sábado, 12 de marzo de 2011

El odio contra los bolivarianos muestra la hipocresía de Libertad Digital

Gonzalo Sánchez - Tercera Información 

La Fundación Heritage es la organización que escribía los argumentos de los expresidentes Reagan, Bush (padre e hijo) y Thatcher para que el congreso apoyase las peticiones de esos presidentes. Surgió cuando, en 1973, Richard Nixon no convenció al congreso para que apoyase su propuesta de contruir un avión supersónico de transporte. Esta organización, integrada por la ultra derecha radical del Partido Republicano, fue la que justificó el ataque militar estadounidense a Iraq. El cual acabó con la vida de 600 000 personas inocentes, ciudadanos del país.
Este artículo de opinión de la Fundación Heritage que ha encontrado un cómodo espacio en Libertad Digital (LD), carga con furia contra los presidentes de Venezuela y Nicaragua, Hugo Chávez y Daniel Ortega, y el ex presidente de Cuba, Fidel Castro, por sus relaciones con Gadafi.
Esto muestra la hipocresía de LD, que difunde en su espacio un artículo donde se califica a Gadafi de "criminal" y a los presidente bolivarianos de "antidemócratas" por, entre otras cosas, relacionarse políticamente con el libio. Mientras tanto a los dictadores derrocados de Egipto y Túnez los llama "presidentes" y no difunde los muertos que han provocado sus torturas, la censura durante sus gobiernos o la falta de elecciones democráticas. Para LD sólo es dictador quién en un momento fue de izquierdas, aunque luego se dedicase a privatizarlo todo.


