutos después, un guarda entró y le devolvió su ropa”, relató Coombs.
La prisión de alta seguridad de Quantico es una de las más estrictas de EEUU, forma parte de las instalaciones de una base de entrenamiento militar donde permanecen alrededor de 12.000 personas, entre militares y sus familiares. Las restricciones de Manning son máximas y, según explican las autoridades están destinadas a prevenir autolesiones o intentos de suicidio.
Amnistía Internacional escribió una carta en enero a Robert Gates, secretario de defensa de EEUU, en la que se mostraba el malestar por las condiciones en las que permanece Manning.
Al parecer el soldado se encuentra en una celda sin ventana y provista de una cama, un retrete y una pila para lavarse. Les está permitido tener tan sólo una revista o un libro y sale a hacer ejercicio una hora cada 24 horas. Según la organización, cada cinco minutos un guarda comprueba que no se quede dormido durante las horas diurnas y si eso sucede, se le obliga a permanecer de pie.
Este jueves se supo que el Departamento de Defensa ha presentado 22 cargos adicionales contra Bradley Manning. El más grave es el de ‘ayudar al enemigo’ mientras portaba el uniforme militar de estadounidense. Esta acusación podría suponer la pena de muerte contra el acusado, aunque los letrados del Ejército han asegurado que no recomendarán este castigo al juez. Por su parte, Manning podría ser sentenciado a cadena perpetua.
También se atribuyó la filtración del vídeo en Irak de 2007, en el que se ve disparar desde un helicóptero estadounidense a población civil desarmada.
El soldado Manning representa las violaciones que cometen los gobiernos norteamericanos contra su pueblo. La ley Arizona, Tea Party, la Democracia, derechos y libertades fundamentales peligran en EE.UU. con los ataques de Wisconsin y otros estados a los sindicatos, el gobernador del estado de Wisconsin, inicio una campaña antisindical, aprovechando la crisis presupuestaria como excusa para eliminar sindicatos del sector público, quitándoles su derecho de realizar negociaciones colectivas sobre sueldos y beneficios. En Estados Unidos, los datos más recientes muestran que un 16,4% del total de la población no tiene atención sanitaria. Y esos porcentajes aún son mayores si se trata de grupos de población de menos renta, Como puede comprobarse, un 38,9% de los hispanos no tiene cobertura sanitaria, tampoco el 29,7% de las personas con ingresos inferiores a 36.000 dólares o el 20,2% de los negros no hispanos.
Lo cierto es, por lo tanto, que en Estados Unidos, a pesar de su extraordinaria riqueza, existe un mucho mayor porcentaje de la población que cuando se ponga enferma no va a tener asistencia de ningún tipo. No solo les están vedados los grandes de centros de vanguardia sino incluso la más primaria de las atenciones médicas.
Finales de otoño pasado el Departamento de Agricultura de EE.UU. publicó un informe que contaba el número de familias con hambre. Un 16 por ciento de todas las familias estaban aquejadas de inseguridad alimentaria (hasta del 12 por ciento en 2007). Que ascendieron a 49 millones de personas, incluyendo más de 16 millones de niños. Eso es casi una cuarta parte de todos los niños en los Estados Unidos. Este año sabemos que el número es mayor, sólo que no sé cuánto.
Alrededor de un tercio de las familias pasaban hambre. Los otros dos tercios sobrevivieron porque tenían acceso a los programas federales de alimentos, o tienes comida en una despensa de alimentos locales o comedor de beneficencia. Eso quiere decir que tenían hambre también, pero no es tan mucho. El hambre no se distribuye uniformemente. Más de una cuarta parte de todas las casas negro y latinos que padecen inseguridad alimentaria, en comparación con el 16 por ciento en general, y más del 13 por ciento de todas las familias formadas por madres solteras y sus hijos.
Algunos de 42,2 por ciento de los hogares que padecen inseguridad alimentaria tenían ingresos por debajo del umbral oficial de pobreza de $ 21.834 para una familia de 4 en 2008. Así que más de la mitad de todas las familias tenían ingresos hambre por encima de la línea de pobreza, una línea tan baja que millones de familias no oficialmente "en la pobreza" no tienen suficiente dinero para comprar los alimentos que necesitan. En 2009, el desempleo en California, llegando a más del 12 por ciento, estas cifras aumentaron.
