viernes, 25 de marzo de 2011

El Universal lo dice: “las mezquindades tomaron por asalto la MUD”

25 de marzo 2011.-El artículo de Argelia Ríos habla por sí solo: “Las mezquindades tomaron por asalto a la MUD, cuyos factores dominantes actúan en la opacidad para incluir un escenario que solo a ellos favorezca”. Para la articulista, las divisiones internas, los intentos de la vieja dirigencia por ganar ventajosas cuotas políticas y un triunfalismo injustificado frente a la indiscuti
ble autoridad y popularidad que conserva el Presidente Chávez, pronosticarían en el 2012 una nueva debacle opositora. “Están botando el juego”- concluye Ríos, tal vez con un pesimismo que empieza a ser compartido, con resignación, por los sectores que adversan a la Revolución.

Patria Grande reproduce textualmente el artículo del Universal.

La pugna es sorda y su origen es el triunfalismo. Aunque lo parezca, la fecha de las primarias no es el eje de la disputa: en el forcejeo alrededor del momento más oportuno para realizarlas subyacen en realidad asuntos muy graves y de mayor alcance. Las mezquindades tomaron por asalto a la MUD, cuyos factores dominantes actúan en la opacidad para inducir un escenario que sólo a ellos favorezca.

El cálculo está basado en una irresponsable certeza de victoria: en la idea de que la lealtad del electorado no chavista es refractaria a cualquier innoble trapisonda. Una conspiración está en marcha: el sempiterno trapiche opositor ha sido activado y su objetivo es triturar al liderazgo al que la opinión pública tiene ya entre sus preferencias.

Estamos ante una película repetida. El cuadro es desolador. Quieren taponear a los cuadros emergentes de la política nacional; abortar su desarrollo, impedir que Venezuela consiga corregir el camino del cambio que ha querido darse desde que Hugo Chávez apareció en escena. A juzgar por los hechos, no hay aprendizaje.

La coartada de “la experiencia” -que ha sido inútil en esta prolongada tragedia revolucionaria, si a ver vamos- es el falso telón de fondo. Sólo buscan dominar y controlar “lo que viene”. Las nuevas generaciones están sentenciadas. Un veto se les ha impuesto. Es notorio que Chávez no representa en este momento el principal adversario de la MUD. Son extravagantes las coincidencias entre el Presidente y algunos factores opositores.

El ambiente evoca el ocaso de la llamada “IV” República: recuerda la irresponsabilidad de quienes, resistidos una y otra vez al cambio, prefieren arriesgar la oportunidad de un triunfo, antes que aceptar roles secundarios en el futuro de la política. El viejo elenco hace de las suyas y repite la historia. La batalla es vergonzosa y sólo la opinión pública está en capacidad de contenerla. El electorado debería darles una lección; imponerles su convicción de cambio es la única opción ante la celada que evoluciona en el seno de la MUD.

Unas primarias en enero son una burla: su quórum jamás consagrará al elegido como un candidato con potencial para ganarle a Chávez. Las primarias necesitan ser la antesala de la victoria de diciembre. Necesitan ser nutridas y entusiastas. Lo contrario, constituirá un mero trámite de donde apenas saldrá un líder débil al que se aspira a manipular y a chantajear.

Enero y febrero son meses políticamente muertos, que sólo aseguran una jornada opaca. Pero insisten en crear las condiciones para negociar un reparto que les favorezca: para atar de manos a quienes hoy lucen como ganadores, cuando no para ganar tiempo, alegar falta de condiciones, y sacarse un outsider de la vieja chistera. Están botando el juego. Qué pena.

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