Tampoco encontramos en Libertad Digital informaciones que denuncien los asesinatos de periodistas y ciudadanos afines a la resistencia hondureña, y vuelve a calificar a los dictadores Micheletti y Lobo como "presidentes". LD apoya deliberadamente a varios de los dictadores más cruentos de la política actual, y sin embargo se permite la licencia que cargar contra Gadafi sóo para poder atacar a la izquierda latinoamericana. El odio hacia quienes frustran el enriquecimiento de unos pocos para redistribuir la riqueza de muchos de LD hace que difunda un artículo de opinión que muestra su hipocresía: unos dictadores son buenos (Hosni Mubarak, Ben Alí, Roberto Micheletti, Pepe Lobo) y otros son malos (Gadafi).
El artículo comienza diciendo que "los antidemócratas de América Latina se están dado prisa para salir a expresar su respaldo y solidaridad para con su buen amigo libio mientras la matanza se amplía".
El error salta a la vista, los antidemócratas de América Latina, aquellos que llegaron al poder mediante golpes de estado, o elecciones fraudulentas, los que asesinan a sus cudadanos por pensar diferente, los que se mantienen en él gobierno a golpe de represión, los que dan asilo político a delincuentes y reconocen las dictaduras que se imponen a golpe de sangre y fuego, los que aprueban leyes que empobrecen más a sus pueblos, no han corrido a respaldar "a su buen amigo libio".
Al menos la prensa no se ha hecho eco de que Alan García, Juan Manuel Santos, Felipe Calderón, Sebastián Piñeira, Pepe Lobo, Roberto Micheletti o Federico Franco entre otros lo hayan hecho. Lo más posible es que hayan hecho como los demócratas occidentales; tirar la piedra y esconder la mano, esto es, ser amigos de Gadafi hasta que comenzaron las revueltas y ahora que el mundo ve las miserias del régimen libio con el que pactaban, apoyaban y nunca criticaban se posicionan en contra para que no los identifiquen con él.
En el artículo de la Fundación Heritage difundido por LD no podemos leer que Zapatero, Bush, Aznar, Obama, Merkel, Blair, Cameron... eran amigos de los dictadores Mubarak y Alí y la izquierda latinoamericana no. Tampoco se puede leer nada de la cita que Aznar tuvo con Gadafi 3 años después de dejar la presidencia en un lujoso hotel de Sevilla, ni el recibimiento de Gadafi por el Gobierno de Bush o el de Zapatero, en los cuales se le trató como un presidente y no se criticó en ningún momento su gestión de 42 años al frente del país.
Ahora, el artículo objeto de este análisis aburre a sus lectores con lo que ya todos esperan, las críticas a Chávez que se expresan de esta manera, "Hugo Chávez se considera hermano de sangre de Gadafi. El autoritario presidente radical de Venezuela fue huésped de honor en la celebración del 40º aniversario del golpe y errático Gobierno de Gadafi. Los agradecidos libios incluso le pusieron el nombre de Chávez a un estadio de fútbol. Chávez y Gadafi se pusieron de nombre "tigres de acero" haciéndole frente al imperio; es decir, a Estados Unidos. En su última visita a Venezuela, Chávez concedió a Gadafi el honor más alto de la nación y le entregó una reproducción de la espada de Simón Bolívar. Puede que la espada le venga bien a Gadafi ahora que tiene que pelear hasta el final".
A ese 40 aniversario acudieron otros presidentes y altos representantes de gobiernos, buenos intermediarios del FMI, por lo que no merece la pena comentar que estuvieron ni Berlusconi, ni Miguel Ángel Moratinos ni Lionel Fernández (presidente de la República Dominicana).
El "autoritario" y "radical" Chávez es el mismo que respeta los resultados de las elecciones cuando pierde -¿qué dictador pierde elecciones? Mubarak y Ben Alí no perdieron ninguna-, el mismo que somete su cargo a voluntad popular cuando lo pidió la oposición -¿qué dictador respeta y permite una oposición organizada y legal? Pepe Lobo no-, o el mismo que redacta las leyes que piden sus ciudadanos, o el mismo que hace público lo que gana o el que impulsa un gobierno que reduce el hambre, el paro, la inflación y el hambre.
De hecho Chávez ha sido el que ha pedido una salida negociada y pacífica al coflicto de libia, llamando a las dos partes enfrentadas a hablar. De un amigo de Gadafi, "autoritario" y "radical" se podría haber esperado un apoyo sin más a lo que tuviera a bien hacer el lider libio.
La actitud pacifista de Chávez se contrapone con las ganas de invadir militarmente libia de las democracias occidentales como EEUU, Francia, Inglaterra, Alemania o España.
Más adelante el artículo expresa que "el presidente sandinista de Nicaragua, Daniel Ortega, viejo acólito de pasadas revoluciones, candidato a una presidencia vitalicia y, desde hace mucho, receptor de la generosidad de Gadafi, dijo a la prensa que había llamado por teléfono al asediado tirano para expresarle su "solidaridad" y ofrecerle consejo en estos "momentos de tensión".
El crimen de Daniel Ortega ha sido no renegar de los principios revolucionarios que le llevaron al poder durante los años 80. Aunque en la campaña electoral del pasado 2006 se mostró comedido y abierto a desarrollar un gobierno neoliberal, finalmente ha desarrollado un gobierno socialista integrando el ALBA, diciendo no a los Tratados de Libre Comercio, declarando gratuitas la sanidad y la educación y comenzando a repartir de nuevo las tierras entre los campesinos.
Esta actitud del presidente Ortega ha dolido a quienes esperaban de él un gobierno de izquierda moderada, como el de Lula en Brasil, el de Funes en El Salvador o el de Mujica en Uruguay, gobiernos que reforman sin tocar los intereses de las grandes empresas.
Ortega, que se presentará a las elecciones presidenciales junto con otros candidatos de la derecha a finales de este año, ha expresado su apoyo a la inciiativa de Chávez para solucionar el conflicto libio sin más derramamiento de sangre.
"Pero nadie se parece más a Gadafi en las Américas que Fidel Castro de Cuba. Él y su hermano Raúl (el actual gobernante cubano) representan un fosilizado régimen de represión, intolerancia y desesperación similar a la Libia de Gadafi" continúa el texto.
La represión cubana, dando sanidad gratuita a sus opositores en las huelgas de hambre que estos hacen, desalojando pacíficamente a las Damas de Blanco y permitiendo sus marchas, dejando escribir a los blogueros pro estadounidenses afincados en Cuba airados textos en contra de las autoridades cubanas, permitiendo que opositores del Partido Liberal se presenten a las elecciones cubanas, no se parece en nada a la que supuestamente -nadie ha aportado pruebas- ejerció Gadafi contra los manifestantes que en un primero momento era pacíficos.
Con la mayor tasa de estudiantes universitarios de América Latina y superando a países como Francia, Japón o España, con el aval de la ONU en cuanto al magnífico nivel de nutrición de sus ciudadanos, con un paro más bajo que la mayoría de las democracias occidentales, la solidaridad médica y de alfabetizació nque actualmente ha ayudado a varios Gobiernos del mundo a mejorar las condiciones educativas y sanitarias de sus ciudadanos y las operaciones que ha realizado conjuntamente por todo el mundo operando gratis de la vista conforman un Gobierno que ni está fosilizado ni temeroso de sufrir una rebelión en su contra como las acontecidas en el norte de África.
Sin embargo, eso es lo que quisieran desde la Fundación Heritage y LD, ya que en el artículo se puede leer que, "la capacidad de Castro de detectar la mano siniestra de Estados Unidos detrás de cualquier exigencia de cambio democrático o de una sublevación popular para sacar del poder a un tirano es un oportuno recordatorio del miedo de pesadilla acechando las mentes de los altos líderes del régimen cubano".
La mano de EEUU si está detrás de las desastibilizaciones a los Gobiernos formados por los pueblos que logran comenzar una emancipación del capitalismo como Cuba, Venezuela, Bolivia, Bielorrusia, Ecuador o Nicaragua. Sin embargo Cuba siempre ha apoyado a los pueblos que se levantan contra las dictaduras capitalistas que les exprimían para enriquecer a los poderosos.

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