Datos de febrero 2011 señalan que el desempleo en Estados Unidos sigue en niveles insoportablemente altos, a tasa de paro en Estados Unidos que incluye a aquellas personas que se han visto forzadas a trabajar a tiempo parcial, denominada U-6, se ubicó en el 16,1% desde el 16,7% de diciembre.
En el consumo de drogas en Estados Unidos, aproximadamente 21.8 millones de personas de 12 años o más eran consumidores de drogas ilegales en 2009, lo que significa que hay 8,7% de drogadictos este año, frente al 8,0% del anterior.
Hay en el citado informe otros datos que deben preocupar sobremanera a las autoridades norteamericanas, entre ellos el incremento del uso de productos cultivados o elaborados en su propio territorio. El estado de California son extensos los sembradíos de marihuana que han sustituidos los cultivos de rubros alimenticios.
Son millones de soldados Manning o Ryan que hay que salvar en Estados Unidos producto de esa conducta cínica e irónica de sus gobernantes que ven la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio. Son los sobrevivientes, torturados y vejados, en su ira de dolor e impotencia acusan a los Truman, Einsenhawer, a los Kennedy, a los Nixon, a los Johnson, a los Reagan, a los Bush, Cheney, Rumsfeld y Obama por todos los martirios que padecieron y sus heridas que jamás cicatrizarán. Ellos y los halcones imperiales son reos de muerte y destrucción, de violación de los derechos humanos, sin que falte ni uno solo. A estos hay que agregarle el sufrimiento del pueblo, de los ciudadanos pobres de los estados Unidos que no se le respetan sus derechos constitucionales y son víctimas del capitalismo salvaje y del sueño americano
Violaciones permanentes de los derechos humanos
La violación de los derechos humanos en Estados Unidos es persistente contra todos. El periodista Nicanor León Cotayo denunciaba que una gran parte de los niños y adolescentes que residen en los Estados Unidos solo pueden estar en las calles hasta una hora determinada de la noche y no pueden regresar a ellas hasta las 6 de la mañana del día siguiente.
La capital de ese país, donde en 1998 fueron denunciados 46 300 actos delictivos, el pasado 8 de septiembre volvió a imponer el toque de queda a los menores de 16 años, polémica medida que había sido llevada a los tribunales por violar derechos humanos. Luego de tres años de disputas judiciales, un tribunal de apelaciones autorizó a la Alcaldía de Washington que lo ejecutara, al igual que sucede, comentó la agencia EFE, en "casi 300 ciudades en todos los Estados Unidos", que tratan de reducir la delincuencia juvenil. Los muchachos detenidos por infringir la ordenanza pueden ser obligados a prestar 25 horas de servicio en un barrio, pero cuando trasladan la culpa de los hijos a sus padres, entonces la multa se eleva a 500 dólares o incorporarse a labores que les asignen. Cuando en 1989 esa Alcaldía trató de imponer un toque de queda parecido, no fue aprobado, después que el juez Charles Richey estimara que ello "sometería a los menores del distrito a un virtual arresto domiciliario cada noche".
Antes de que esas fuertes disposiciones se extendieran por numerosas urbes, estadísticas oficiales indicaron que en los Estados Unidos la principal causa de muerte hasta los 23 años de edad era el asesinato con armas de fuego”. En otras palabras, en Estados Unidos se impone una especie de Ley Marcial para mancillar el honor de niñas, niños y adolescentes a quienes se les viola sus derechos esenciales. Una investigación divulgada en abril último por la emisora televisiva CNN contribuyó a explicar lo anterior, al exponer que entre las 36 naciones más ricas del mundo, los Estados Unidos poseen la mayor tasa de muertes provocadas por armas de fuego.
Un ejemplo lo brindó New England Journal of Medicine, al informar que durante 1991, por ejemplo, debido a reyertas de grupos, en la ciudad de Los Ángeles fueron tiroteados desde automóviles en marcha 667 niños y jóvenes, en su mayoría pandilleros, con un saldo de 465 muertos y heridos.
Esa publicación del mundo médico norteamericano estimó que la causa del sostenido crecimiento de esas pandillas juveniles hay que buscarla en el desempleo, la falta de educación, el racismo y la crisis de las instituciones sociales y culturales”. Cabe preguntar: ¿Quién viola los derechos humanos?
“Cada año el gobierno de los Estados Unidos emite un documento en el que juzga la situación de los derechos humanos en el mundo, excepto en su propio territorio, y constantemente ruge a manera del más ardiente defensor de esos derechos sobre el planeta. Lo hace caminando sobre un piso muy frágil, porque en ese tema, como ha sido denunciado entre otros por muchos norteamericanos, organizaciones internacionales y Relatores Especiales de la ONU, Washington tiene mucho más de acusado que de fiscal.
Estados Unidos, según su propia propaganda es el paradigma de las democracias, del respeto a los derechos humanos y libertades públicas. En nombre de estos insustituibles principios rectores de la civilización humana, el imperio ha cometido espantosos crímenes en contra de la humanidad. A Estados Unidos se les puede imputar crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra, desaparición forzada de personas, ejecuciones extrajudiciales, asesinatos, magnicidios, genocidios, torturas, tratos crueles y denigrantes, secuestros de personas cometidos por la CIA en cualquier parte del mundo, para luego encerrarlas sin fórmula de juicio en numerosas cárceles clandestinas que mantiene en Europa del Este, Asía y África. No hay crímenes, ni violación de derechos humanos que no hayan sido perpetrados por Estados Unidos ya sea directamente con agresiones militares a pueblos débiles e indefensos o por intermedio de la tenebrosa Agencia Central de Inteligencia -CIA- y de otros agentes asesinos de su tristemente célebre “comunidad de inteligencia”.
La “clase superior” gobernante del imperio, integrada por los anglosajones que le permitieron llegar al poder al afroamericano Obama, se creen dueños del “destino manifiesto” que les habría otorgado Dios para regir los destinos del mundo. En ese papel de gendarmes universales se atribuyen la tarea de elaborar informes sobre violaciones de derechos humanos en el mundo, en tanto tratan de esconder las crueles, infames y groseras violaciones a los derechos fundamentales contra sus ciudadanos perpetradas dentro de su propio territorio.
Cada año miles de empleados son despedidos o se toman represalias por intentar sindicalizarse. Hay 45 millones de personas que no tienen seguro médico. Estados Unidos es uno de los pocos países en el mundo que tiene la pena capital, que en ocasiones ha aplicado a enfermos mentales, jóvenes; especialmente a afroamericanos y Latinos. También en sus cárceles, tiene presos políticos o por motivos ideológicos como el caso de los cinco presos cubanos, un afroamericano, un aborigen y cinco puertorriqueños. Hay 45 millones de analfabetos funcionales; es decir, personas adultas que leen y escriben a nivel escolar de secundaria. Hasta hace muy pocas décadas, los negros eran segregados y muchos ejecutados extrajudicialmente sin consecuencias legales para los culpables. Especialmente, después de la tragedia del 11 de Septiembre, las leyes como la Ley Patriótica es un instrumento que permite violar el derecho a disentir y la privacidad de grupos o personas que denuncian la política de Estados Unidos. El gobierno de Estados Unidos habla mucho de violación a los derechos humanos en otros países, pero no se trata más que pura hipocresía, porque aquí mismo se violan los derechos humanos así como en su política exterior. El autoproclamado líder del mundo quiere supuestamente la paz y el respeto de los derechos humanos para el planeta, en cambio hace la guerra, viola tratados internacionales, pisotea los derechos humanos hasta de sus mismos ciudadanos y de otros países”.
Los halcones imperiales no perdonan la humillación que fueron sometidos en Wikileaks, por Julian Assange y Brandley Manning, piden sangre y condena capital para estos ciudadanos que sacaron a luz pública los crímenes de Bush y sus guerreros de la muerte. Un ejemplo es la opinión del jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., almirante Mike Mullen, ha acusado a los activistas de WikiLeaks de tener las manos manchadas de sangre. Sin duda es una buena metáfora para explicar a la opinión pública las consecuencias de “ver” cada día 1.000 documentos en los que se detalla, por ejemplo, como se hacían volar por los aires escuelas con los niños dentro, el fin justifica los medios y el fin era ejecutar a un presunto terrorista de Al Qaeda, que no estaba allí. Estos documentos filtrados le quitado la careta a Obama, han puesto de relieve que la guerra de Barak Obama en Afganistán es igual de sucia que la de su antecesor George W. Bush. Comandos de mercenarios, matanzas de civiles inocentes, conculcación de derechos humanos todos los días a todas las horas y en todos los lugares.

jlrlinares@gmail.com

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